“Tengo 54 años, no encuentro trabajo y tengo bajo mi responsabilidad a mis dos hijos desde hace ocho años”. Mohamed B.T. está ya cansado de repetir esa frase cada vez que llama al ver una oferta de trabajo o cuando directamente acude a una empresa para “pedirlo como si fuera un mendigo”. Y es que su familia no pasa por una situación fácil. Lleva ya diez años parado y sobreviven gracias a que cobra el
Ingreso Mínimo Vital. De ahí que, tras volver a quedarse un año más fuera del listado provisional de seleccionados para trabajar en el
Plan de Empleo del Gobierno de Ceuta, ya no sepa qué más hacer. “Yo nunca he salido y llevo en paro diez años. Si eso no es antigüedad, que venga Dios y me lo diga. Mi hijo tiene 16 años y la niña 12.Y mientras unos van
de Plan de Empleo en Plan de Empleo, a mí nunca me toca y a mis 54 años ya no es fácil encontrar un trabajo”, lamenta este vecino de la Avenida Lisboa.
“Por mi edad entiendo que no me llamen, pero que no lo hagan en el Plan de Empleo es increíble”
Lo cierto es que si de por sí el mercado laboral ya estaba expulsando a los mayores de 50 años, la pandemia ha agravado todavía mucho más esta cuestión. “Nunca me llaman y me tienen excluido del mercado laboral. Por mi edad entiendo que no me llamen nunca, pero que tampoco me llamen en el Plan de Empleo es increíble. Fui a los sindicatos y me dijeron que con todas estas condiciones me deberían haber llamado antes y sin duda voy a reclamar aunque no consiga nada”, relata.
Mohamed siempre ha trabajado como conductor de vehículos pesados. “Cuando empezó a entrar la mercancía en el puerto en contenedores en lugar de camiones, las empresas pequeñas de transporte de Ceuta desaparecieron casi todas. La última vez que trabajé fue en un camión grúa en el vertedero de Santa Catalina unos ochos meses, pero de eso hace ya diez años”.
Su única esperanza era “trabajar unos meses” en el Plan de Empleo de la Ciudad. “Eché para transporte en principio, pero también para peón, vigilante y cualquier cosa porque la situación en la que estoy lo requiere. Gracias a que tengo el Ingreso Mínimo Vital y con eso vamos tirando porque ya no tenía derecho a más prestaciones. Pero no me siento bien al estar cobrando sentado sin hacer nada, lo que quiero es trabajar aunque sea unos meses y seguir luchando por mis hijos”, concluía.