Adriana, estudiante de un instituto en el que algunas veces doy charlas de hinduismo, es un ejemplo típico de la mayoría de gente con la que me encuentro: se considera espiritual pero no religiosa. Dice que su espiritualidad no incluye a Dios, al menos no a un Dios definido como “el Ser Supremo”.
“No me gusta que me digan en qué he de creer”, dice Adriana, que no se identifica con religión alguna. “Yo he de descubrir la verdad por mis propios medios”.
Y espera algo más que fe.
“Quiero una experiencia espiritual”, dice. “Entonces sabré”.
Yo le pregunté qué sería para ella una experiencia espiritual. ¿Como la dicha que se siente al tener un buen día? ¿La alegría de ver la sonrisa de un amigo? ¿La satisfacción de salvar las selvas tropicales?
Javi, otro estudiante, dice que todo depende de tu opinión sobre esas cosas. Tu actitud determina si vives de un modo espiritual o no.
“Ya sabes, te sientes espiritual”.
¿Pero es eso todo? ¿Una actitud? ¿Con tan sólo pensar que eres espiritual ya es bastante?
Yo prefiero una de las citas de la Bhagavad-gita: “Los buscadores de la verdad han llegado a la conclusión de que... lo que existe no desaparece”. Espiritual significa existir eternamente. Una experiencia espiritual nos relaciona con lo eterno.
Nosotros somos eternos, por lo tanto no habría de ser tan difícil tener una experiencia espiritual. Pero de hecho sí es difícil, porque nuestra conciencia se hunde en estos cuerpos temporales en un mundo temporal. Absortos en preocupaciones temporales, apenas si pensamos en lo eterno.
Yo le sugerí a Adriana y a Javi que probaran a recitar el mantra Hare Krishna, u otro fonema sagrado. Srila Prabhupada viajó a Occidente a enseñar la verdad espiritual y entregar experiencias espirituales. Prabhupada nos dijo: “Simplemente recitad o cantad Hare Krishna, y comprenderéis vuestro yo eterno”.
El sonido de la palabra Krishna no forma parte de este mundo, porque se trata de una llamada directa y personal a la Verdad Absoluta plenamente espiritual, la fuente de todo. Krishna es eterno, nosotros somos eternos y nuestros intercambios de amor con Él son también eternos. Esos intercambios, llamados bhakti, suponen la experiencia espiritual más elevada. Prabhupada criticaba toda definición vaga que se hiciera de la espiritualidad. La Verdad es una, solía indicar; no se puede afirmar de manera caprichosa que tus pensamientos bondadosos, tu partido de fútbol y tus romances son espirituales.
Krishna nos dice que incluso en el cuerpo actual el alma eterna puede comprender el espíritu en uno de los tres aspectos de Dios: Su energía espiritual ilimitada (Brahman), Su forma en nuestro corazón (Paramatma) y Su forma original personal (Bhagavan). Para ver a Dios en cualquiera de estos aspectos son necesarios muchos años de purificación, de sanear nuestra conciencia de su adicción a la materia. Hemos de seguir un proceso autorizado siguiendo las directrices de un maestro espiritual. Todos los aspectos de Krishna son espíritu puro, así que para alcanzarlos, para tener una experiencia espiritual, hemos de volvernos puros nosotros.
En lo referente a los buscadores de lo espiritual como Adriana y Javi, es importante que aprendan a ser honestos consigo mismos. Después de hablar con ellos varias veces, me atreví a sugerirles que se preguntaran a sí mismos si les interesaba la verdad, o tan sólo algo que les atrajera.
Muchos buscadores se detienen mucho antes de vislumbrar el alcance completo de la verdad y acaban en un concepto de la espiritualidad carente del aspecto personal. Creer que obtenemos espiritualidad sin tener que someternos a Dios puede que sea algo temporalmente satisfactorio. Pero si lo que deseamos es una experiencia espiritual plena, hemos de colocar en el escenario al Espíritu Supremo, la Personalidad de Dios.
(*) Es sacerdote hindú y Doctor in filosofía tradicional hindú, maestro de yoga y autor de 10 libros y numerosos artículos. http://jcramchandani.blogspot.com.es