Sentado en el banquillo de los acusados, el francés J.Ch.Ch., insistió en su inocencia, negando ante la magistrada titular del
Juzgado de lo Penal número 2 haber cometido un delito contra la salud pública. Su perfil y trayectoria profesional, defendió su letrado, no cuadran con la de un traficante de
drogas capaz de ocultar en su coche algo más de 6 kilos de hachís para trasladarlos de Ceuta a Algeciras. Por eso ayer, durante la celebración del juicio por esta causa, la Defensa pidió su absolución haciendo hincapié en que no tenía antecedentes y en su pasado militar en Francia que le posiciona en una situación económica alejada de la necesidad de buscar en el tráfico de estupefacientes una entrada de dinero fácil.
J.Ch.Ch. narró en un perfecto francés que es exmilitar de la Armada francesa -pensionista desde 2016 por accidente-, con un abuelo general, padre comandante y hermano del mismo rango. Viudo, con 3 hijos en Francia, dijo tener disponibilidad económica suficiente ya no solo por su pasado profesional sino porque cobró una importante indemnización tras el fallecimiento de su mujer en accidente de moto por culpa de un conductor borracho. ¿Necesitaba entonces traficar con droga? Lo negó, pero el pasado 3 de marzo, cuando embarcaba a las 20:30 horas, la Guardia Civil lo paró ya que el can detector de drogas alertó de la presencia de hachís oculto en las vigas del chasis de su coche. Dos guardias civiles declararon por videoconferencia para indicar, uno de ellos, que ocultar esa droga había tenido que costar como mínimo un par de horas, habiéndose preparado la carga en algún taller. Cuando lo detuvieron se toparon con una persona “tranquila”, nada de él les llamó la atención.
El acusado negó haber escondido esa mercancía, mantuvo que alguien tuvo que haberlo hecho después de haber dejado aparcado su coche en la calle. Estaba en Ceuta una semana pero ese día quiso embarcar a Algeciras con el objetivo de recoger a su perra que no había podido ‘pasarla’ a la ciudad al no tener la vacuna de la rabia. En su declaración confesó que no era “un idiota” para ir a Algeciras “con droga”. No llevaba ni equipaje y le comunicó al regente del hotel que volvería en horas con su mascota, fiel reflejo de que su intención no era marchar a Francia ni comerciar con hachís.
Fiscalía solicitó una sentencia condenatoria de 3 años y 2 meses al considerar que se había enervado la presunción de inocencia y no creerse “la historia” narrada, sin elementos objetivos y preñada además de contradicciones. Una de ellas, la más llamativa, que acudiera a por su mascota en coche -trayecto más caro que hacerlo a pie- o que pretendiera hacer valer que la droga se le había introducido en plena calle cuando uno de los guardias civiles manifestó que para la ocultación se habría requerido, como mínimo, trabajos de dos horas además de que nadie le iba a colar droga sin saber su destino.
Su Defensa solicitó la absolución haciendo hincapié en que sí es factible que esa droga le fuera colocada en su vehículo mientras lo tenía estacionado en la calle. Insistió en el perfil de su cliente, que choca con el patrón habitual con el que cumplen los últimos eslabones de la cadena que sostiene el tráfico de hachís. El juicio quedó visto para sentencia.
Condenado por intentar el pase de hachís en un doble fondo del coche
La magistrada titular del Juzgado de lo Penal número 2 condenó ayer al llamado R.M.L. a una pena de 3 años y 9 meses de prisión por un delito contra la salud pública, después de que el pasado 8 de marzo fuera detenido por la Guardia Civil intentando embarcar con 26 kilos de hachís ocultos en su vehículo. El acusado reconoció los hechos y aceptó una conformidad, constándole como antecedente otra condena previa por tráfico de drogas dictada por el juzgado de instrucción número 5 en el año 2018 que había quedado en suspenso.
El condenado fue sorprendido en el control de embarque al infundir sospechas a los agentes quienes, tras el registro de su vehículo, encontraron en un doble fondo hecho en los bajos del coche hasta 26 kilos de hachís repartido en bloques y valorado en 41.600 euros.
Tras un acuerdo entre Defensa y Fiscalía se acordó una conformidad que evitó la celebración de un juicio que iba a desarrollarse en la sede de la Sección VI de la
Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta para salvaguardar las medidas de seguridad al tener que trasladarse al preso al no poder celebrarse la sala virtual.