“La necesidad de educación religiosa se puede atribuir al gran efecto de la misma en las escuelas y a la forma en que influye en las experiencias de vida de los alumnos, por lo que debe promoverse en la adolescencia fomentando los valores y la conciencia de respeto no sólo a través del currículo, sino también a través de programas de sensibilización que mejoren las relaciones interreligiosas”. Esa es una de las conclusiones que han alcanzado cuatro investigadores de la
UGR a la luz del trabajo de campo realizado en once
institutos (cinco de Andalucía, tres de Ceuta y otros tantos de
Melilla) con casi 800 estudiantes para “analizar el impacto de la religión en las opiniones de niños y adolescentes según factores interculturales relacionados” y “evaluar las conexiones existentes entre religión, interrelación y opinión en niños y adolescentes”.
“Se observa que los estudiantes más jóvenes son los que menos expresan sus opiniones sobre la religión, mientras que los pertenecientes a grupos de edad más jóvenes y religiones mayoritarias son los que manifiestan una mayor convivencia religiosa, siendo los musulmanes quienes más exteriorizan su condición”, han apreciado los autores.
El trabajo se ha efectuado en once institutos de Ceuta y de Andalucía y Melilla
De acuerdo con sus conclusiones, “los resultados indican que, en la interacción entre edad y religión, existen diferencias significativas, siendo los estudiantes cristianos de entre 14 y 15 años, los de mayor rango de edad (entre 15 y 16 años), así como los estudiantes musulmanes, los que son más testarudos con respecto a la religión, así como más territoriales”.
Desde su punto de vista “es evidente el importante papel de la educación religiosa en la promoción de la alfabetización religiosa”, que en Ceuta se interrumpe al pasar los estudiantes a Secundaria, donde el Ministerio de Educación todavía no ofrece Religión Islámica pese al elevadísimo porcentaje de alumnado que la cursa en Primaria.
“En la educación religiosa el estudio de otras confesiones debería hacerse a una edad temprana, cuando el niño es más receptivo a la diversidad religiosa”, apuntan los investigadores, que citan distintos estudios según los cuales “la educación es un campo vital dentro del cual abordar este tema religioso y crear un orden de diálogo para promover la coexistencia pacífica de las personas en toda Europa”.