El pasado 3 de febrero se presentó la restauración y el enriquecimiento de la Corona de plata sobredorada del S.XVII y que nuestra Amantísima Titular tiene en su ajuar. El enriquecimiento de la corona se ha efectuado de forma artesanal, empleando joyas pertenecientes a Sta. María de Á́frica y que no tení́an fácil uso. De esta manera las joyas usadas se distribuyen en los imperiales frontales, en la cruz que lo rematan y en el canasto, todo de una manera bastante elegante y armónica. Finalmente, esta restauración no solo pone en valor y potencia esta joya del S. XVIII, sino que también, aquellas joyas en desuso, y que fueron regaladas a Sta. María de Á́frica por sus fieles y devotos.
Peana
En las Fiestas Patronales del 2020, se culminó el proceso de elaboración de la peana y pudimos contemplar la finalización con su dorado en oro de ley y la nube en oro blanco.
El pasado 7 de agosto, tras la realización de los cultos a Nuestra Titular, tuvo lugar la bendición del soporte del aleo, obsequio de agradecimiento que el Grupo Joven ha querido hacer a Santa María de Á́frica. Este está inspirado en la serpiente que rodea el aleo del escudo de la hermandad además de representar la alegoría de la victoria del bien sobre el mal. Se ha realizado el tronco en madera policromada; la base, los detalles de orfebrería así́ como la serpiente en plata de ley en su color y el ojo de la serpiente trata de circonitas verdes. Dicho trabajo se han realizado por el taller del orfebre Alberto Quirós y por los hermanos Caballeros Farfán.
Varas
Se ha realizado la primera tanda de los nuevos remates de las varas de la Hermandad. En total han sido 11, incluyendo la de la Hermana Mayor. Han sido realizados en metal plateado y dorado, actualizando en ellos, de esta manera, el nuevo escudo de la Hermandad que diseñara Álvaro Abril. Su autor, el orfebre Alberto Quirós, ha hecho un trabajo excelente en cada uno de los detalles del escudo. Cabe destacar la capillas que preside la vara de la Hermana Mayor, inspirada en la parte central del retablo del Santuario, y situando en el centro una copia de bulto redondo de Santa María de Á́frica, el resto de las varas lleva en su templete la cruz de los Caballeros de Cristo, elemento muy significativo en nuestra corporación.
Restauración Manto Azul
Ya cuenta nuestra Patrona con otra pieza destacable de su ajuar restaurada. El manto azul de Santa María de Á́frica, era el que en peores condiciones se encontraba de conservación de los que posee. Ya no solo el soporte o terciopelo se encontraba en pésimo estado, sino que los bordados, en su mayoría hechos de aplicación, habían perdido las hilaturas que los cubrían.
El manto que nos ocupa, no era una obra original, esto es, originariamente no se concibió así. Sabemos por inventarios y fotografías, que la Virgen contaba con un terno de manto y saya bordado sobre soporte de seda cruda. Estos bordados eran el resultado de una combinación de piezas tejidas en cartulina y de aplicación usándose para estos últimos, tejidos que simulaban tipos de puntos empleados en el bordado a realce. Dicha combinación de técnicas era muy característica de la zona del levante español, y que Santa María de Á́frica ya contaba con un caso parecido a este, como era el manto rojo de la Familia Cerni, ya restaurado y enriquecido.
En torno a mediados del siglo XX, la Hermandad encarga a las Adoratrices de Ceuta la confección de un manto con el terno crudo anteriormente citado, para el cual, no solo cambian el soporte a terciopelo azul, sino que, al diseñ̃o del anterior, que mantienen, añaden piezas de origen desconocido al diseñ̃o, concretamente en las esquinas de las vistas del manto. De estas piezas que suman, todas ellas en cartulina, solo sabemos que estaban bordadas sobre terciopelo morado, pues conservan testigos tras haberlas recordado.
Manto azul Se ha podido restaura el manto azul que se encontraba muy deteriorado y en su día se encargó su realización a la Hermanas Adoratrices de nuestra ciudad, a comienzos del siglo XX
El trabajo de restauración se ha sido concebido de la misma manera que en el del manto rojo, es decir, conservar las piezas de cartulina o tejidas y sustituir las de aplicación o recorte por bordadas en oro, tejidas directamente sobre el terciopelo.
Sobre el diseño se ha mantenido el que las monjas establecieron, haciendo pequeñas modificaciones que iban en contra de una armoniosidad del mismo.
Por ello, al nuevo soporte, terciopelo de algodón azul marino, se han ido dejando piezas, limpiadas anteriormente, restaurando las antiguas y bordando las nuevas. Se ha buscado recuperar la belleza del original de las piezas de cartulina, dejándolas enteras sin contar con torzal de ribetear, a diferencia de la intervención anterior.
Con este trabajo de recuperación del manto azul, se ha conseguido poner en uso, de manera digna, un manto que estaba completamente sentenciado a volver a quedar en el olvido, debido a su deterioro en el que ya estaba.