Arcos Quebrados se ha convertido en la gran pesadilla
para los Bomberos. Una pesadilla que viene acompañada por la sorpresa porque no entienden que, a pesar de las continuas quejas plasmadas en informes, nada se haya hecho todavía para terminar con este vertedero de chatarra, basura y caminos impracticables. Las antiguas caracolas se han convertido en el punto negro por excelencia para el SEIS, dado que es en este lugar en donde se repiten, casi a diario, los incendios provocados. Hay tramos de más de 200 metros en donde se llevan echando restos de todo tipo desde hace tiempo: no solo basuras sino chatarra que procede de los distintos desguaces de la ciudad.
Y así, uno se puede encontrar palés, restos de mobiliario de casas, bañeras, ladrillos, basuras... de todo lo que uno pueda imaginarse que va a parar a este lugar convertido en una escombrera a la que después se le prende fuego. ¿Cómo nadie vigila la comisión, a plena luz del día, de estos delitos medioambientales?, ¿cómo se permite la quema indiscriminada con la inseguridad que genera?, ¿quién no ejerce su responsabilidad para cortar con una práctica tan común que se ha terminado por convertir en un problema de seguridad y de salud pública?
Los incendios que se han producido en estos días demuestran la gravedad de lo que está sucediendo mientras que, por el contrario, nada se hace al menos con la urgencia merecida ante el volumen de desperdicios generados. A plena luz del día o incluso mientras los Bomberos están trabajando sofocando las llamas, hay personas que dejan basuras o que van con sus vehículos para depositar restos de todo tipo a los que después prenderán fuego con vistas a que queden calcinados y confiando en que estas maneras de proceder deriven en una limpieza más rápida del lugar, cosa que no se produce a la vista de los vídeos que aportan ciudadanos y que demuestran que la situación cada vez es más caótica y entregada a la dejadez.