Escrivá, sobre la frontera: "Tenemos respuestas para todos los escenarios posibles"

Dicen quienes le han tratado de cerca que el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá (Albacete, 1960), es “muy inteligente”, “independiente” y “campechano”. Economista de prestigio y expresidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), en el Consejo de Ministros “aplica la ciencia a las políticas sociales”. Tras su primera visita a Ceuta esta semana atendió a El Faro para profundizar en el compromiso del Gobierno central con las singularidades de la ciudad, su visión de cómo debe ser la gestión del fenómeno migratorio de menores y adultos, el futuro del CETI o el sostenimiento de las bonificaciones en las cuotas empresariales a la Seguridad Social. Evita polemizar sobre asuntos como las expulsiones de menores de agosto, pero no rechaza ninguna pregunta.

–¿La imagen de Ceuta lleva más de dos décadas ligada al fenómeno migratorio. ¿Se ha gestionado bien? ¿Hay alternativa a la securitización de los perímetros fronterizos terrestres? ¿Ve posible establecer “vías legales y seguras” para ordenarlo?

– La gestión realizada por la sociedad civil en Ceuta y por todas las administraciones implicadas ha sido admirable. En particular, desde nuestro Ministerio trabajamos en un modelo migratorio que afiance la llegada de personas migrantes a través de vías regulares y seguras. Así lo hacemos a través por ejemplo de programas de gestión colectiva de contrataciones en origen (orden GECCO) que permiten la llegada a España cada año de, entre otros, miles de trabajadoras de Marruecos durante la campaña de los frutos rojos en Huelva. La experiencia nos demuestra que es posible establecer esas vías y España defiende con hechos esa posición en todas las instancias. En la ciudad el Gobierno trabaja en un Plan Estratégico que estaría listo en junio y que, atendiendo a las especiales peculiaridades de Ceuta, buscará no solo reforzar la viabilidad económica sino también la cohesión social. Este Plan estratégico y los fondos del Plan de Recuperación son una gran oportunidad para poner en marcha en Ceuta un nuevo modelo económico con una actividad más diversificada y con mayor perspectiva de futuro, con mejores empleos y mejores actividades.

"De mayo lo relevante fue la capacidad de todas las administraciones para responder al episodio"

–La ciudad disfruta desde hace años de cuantiosas bonificaciones en las cuotas a la Seguridad Social, pero hace mucho que no se evalúan. ¿Prevé cambios?

–Siempre es importante evaluar todas las políticas públicas y, en este sentido, el Plan de Recuperación hace un énfasis especialmente importante, ya que refuerza tanto las competencias como las capacidades de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal. En cualquier caso, somos conscientes de las especificidades que tiene la Ciudad Autónoma de Ceuta y que estas deben reflejarse de alguna forma.

–¿El episodio de mayo ha marcado un punto de inflexión para Ceuta. ¿Lo sucedido fue una crisis política o migratoria?

–Lo relevante no es tanto el término que utilicemos para referirnos a aquel episodio, sino la capacidad de respuesta que mostró el Gobierno y el conjunto de las administraciones, ante esa situación. Desde nuestro ministerio, conscientes de que las competencias eran muy repartidas al tratarse en gran medida de población menor de edad, mantuvimos un fiel compromiso con la ciudad de Ceuta para canalizar financiación europea con el objetivo de dar respuesta a esta situación, y que la ciudad viera lo antes posible sufragados los gastos que lo ocurrido pudieron suponer a su administración. Mantuvimos un contacto fluido con las entidades del tercer sector y entidades que eran conocedoras en el terreno de situaciones de vulnerabilidad de personas adultas a las que había que prestar atención rápida (como pueden serlo personas solicitantes de protección internacional, o vulnerables, niños o familias), para que pudieran acceder al principal recurso del ministerio en la ciudad, el CETI.

"Hay una gran oportunidad para poner en marcha en Ceuta un nuevo modelo económico"

–La jurisprudencia del Supremo con los solicitantes de asilo en trámite ha aliviado la presión en la ciudad, pero ha generado un temor institucional a recibir una avalancha de peticiones cuando se reabra la frontera. ¿Lo ve verosímil? ¿Cómo se gestionaría?

–Trabajamos en todos los escenarios posibles y tenemos capacidad de respuesta ante todos ellos, aunque es complicado abordar escenarios futuros que aún no se han dado. Lo esencial, cuando hablamos de migraciones, es no olvidar que son muchos los factores que las originan. Además, España, por su situación geográfica se enfrenta a flujos migratorios mixtos con presencia de migración económica y potenciales beneficiarios de protección internacional. Por ello cuando reducimos la migración a un posible efecto llamada, contribuimos -a mi juicio- a hacer una lectura sesgada y en cierto modo precipitada de los movimientos migratorios. Tenemos que mantener la prudencia y estar listos para cualquier escenario.

–Antes se refería al CETI, cuyas condiciones de acogida, sobre todo para las familias, han sido criticadas. ¿Seguirá abierto para ciudadanos de origen marroquí o volverá a acoger sólo a migrantes de otros países?

–El Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes tiene una capacidad de 512 y actualmente, tiene una ocupación de poco más de 300 personas. Desde que este equipo está en el Ministerio de Inclusión, la ocupación del CETI no ha parado de descender para asegurar la mejor atención y acogida de las personas que viven en él. Creo que la situación del CETI no tiene nada que ver con la que tenía en el pasado, cuando llegó a tener una ocupación de 1.200 personas y la media anual de ocupación en los años anteriores lo mantenían siempre por encima de su capacidad: había habido una media de 663 personas en 2016, 719 en 2017... Además, este año vamos a seguir mejorando las instalaciones con un importante esfuerzo inversor.

Mantener ocupaciones bajas como la actual es de por sí una declaración de intenciones en sí misma: creemos en la inclusión de estas personas y esta inclusión comienza en su lugar habitacional. Es importante para nosotros que las condiciones sean siempre mejores. Para asegurar que nuestros centros cumplen los mejores estándares internacionales, trabajamos con la la Agencia Europea de Asilo, que nos evalúa y nos hace propuestas de mejora. En el CETI de Ceuta hemos hecho mejoras, adaptándonos a la realidad migratoria de cada momento y realizaremos todas las que sean necesarias, teniendo en cuenta que el equipo profesional allí desplegado puede ejercer su labor en mejores condiciones con ocupaciones más reducidas del recurso.

"Reducir las migraciones a un ‘efecto llamada’ supone hacer una lectura sesgada"

–¿Seguirá abierto para ciudadanos de origen marroquí o volverá a acoger sólo a migrantes de otros países?

–El centro siempre ha priorizado y seguirá haciéndolo a perfiles vulnerables por encima de cualquier otro factor, en coherencia con los criterios marcados por la Directiva de Acogida.

–En relación con los niños migrantes solos, ¿cuándo aprobará el Gobierno el sistema estable de solidaridad interautonómica prometido para responder a situaciones como las registradas en Ceuta o Canarias recientemente? ¿Debe ser ese el futuro de gestión en España?

–Esa competencia no recae en el ministerio que dirijo, pero eso no significa que no me preocupe. Por supuesto la solidaridad que abordamos como necesaria en otros foros como el europeo es a mi juicio igual de necesaria en este contexto. España siempre ha defendido la dimensión europea del fenómeno migratorio, con lo que implica de apuesta por la solidaridad entre estados. Puede hacerse una lectura coherente en términos estatales

–¿Qué le pareció la expulsión exprés de menores que se intentó ejecutar en agosto?

–Lo realmente importante para mí es la capacidad de respuesta que mostró el gobierno en su conjunto ante esa situación, y la forma en que nos coordinamos para tender la mano a una administración, la de la Ciudad, con la que tenemos una muy buena relación y para la que seguiremos estando disponibles siempre que nos necesite.

"El CETI seguirá priorizando la atención a perfiles vulnerables sobre cualquier otro factor"

–¿Tras los cambios del Reglamento de Extranjería que usted impulsó el año pasado para favorecer la integración en España de esos menores, ¿en qué se ha avanzado y cuáles son los principales retos por acometer?

–El cambio terminó con una injusticia que mantenía a jóvenes formados al margen de la sociedad a partir de los 18 años. Nos encontramos con miles de jóvenes en los que administraciones autonómicas, por ejemplo, habían invertido recursos y tiempo, innumerables horas de formación, pero que no se materializaban en un futuro al cumplir la mayoría de edad. Muchos ya están trabajando porque tan solo les faltaba que desde la administración lo hiciéramos posible. La predisposición a integrarse, la formación, el aprendizaje de la lengua… Todo estaba preparado. Faltaba corregir aquella anomalía, y eso hicimos.

–El Plan Normativo del Gobierno central para 2022 anuncia otra reforma para “simplificar el número de autorizaciones y validez de las mismas y agilizar y flexibilizar los procedimientos de tramitación en extranjería”

–Tenemos la obligación de adecuar los procedimientos administrativos a las demandas de una sociedad que exige agilidad y flexibilidad. La política migratoria tiene múltiples derivadas que afectan por ejemplo a la capacidad con la que las empresas reclutan a profesionales con perfiles cada vez más específicos. España puede y debe enfocar la migración como un vector con el que afrontar desafíos que son comunes a todas las sociedades europeas. Modernizar la gestión en materia migratoria es una oportunidad y una necesidad que atender como país. En los últimos meses hemos dado importantes pasos como, por ejemplo, los que agilizan los trámites para los profesionales del sector audiovisual, que han sido muy valorados en el exterior. Queremos seguir profundizando.

"Nos encontramos miles de jóvenes formados que quedaban al margen de la sociedad al cumplir 18”

–Más de 6.000 ceutíes perciben el Ingreso Mínimo Vital (IMV) o el IMIS. Más allá de prestaciones, ¿cuál es el plan de su departamento para propiciar su inserción sociolaboral?

–Uno de los motivos de este viaje ha sido formalizar el convenio para desplegar un itinerario de inclusión para beneficiarios del IMV en Ceuta. Hemos aprovechado los fondos europeos para trabajar en esta cuestión y hemos firmado un acuerdo con la Ciudad que creo que es muy interesante. Prevé dar atención individualizada a 700 perceptores para proponerles itinerarios de inclusión social y laboral. Siempre dijimos que el IMV se ponía en marcha para ser más que una prestación y, por ello, es fundamental que se acompañe de estos itinerarios. De momento, estamos firmando convenios para desarrollarlos a través de proyectos piloto que se evaluarán para escalar aquellos que veamos que son más eficientes.

“Atender” a los transfronterizos sin generar “agravios comparativos”

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, defiende que el Gobierno de Pedro Sánchez “tiene muy en cuenta” la situación que atraviesan los trabajadores transfronterizos, “personas especialmente afectadas por el cierre fronterizo por causa de la pandemia”. “En esta visita el secretario de Estado de Migraciones se ha reunido con ellas y desde el Ministerio nos hemos comprometido a estudiar, dentro del marco de la normativa vigente, las alternativas posibles para buscar puntos de encuentro con la premisa de no generar agravios comparativos hacia otros trabajadores transfronterizos que si hicieron uso de los corredores habilitados en este periodo de tiempo”. No obstante el político manchego advierte que “en todo caso hay margen en la actual normativa en materia de Extranjería para paliar las incertidumbres que pesan sobre estas personas”, que antes de quedar en el limbo legal en el que se encuentran actualmente los que han optado por permanecer en la ciudad para no perder sus trabajos a costa de no poder ver a sus familias ya llevaban décadas sufriendo una “discriminación” denunciada por sindicatos como CCOO al verse privados de derechos como el acceso a las prestaciones por desempleo por las que cotizan.