La primera plataforma para monitorizar la extracción global de arena, recurso ampliamente usado en sectores como la construcción, concluyó que el ser humano drena entre 40.000 y 80.000 millones de toneladas anuales de este material, una cifra que crece y podría llegar a ser insostenible, alertó la ONU.
La plataforma, denominada Marine Sand Watch y desarrollada por el centro GRID del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), fue presentada en rueda de prensa en Ginebra, donde se alertó de que la tasa de reposición natural de este material (por ejemplo a través de la arena arrastrada por ríos) es de entre 10.000 y 16.000 millones de toneladas anuales.
"Los datos manifiestan la necesidad urgente de gestionar mejor los recursos marinos de arena y reducir el impacto del drenado en aguas poco profundas", destacó al presentarse la plataforma el director de GRID, Pascal Peduzzi.
La plataforma utiliza las señales que envían los buques a través del Sistema de Identificación Automática (AIS) e inteligencia artificial para analizar la actividad de los barcos en todos los mares del planeta y descubrir cuáles de ellos se dedican al drenado de arena.
Según explicó Peduzzi, los barcos areneros de gran tamaño muestran un itinerario especial, en zigzag, que los identifica fácilmente como extractores de esta materia prima, una actividad en principio legal pero que amenaza con tener graves consecuencias ambientales.
De acuerdo con Naciones Unidas, los ecosistemas marinos pueden ponerse en riesgo debido a estas actividades, al verse afectados por el ruido o la mayor turbidez de las aguas.
También puede poner en riesgo a muchas comunidades costeras, ya que en un contexto de calentamiento global y aumento del nivel del mar, estas podrían necesitar con mayor urgencia esta arena para construir defensas.
El Marine Sand Watch ha identificado zonas especialmente afectadas por la extracción de arena en el mundo, como las costas de China y el este de Estados Unidos, el Mar del Norte, el golfo Pérsico o el disputado Mar de China Meridional.
La plataforma no solo muestra actividades extractoras, sino también el uso de la arena para construir islas artificiales (algo que han identificado en Maldivas) o reclamación de tierras para la ampliación de puertos (en países como Singapur o Sri Lanka).
Un tipo de actividad que en ocasiones ha creado conflictos diplomáticos, caso de la que China lleva a cabo en el mencionado Mar de China Meridional.
La arena es el segundo recurso natural más explotado en el mundo tras el agua, y no solo se utiliza en construcción (es clave para la fabricación de hormigón y vidrio), sino también en otras industrias como la informática o la de componentes para paneles solares y otras energías alternativas.
Con la arena extraída cada año, advierte la ONU, se puede construir un muro de 10 metros de alto y 10 de ancho capaz de dar la vuelta al planeta por su Ecuador, o una cantidad suficiente para llenar un millón de camiones volquete al día.
Estados Unidos, China, la India o los Países Bajos son algunos de los países cuyos buques han mostrado mayores actividades de extracción, según la nueva plataforma, que se crea un año después de que el Pnuma comenzara a reclamar una reducción del consumo global de arena, especialmente en las playas.
El Programa de Naciones Unidas pidió también entonces que se considere estratégica esta materia prima que "el mundo cree erróneamente que es infinita" y cuya pérdida puede producir también erosión, salinización de acuíferos o la extinción de especies animales.
La plataforma cuenta con el apoyo de la Universidad de Ginebra, los ministerios de Medio Ambiente de Suiza y Alemania, y la Universidad de California Santa Barbara (EE.UU.).