La activista e investigadora experta en migraciones, Helena Maleno, lo tiene claro: “Estamos pagando a Marruecos para que haga el trabajo sucio con la inmigración”. Así lo denuncia en una entrevista publicada por el diario.es, en la que Maleno critica abiertamente que en las fronteras de Ceuta y de Melilla se está produciendo una suspensión de los derechos fundamentales.
La periodista denuncia la gravedad de las actuaciones llevadas a cabo con los inmigrantes, algo similar a lo sucedido en octubre de 2005 cuando hubo deportaciones masivas de subsaharianos al desierto, en donde quedaron abandonados a su suerte. “La privación de derechos se ha agravado muchísimo. Después de 2005 y 2006, se ha seguido deportando gente a la frontera de forma colectiva pero no con tanta violencia. En 2009, hubo una pequeña mejora de derechos. Pero desde 2011 todo va a peor. Y este verano ha sido una debacle total y absoluta. Muertos, mujeres violadas, un cúmulo de situaciones de violencia insoportable”, denuncia Maleno en esta entrevista. Señala que “nunca ha habido una garantía de respeto a los derechos fundamentales de la población migrante y sus familias en Marruecos, por el miedo y la presión de la Unión Europea y España a Marruecos. Tanto en 2005 como ahora, el Gobierno del PSOE y el Gobierno del PP han felicitado a Marruecos por su buen hacer, le han animado en su trabajo en la frontera”, lamenta.
Según Maleno, existe una consigna de limpiar de africanos el norte de Marruecos. “Los marroquíes, entonces, dejan de respetar el Estatuto del Refugiado, los pasaportes y cualquier documentación, y hacen redadas masivas en Nador, Tetuán y Tánger. Les explican a los migrantes que no se puede estar en el norte de Marruecos. También cogen en Nador a mujeres y niños y los llevan a una especie de centro de detención. No se sabe cuánto tiempo van a estar allí ni por qué. Hay un centro de detención en el que las mujeres prenden fuego a las instalaciones, que depende de las fuerzas auxiliares, porque les están obligando a prostituirse. Huyen. Entonces las vuelven a coger en el bosque, las meten en otro, y allí ellas beben lejía para intentar suicidarse. Tras la visita de la delegación española la consigna era que no hubiera negros en el norte de Marruecos”, aclara.
La activista apunta en esta entrevista concedida a el diario.es que toda esta situación tiene mucho que ver con la posterior salida de pateras y balsas playeras que han provocado repuntes importantes en el Estrecho. “En medio de esto tenemos a personas con el Estatuto de Refugiado. Hay gente a la que se estaba devolviendo a Usda en autobuses, se les abandonaba en carreteras. Y mientras, en el norte, la gente estaba desesperada. Otro caso es el de una niña de 16 años demandante de asilo violada por tres hombres de las fuerzas auxiliares. Ella les había denunciado, sabía quiénes eran, tenía la placa del coche... Todo quedó impune. En este contexto es cuando empezaron las pateras. La gente se va al agua de forma desesperada, huyendo de lo que está pasando. Dicen: más vale intentarlo, pase lo que pase”, confiesa. “El Estatuto del Refugiado no es ni reconocido ni respetado. Tenemos personas aquí que deberían estar renovando el suyo, pero no pueden porque la ACNUR ha parado todas sus actividades en Marruecos. Con este sistema de control y redadas, lo que se consigue es el efecto contrario. La gente se siente tan presionada que se echa al agua”, matiza.
La reciente entrada de inmigrantes por el espigón del Tarajal que coincidió con la que se produjo en Melilla a través del vallado tiene mucho que ver, a juicio de Maleno, con este ambiente. “Desde el colectivo organizamos unas brigadas de salud en las que chequeamos todo el tema de acceso y derecho a la salud de la población migrante. Solemos actuar en barrios, bosques, asentamientos. El último fin de semana estuvimos en las proximidades de Ceuta y nos encontramos a un montón de personas heridas por ataques de las fuerzas de seguridad marroquíes. Nos explicaron que había habido muchos muertos, apaleados y apedreados por la Policía. Las fuerzas auxiliares llevaban machetes y había muchos heridos. Seguramente serán deportados porque eran testigos de lo que había pasado. Marruecos sigue negando estas redadas. Todo es mentira”, explica Maleno.
“En Ceuta y Melilla no se respetan los derechos fundamentales. Estamos pagando a Marruecos para que haga el trabajo sucio. Lo que pasa en frontera es una relación policía a policía, cosa que no puede ser. Porque entonces no tenemos ningún tipo de garantía en la gestión de los derechos fundamentales. España no le pide a Marruecos que respete los derechos fundamentales. Lo que hacen es felicitar a Marruecos y mentir. Cuando estás en este lado te das cuenta de que todo es una sarta de mentiras. Por ejemplo, cuando se dice que en el bosque hay equis miles de personas esperando cruzar. Hay una mala información porque interesa crear pánico y miedo para que se aplique una política de militarización”, detalla la activista.