Euskadi es una nación, y Cartagena también

He estado buscando afanosamente en los volúmenes de Historia que poseo, el nacimiento de Euskadi como nación, porque parece ser que ha estado preterida durante toda la Historia de España y eso me parece una injusticia si es que alguna vez hubiera sido una nación y aunque ahora no lo fuera de acuerdo con la Constitución vigente, al menos podría habérsele reconocido el derecho pretérito de algo que fue, como han sido reinos, algunos por poco tiempo, Galicia, León, Valencia, Mallorca y otros medulares en el nacimiento de España , como Castilla y Aragón ya en el siglo XV, aun cuando Hispania nace como provincia del imperio romano, y no aparecen entre ellos ni Euskadi ni Cataluña, ello me produce una gran perturbación.

Como apasionado por la Historia a la que dedico todo el tiempo de que soy capaz, entre los romanos y la I República, no he encontrado nada que pudiera dar protagonismo a la región vascongada. En el año 45 A.C. los romanos tenían la provincia Hispania dividida en la Ulterior con Julio César como pretor (principalmente la Bética) gobernada por Cneo Pompeyo el Grande y la Citerior (la Tarraconense) de Sertorio. Por luchas de poder de Pompeyo en Roma se enfrentó en la batalla de Munda, (18 de Marzo) probablemente cerca de Montilla (Córdoba) a Cneo Pompeyo el Joven y a Sexto Pompeyo derrotándolos estrepitosamente. César reorganizó la situación político –jurídica de la Hispania Ulterior. Comienza así la colonización definitiva de Hispania. Poco más de 100 años más tarde, Marco Ulpio Trajano nacido en Itálica, el año 53, es el primer hispano que ocupa el trono imperial de Roma, alcanzando dicho imperio su máxima extensión territorial. Hasta aquí, no aparece Euskadi por ningún lado.

En el año 409 llegaron a la península los pueblos bárbaros que ya dominaban el sur de Francia. Los suevos, vándalos y alanos arrasaron todo lo que encontraban a su paso. Otro pueblo bárbaro, el visigodo fue el que finalmente se estableció en Hispania teniendo a Toledo por capital (año 550). Todavía seguimos sin saber nada de Euskadi. Y por supuesto no entraré en la trampa de los nacionalista de unir las provincias vascas y Navarra, que este sí fue un reino. Ya en la época de la invasión musulmana, aunque sin tener ninguna relación los invasores, según los nacionalistas vascos los tres territorios que hoy conforman la C. Autónoma “entraron en la historia con los nombres de Bizcaia, Gipuzkoa y Alava en el transcurso del siglo VIII e incorporados a la Corona de Castilla en el año 1200”. Teniendo en cuenta que la batalla de Covadonga fue en el año 722, no sé como se llamarían estos territorios, antes de entrar en la historia, por lo que lo primero no he podido constatarlo y teniendo en cuenta que Alfonso VIII de Castilla reinó entre 1155 y 1214 y mandó el ejército cristiano en la batalla de las Navas de Tolosa en 1212, supongo que sería allí cuando empiezan a entrar en la historia. Tampoco he podido constatarlo. Siguiendo a la doctrina nacionalista, los fueros son unas leyes de carácter general que estos territorios se dieron a sí mismos, en un momento en el que gozaban de gran autonomía, compuestos de normas, de Derecho público como de Derecho privado, el origen fue consuetudinario, se formaron por el cúmulo de usos y costumbres y tenían como base las juntas vecinales, que se hacían representar en las juntas Generales. Los reyes o señores juraban acatamiento a los fueros y reconocían a estas comunidades el derecho de zona franca exenta de impuestos a la corona, la liberación del ejercicio de las armas y respeto a su organización. Hasta aquí, y siguiendo la visión nacionalista, no veo diferencia alguna con otras partes del territorio español, cada región tenía sus costumbres, ¿o es que el tribunal de las Aguas de Valencia, por poner un ejemplo, no tiene un valor consuetudinario como determinados usos de Cataluña, Baleares, León, Asturias, Galicia o Castilla y con superior entidad jurídica a lo largo de la Historia y todos, más tarde o temprano subsumidos en el núcleo de España?

El de Febrero de 1518 las Cortes de Castilla reconocen a Carlos I como Rey que había entrado en España por Asturias (Puerto de Tazones) en Septiembre de 1517. Ni rastro de Euskadi.

Ya con los Borbones en el poder, Felipe V y después de la guerra de Sucesión, decide en 1714 la abolición de los fueros mediante los decretos de Nueva Planta, donde intenta crear una España sin privilegios forales. Posteriormente con motivo de otra sucesión al trono, esta vez de la hija de Fernando VII, Isabel II y el hermano de su padre, Carlos María Isidro, se originarían las denominadas guerras carlistas, guerras civiles crueles, que en número de tres tuvieron por campo de batalla Navarra, la región vascongada y Cataluña principalmente y como principal valedor a Zumalacárregui. Las tres guerras fueron respectivas derrotas de las tropas carlistas. En la primera (1833-1840) se reconocieron de nuevo para los vascongados, los fueros vascos, concedidos a Maroto por Espartero.

Habiendo encabezado el general Serrano junto a Prim y al almirante Topete la revolución que acabaría destronando a Isabel II (1868), se mantuvo como Presidente del Gobierno provisional, durante el denominado sexenio democrático (1867-1874).

Después del destronamiento de Isabel II, de la búsqueda de un nuevo Rey que no fuera Borbón, de la venida de Amadeo I de Saboya y posterior abdicación dos años más tarde, tras sufrir el asesinato de Prim y una guerra carlista, la tercera y última, lo que hizo imposible que pudiera ejecutar una labor seria de gobierno, se proclama la I República el 11 de febrero de 1873. En aquel entonces Emilio Castelar dijo que la monarquía del tipo que fuese había caído por si sola y que la República venía de la mano de las circunstancias, la sociedad, la naturaleza y la Historia. Después del fracaso de esta un año más tarde es Serrano quien de nuevo toma el poder. Al finalizar la III y última guerra carlista (1872-1876), se publica una ley el 21 de Julio de 1876 por la que, una vez más, los fueros quedan abolidos. Pero la I República debe permanecer como lección constante de lo que no es posible repetir, aun cuando la II de la que hoy no glosaré por falta de espacio fuera, en otra orden, tan nefasta como la I. Como no se consiguió aprobar la Constitución republicana, los cuatro Presidentes lo fueron del Poder Ejecutivo. Figueras, que se enfrentaba a una situación económica, social y política muy difícil, no supo tampoco restablecer el orden alterado por los propios republicanos federales que entendían la proclamación como una verdadera revolución, por lo que trece días más tarde, el 24 de Febrero de 1873, presenta la dimisión. Finalmente el 8 de Junio, presa del pánico huyó a Francia sigilosamente cogiendo el primer tren que iba a París. Tras varios intentos de golpe de estado, finalmente Pi y Margall es nombrado nuevo  Presidente del Poder Ejecutivo con la ya denominada República federal en marcha, y tiene como objetivos: acabar con la guerra carlista, la separación Iglesia-Estado y finalizar el proyecto de Constitución federal. El citado proyecto, elaborado por Castelar partía de la premisa de que para que la República fuera aceptada por las clases conservadoras era necesario poner fin a la llamada “demagogia roja” que confundía la República con el socialismo. Incluía 15 Estados Federales peninsulares y Cuba y Puerto Rico, todos con completa autonomía económico-administrativa y toda la autonomía política compatible con la existencia de la Nación. “En la organización política de la Nación española todo lo individual es de la pura competencia del individuo; lo municipal es del Municipio; lo regional es del Estado, y todo lo nacional, de la Federación”. La consecuencia de la irresponsabilidad de los republicanos federales denominados “intransigentes” a la política de Pi y Margall, fue el abandono de las Cortes y el comienzo del cantonalismo, al querer construir los intransigentes la republica de abajo hacia arriba mediante una revolución armada. Sevilla se transformó en República Social el 30 de Junio, Alcoy se declara independiente 9 días más tarde, estallando los focos federales no como estados autónomos, sino como cantones independientes: Algeciras, Almansa, Andújar, Bailén, Cádiz, Tarifa, Torrevieja, Castellón, Granada, siendo el más importante por lo duradero y sorprendente el de Cartagena, donde toman el castillo de Galeras, acuñan moneda propia, el duro cantonal, el cabecilla sevillano Don Roque Barcia Martí escribe al presidente de los EEUU Ulysses S. Grant solicitando la incorporación de Cartagena como nuevo Estado, se apoderan de dos fragatas con las que al mando del General Contreras, se dirigen a territorio extranjero (Almería) exigiéndoles dinero por lo que al no obtener bombardean la ciudad repitiendo la hazaña en Alicante, siendo a su regreso apresados como piratas por fragatas extranjeras, poniendo fin a seis meses de guerra e independencia (12 de Enero de 1874). También nación. ¿Ha entrado Cartagena en la historia o no? Los republicanos federales intransigentes dieron al traste con esta República que finalizaría con la toma del Congreso por el General Pavía y la posterior dictadura del General Serrano, y vuelta a empezar. Dejemos de una vez por todas los cantonalismos y los nacionalismos a un lado, investigar en nuestra Historia seguro que nos lleva a creer que lo verdaderamente importante es España no Euskadi ni Cartagena o España con Euskadi y Cartagena.