El covid, ese virus que sigue negado por los ilustrados que deben saber más que nadie, se ha cebado con nuestros mayores. A las muertes conocidas y cuyas cifras jamás sabremos en su totalidad al no haberse confirmado muchísimos casos, se suman quienes se han visto mermados física y psicológicamente por una enfermedad que les ha cambiado la vida. Y entre ellos están nuestros mayores, uno de los grupos que más ha sufrido una pandemia que les obligó a estar encerrados, a sacrificar las visitas de sus seres queridos, a tener que convivir con una soledad obligada que venía a sumarse a su propio envejecimiento.
Los efectos del covid se han reducido únicamente a las cifras de muertes y contagios, sin apreciarse las terribles consecuencias que han tenido para nuestros padres o abuelos, quienes han dejado buena parte de su vida por culpa de un virus que les ha mermado hasta límites que ni imaginamos.
Hay quienes han experimentado un proceso de demencia senil agravado por esta situación, sin contar las depresiones que se arrastran, en muchos casos, en silencio, atrapados en este mundo de miedos, de inseguridades y de consecuencias tan drásticas.
Quienes dieron sus vidas por nosotros están recibiendo la peor de las facturas de un coronavirus convertido en el más cruel de los enemigos. Han sufrido la injusticia mayor. Si a nosotros nos cuesta situar episodios de nuestras vidas en esta pandemia que se ha devorado meses como si nada, imaginen la superación imposible para los que arrastran ya toda una vida y han sido enfrentados a una soledad brusca, movida por el miedo, viendo perder a amigos de toda la vida sin posibilidad de despedida.
Hay quienes siguen insistiendo en que esto no existe, que nos tildan a los demás de borregos por vacunarnos, por protegernos y proteger a los que nos rodean -negacionistas incluidos-. Esos que tanto saben podrían dedicar solo unos minutos a conocer los testimonios de esos mayores que han quedado destrozados como nadie por una pandemia cruel, injusta y que sigue siendo despreciada por los irresponsables.