Porque Ceuta es así. Cantarlo costó 100.000 euros. Dinero salido de las arcas municipales para promocionar la imagen de nuestra ciudad en el exterior, para que a nivel nacional e internacional se captara turistas. Porque Ceuta es así se quedó solo en eso, en un estribillo pegadizo. La otra Ceuta,
la de la Frontera Sur de Europa asustaría al propio José Mercé. Esa es la imagen del tercermundismo absoluto, pero también la imagen que ofrece Ceuta a cualquier turista llegado de Marruecos o a cualquiera que, desembarcado de la Península, se acerque a este extremo.
Personas hacinadas, crisis de ansiedad, órdenes a base de porras levantadas al aire, avalanchas… Son imágenes que dibujan un tercermundismo absoluto y que deja visiones infrahumanas de personas en pie, pegadas unas contra otras, esperando en grupos a poder cruzar una frontera o lo que cuentan que es. El Gobierno de la Nación sigue sin pronunciarse ante los cierres intermitentes ejecutados, la Delegación tampoco comparece y el PP, en un cómodo papel de oposición, se dedica a pedir los mismos guardias civiles y policías que el anterior gobierno de Mariano Rajoy negó.
Cada día en la frontera es un atentado contra la dignidad. Trabajadores transfronterizos que tardan entre 3 y 4 horas en cruzar este paso, en poder regresar a sus hogares. Y si llegan a sus casas sin haber sido empujados, ni golpeados… son unos afortunados. La Guardia Civil ordena a todas las personas que se acumulan en pequeños grupos, intentando tener libre la carretera. Lo hace para evitar colapsos en el interior del espacio fronterizo dados los decomisos que se producen en el lado marroquí. Son órdenes de la superioridad ejecutadas ante el modus operandi adoptado por Marruecos, mientras los empresarios no hacen más que pedir apoyos y medidas urgentes porque la situación es extrema.