Esteladas estrelladas

Hay quien piensa que en España el ser independentista debe ser protegido porque la misma Constitución lo ampara como parte del denominado "pluralismo político" (Art. 1 de la CE) por supuesto siempre que se defienda ese independentismo por medios pacíficos y legales dentro de la Constitución que sin embargo se fundamenta en la "indisoluble unidad de la Nación española" (Art.2 de la CE).

¿Cómo se puede ser independentista y al mismo tiempo evitar el rompimiento de la nación española? Porque está claro que no puede haber una región española que se independice dentro de la unidad de la nación española. Y es que los legisladores han querido contentar a todos, por una parte por una vasta idea de la libertad de expresión y por otra manteniendo la idea de la España única. La reforma de la Constitución es la única vía legal al independentismo porque los legisladores han previsto la reforma de la Constitución total o parcial (Art. 168) que en caso que nos ocupa debe ser aprobada por mayoría de dos tercios de cada Cámara, disolución de las Cortes, elección de nuevas Cortes que deben ratificar la decisión precedente del nuevo texto y ser aprobado por dos tercios de ambas cámaras y aprobada en su caso la reforma debe ser sometida a referéndum de todos los ciudadanos para su ratificación. Es decir es un procedimiento difícil el que la independencia de una parte de España llegue a prosperar. Como por esta vía es prácticamente imposible al estar implicados todos los ciudadanos españoles que no íbamos a consentir tamaña traición a nuestra Historia, los independentistas hacen mucho ruido donde pueden, especialmente en la Generalidad y en el Parlamento de Cataluña, como si fueran órganos propios de tales independentistas y no de todos los ciudadanos. Además consentimos partidos y órganos que se jactan de su independentismo precisamente por ese temor existente en todos los partidos denominados "constitucionalistas" a defender lo que es de sentido común por el devenir de nuestra Historia en aras de la libertad de expresión. Así los independentistas, señalan que ya tiene una constitución, donde por cierto se prohíbe el español, que no obedecerán las sentencias de los Tribunales españoles, y que en tres cuartos de hora van a separarse de España por lo que la vía legal hacia la independencia vía reforma legal de la Constitución, son pelillos a la mar.
Los legisladores más sabios que los nuestros, como los franceses, siguiendo el método de la razón pura, lo tienen más claro. No pueden existir partidos independentistas. Si existen están fuera de la ley por lo que son perseguidos por la Justicia, no pueden tener subvención alguna y supuesto no pueden presentarse a las elecciones generales por lo que sus miembros no pueden ser elegidos como parlamentarios de la Asamblea Nacional.
La decisión administrativa de la Delegada del Gobierno en Madrid de prohibir la banderola "estelada", que quiere representar la independencia de una región española, en un partido de fútbol, ha provocado gran cantidad de críticas "Es un atentado a la libertad de expresión". Al parecer la cantidad de esteladas mostradas en partidos de fútbol anteriores," no ha provocado ningún tipo de tumulto ni desgracia, cada cual debe defender su idea, y nunca ha ocurrido nada, es la manera en la que estamos acostumbrados" "No es en manera alguna una provocación" "No habrá provocación" "eso sí silbaremos al rey" "le pondremos un burro a la bandera de España, pero no es violencia". La "estelada" como trapo de colorines no provoca en sí mismo ninguna tragedia y si hemos de juzgar al trapo nos quedaríamos con las manos vacías. Pero está claro que los que agitan ese trapo quieren señalar a todos los presentes, que ellos están por infringir la Constitución al apoyar la independencia de Cataluña por otra vía diferente de la constitucional, pues es de eso de lo que se trata. El dirimir este asunto en el terreno meramente deportivo que prohíbe la entrada en campos deportivos de banderolas ajenas a los eventos estrictamente deportivos, entra dentro de los márgenes de seguridad de cualquier acto multitudinario. Pero creo que este no es el caso. Ese trapo representa una afrenta a la unidad de España fijada en la Constitución y es ahí en el entorno de la Constitución donde debemos poner el acento, es decir, banderas todas las que quieras, pero que no supongan un apoyo a la independencia de una región española, porque es ahí donde se encuentra el problema.
Todo se encuentra dentro del mismo ruido, para mostrar lo que por la vía constitucional no pueden conseguir. Y en ese ruido, hasta los partidos autodenominados "constitucionalistas" están divididos en sus opiniones, así el Registrador, dice "que no es cosa suya" mientras que su delegado en Cataluña señala que es un inmenso error" y la de Madrid opina lo contrario. Naturalmente el Juez de turno permitió que las estrelladas cubanas entren en el campo de fútbol, acompañadas claro está de los independentistas catalanes, menudos son los Jueces en España en lo tocante a la libertad de expresión, más valientes que el Cid; a la Delegada del Gobierno que se le ocurrió la prohibición recurrida le ha caído, principalmente desde la derecha y los nacionalistas, más piedras que a Sansón al derribar el templo, "te vamos a tatuar la estelada en la frente", le dicen los valientes nacionalistas. Pero ¿se puede admitir el independentismo aunque sea pacífico y no ir, en tanto no se consiga, eternamente en contra de la unidad de España? Esa es la esquizofrenia a la que los legisladores constituyentes nos someten. Y es que el dilema es endiablado porque la maravillosa libertad de expresión, tan vasta como el ancho mar puede estar en España, perfectamente en contra de su unidad.
Aunque el trapo estelado sea un trapo especialmente diseñado para limpiarse el tafanario, ya que con su estrella indica el lugar donde hay que profundizar más, no es mas que una trampa más. ¿Por qué no se puede reformar la Constitución para que esto no pueda ocurrir y no puedan existir partidos independentistas pagados por todos los españoles, como ocurre en la "antidemocrática " Francia que como se sabe su idea de la libertad de expresión es minúscula ya que se dedican solamente a engrandecer a su país. Quizás el ruido, aunque lo hubiera, no tendría los mismos decibelios, porque sin pan suele ser mucho menor y nos dejaría tiempo para preocuparnos solamente de nuestro país. Es que lo de estos necios ya hace tiempo que es inaguantable.