La Asamblea celebra este viernes el Debate del Estado de la Ciudad. Las distintas formaciones tendrán su momento para chequear la actual situación y proponer medidas de cambio. Tendrán su momento para dar el ejemplo que los ciudadanos esperamos, bien alejado de los espectáculos que se han podido ver en anteriores sesiones plenarias. Del tono que se mantenga en el foro plenario se derivará el éxito o no de una jornada en la que se espera que brille el talante político, crítico y constructivo; no el insulto, los enfrentamientos o las provocaciones. Para esas escenificaciones hay otros lugares, otros escenarios, pero no un pleno del que deben salir las claves para avanzar y no para que cunda el complejo de unas elecciones por adelantado.
En ellos, en cada representante de las formaciones políticas, está la oportunidad de aclarar a qué han venido, qué tienen que demostrar y qué van a proponer para que esto funcione mejor. Hay otros lugares para buscar confrontaciones o arreglar los ‘ascos’ que puedan tenerse cada uno, porque en un pleno no se está para escenificar las fobias o los reproches, sino que se está para avanzar, mejorar y hacer una política de la que el ciudadano pueda estar orgulloso.
En las últimas jornadas de plenos se han esmerado en superar la imagen de bajunería. Confiemos en que en esta ocasión, jornada clave, esperada e importante, se produzca una demostración al nivel del delicado momento político, sanitario y económico que estamos viviendo.