A los plenos se va a trabajar. A sacar adelante las propuestas por Ceuta, pero en ocasiones se convierte en un patio de colegio donde algunos creen que vale todo. En la sesión de control al Gobierno celebrada este jueves, casi al final de la misma, ha tenido lugar una nueva situación esperpéntica y de bajunerío político cuando el portavoz de Vox, Carlos Verdejo, le ha insultado al popular Yamal Dris, tildándolo de “bufón” e “imbécil”.
Verdejo, que ha explotado diciendo que no aguantaba más y que estaba harto “del impresentable” de Dris, le ha insultado con esos términos despectivos; términos que han escuchado todos los presentes y también en la difusión del pleno emitido por todos los medios de comunicación en directo.
La vicepresidenta primera de la Mesa, Cristina Pérez, ha advertido a Verdejo que no iba a consentir este tipo de situaciones e insultos, recordándole que esto “no es un patio de colegio”, es “una institución”, así que para faltar el respeto de los presentes mejor que se fuera. Así que Verdejo ha cogido la mochila y se ha marchado junto a la única diputada de Vox que quedaba, la diputada Cifuentes, ya que tanto Juan Sergio Redondo como Patxi Ruiz se habían marchado antes.
El espectáculo de nuevo se ha servido a la vista de todos, con modos de comportamiento bien alejados de lo que debe ser una sesión plenaria de diputados que representan a los ceutíes. El que ejerce de portavoz sin ser el número 1 de la formación ha considerado que tildar de “bufón, imbécil e impresentable” a otro diputado es la tónica que se permite en un foro plenario.
Pérez le ha advertido que mejor que se marche, recordándole que parece que lo que le retiene ahí es la “dieta que cobra a fin de mes”. “No le voy a consentir que insulte, esto no es un patio de colegio, es una institución, adiós”, ha zanjado.
El incidente ha ocurrido cuando estaba a punto de finalizar la interpelación de Verdejo relativa a las ayudas a la salazón en Ceuta.
Minutos antes, el portavoz del Grupo Parlamentario Vox manifestaba su preocupación ante una tradición de más de 3.000 años que se ha ido perdiendo, destacando que de las 20 casetas que en un momento hubo, hoy quedaban apenas siete y que el temor era que corrieran la misma suerte que corrieron la desaparecidas conserveras de la ciudad.
Fue muy crítico en cuanto a la condición de las pocas casetas ubicadas en la explanada de Juan XXIII, destacando la incomodidad de los maestros salazoneros. Asimismo, pidió explicaciones por la firma del convenio para el desarrollo del mercado de salazones con una inversión de casi 2.000.000 de euros para preservar esta tradición, señalado que a pesar de que esto se discutió en 2021, a la fecha “seguimos con las siete casetas antiguas y una explanada igual”.
La respuesta del consejero Alejandro Ramírez fue que la Ciudad tiene años ayudando y trabajando con este sector en la medida de las posibilidades. Aseguró que para este año se hicieron pequeñas rehabilitaciones para arreglar algún desperfecto, habló del saneamiento en las redes de la zona, y que se hizo mantenimiento externo a unas casetas que tienen solo un año de antigüedad.
En lo que respecta al mercado, ya con todos los permisos concedidos, aseguró que solo quedaba sacar el proyecto a licitación pública y que el plazo de ejecución era de apenas cuatro meses. Sobre la posibilidad de exportar el producto de las salazones, comentó que se estudia la posibilidad dentro de la normativa.
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