Empezamos mal. Los nervios se muestran con demasiado evidencia en una precampaña que ni siquiera es oficial. Y esto lleva a situaciones carentes de sentido, que no reportan beneficio alguno al ciudadano y del que los partidos políticos deben escapar si realmente quieren poner sobre el escenario una campaña limpia. Pero hemos empezado mal, se ha comenzado apostando por una errática difusión de vídeos, seguida por peleas públicas en twitter a las que han continuado intervenciones de candidatos que, para nada, interesan al votante. Comparativas de políticos con otros cuando ni siquiera participan en este ‘guerra’ por el voto, acusaciones que no tienen nada de interés para el ciudadano, ataques en redes sociales... No es bueno ni para los partidos políticos ni es bueno para los ciudadanos. Con ese nivel no extraña que el barómetro del CIS siga augurando una elevada abstención, lo que supondría un fracaso para el sistema político útil de nuestra democracia.
No. Este no es el camino, debe haber un parón inmediato en la exposición de asuntos para que se recupere el tono, la mesura y la tranquilidad que deben marcar unas previas a unos comicios en los que nos jugamos mucho, tanto como conseguir un Gobierno central estable, que siga reportando tranquilidad a nuestro país y dé vía libre ya a las inversiones pretendidas.