Un salto mal calculado, un impacto contra las rocas o el fondo del mar y, en el mejor de los casos, una herida más o menos grave.
En el peor, lesiones medulares irreversibles y una tetraplejia de por vida. Cruz Roja lanza de forma insistente el mismo mensaje en verano: esa diversión tan extendida entre los jóvenes de lanzarse al agua desde las escolleras puede tener consecuencias fatales. El último ejemplo se registró el domingo, cuando fue necesario atender a un joven de 12 años por los cortes que la imprudencia le dejó en la cara como secuela.
Ocurrió en La Ribera, en torno a las 18:30. Los efectivos de Cruz Roja habían dado hasta dos avisos a un grupo de bañistas de corta edad para que dejaran de zambullirse precipitándose desde la escollera. Obviaron las recomendaciones y en uno de los saltos uno de ellos impactó contra una roca, rasgándose la cara. Necesitó atención en el puesto de socorro y posteriormente en el ambulatorio. Resultado: tres puntos. “Y tuvo suerte, porque era la zona de la tercera boya y hay muy poco fondo. Pudo se peor”, reconocía ayer Clemente Núñez, director de Salud y Socorro de Cruz Roja Ceuta.
El caso fue el único que requirió intervención sanitaria. Todo un milagro si se tiene en cuenta que, según los datos facilitados ayer por la organización humanitaria, durante el pasado fin de semana dieron hasta en 240 ocasiones el aviso a los bañistas que pretendían lanzarse desde las escolleras o las rocas de las playas de La Ribera, El Chorrillo, Tarajal y Miramar. Casi un tercio del total de 761 intervenciones entre viernes y domingo.
“Lanzarse al agua sin calcular las consecuencias del impacto ni la distancia con el fondo de una piscina o del mar es la principal causa de tetraplejia en España. Hay que tener mucho cuidado”, insiste Núñez reiterando la llamada a la precaución.