España, Marruecos y Portugal agilizan el paso de los nueve féretros

Los cadáveres llegaron a las 20.00 horas a la frontera con Ceuta en ambulancias marroquíes que llegaron hasta al puerto, donde fueron trasladados a los coches fúnebres.

Un extraño caso de colaboración hispanomarroquí en Ceuta, abierta a tres bandas a Portugal, permitió ayer que los nueve fallecidos de Fnidek llegarán esta madrugada a su país.
La diplomacia lusa estuvo ayer encima de la situación. Desplazados a Marruecos y llegando junto a los féretros a las 20.00 horas a la frontera del Tarajal llegaron en un microbús el secretario de Estado para las Comunidades, Antonio Braga, y el embajador de Portugal en Rabat, Joao Rosa.  Marruecos ya había dado señales de colaboración. La primera reacción fue anunciar a bombo y platillo que Mohamed VI iba a pagar de su bolsillo los costes del traslado de los cadáveres.
Pero el trámite principal correspondía al cónsul español, que debía garantizar el paso de los cadáveres por el territorio nacional, algo necesario para interrumpir el curso de enfermedades de una frontera a otra.  Los trámites de repatriación son complicados y sólo en recoger la documentación necesaria se puede tardar días. Es necesario la comprobación de Sanidad Exterior,  informar, en este caso, del paso fronterizo entre Portugal y España al que irán destinados y un compartimento especial, una doble caja, que debe lacrar el propio cónsul. Un proceso infinito que se complica aún más cuando el cementerio no está en Ceuta.
Sin embargo ayer las ambulancias marroquíes entraron hasta el corazón de una de los lugares con más fuertes medidas de seguridad como es la zona de embarque. Antes a las 17.30 hubo un falso aviso de que la comitiva llegaba. Los propios funcionarios de Sanidad Exterior que debían certificar el traslado se encontraban allí. El problema, relatado después por el cónsul portugués en Ceuta , José Ríos; era la carencia de coches fúnebres. La funeraria Curado, la única local, sólo dispone de dos, ya de por sí insuficientes para cubrir los nueve traslados y con la imposibilidad de dejar a la ciudad sin medios durante un día. El grupo ASV  Servicios Funerarios, que gestiona la local desde hace unos años, envió nueve vehículos que llegaron al puerto poco antes de la llegada de las ambulancias a la frontera. Por eso hubo que esperar. La Guardia Civil y la Policía Nacional dispusieron dispositivos en la rotonda de Pepe caballa, a la salida del puerto, en Juan XXIII y tres vehículos que acompañaron a los cuerpos en su trayecto entre el Tarajal y el puerto después de un breve trámite.
“En la frontera se haría demasiado ruido”, comentó un funcionario de Delegación del Gobierno. Los cuerpos llegaron al puerto sobre las 20.30. El traslado entre las ambulancias y los coches fúnebres se hizo en la propia explanada, alejada de los medios de comunicación para evitar fotografías e imágenes innecesarias, y aislada de los pasajeros del buque de las 21.30 que viajaría después con los féretros a Algeciras. Allí también se resolvió el papeleo necesario de Sanidad Exterior, que se alargó durante una hora bajo la mirada del delegado del Gobierno, y que abrió las dudas de si los cuerpos tendrían que abandonar la ciudad en el barco de las 23.00.
Finalmente los nueve vehículos emprendieron su camino hacia el barco. Antes hubo algo de protocolo. Una despedida sencilla, un corredor de honores como lo definieron, en el que las autoridades y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado formaron dos filas entre las que pasaron lentamente los nueve coches fúnebres justo antes de embarcar.
Después de los honores, Braga hizo mención a la colaboración prestada por ambos países: “Queremos agradecer a los servicios sanitarios el gran trabajo que han hecho por los heridos y la gentileza mostrada, y también a las autoridades ceutíes, en especial a su delegado del Gobierno y al presidente de la Ciudad la rapidez con la que han mostrado su colaboración”.

Llegada a la madrugada
Según comentaron las autoridades portuguesas a los medios de comunicación de su país, de los que ayer una treintena de periodistas se encontraban en la zona de embarque, los vehículos enfilarían directamente a Lisboa una vez alcanzado el puerto, sólo parando para repostar. Entre Algeciras y Lisboa puede haber unas seis horas de trayecto y los cuerpos se esperaban sobre las 4.30 de la madrugada, a las 3.30, según la hora de Portugal.