“Es impresionante la capacidad que tenemos las personas de tener sueños y que nos mantengan con vida”

Paula Domingo. coordinadora de la Asociación Elín, habla sobre inmigración y la labor que realizan en El Sardinero.

Paula Domingo, de la congregación de Carmelitas de Santa Joaquina de Vedruna, conversa sobre inmigración y la labor de la Asociación Elín, de la cual es coordinadora, con Juan León G., reportero y autor del blog elpatiodemicasainfo.wordpress.com .
El bloguero destaca dos detalles reveladores: Es una de las personas más conocidas en la ciudad en la lucha por los derechos de las personas migrantes –tanto es así que la conocen como ‘Mamá Paula’ y Elín no es Elín, sino ‘Casa Paula’ –, y Pili, una de las voluntarias que lucha codo con codo con ella, la describe como una “revolucionaria”. El otro dato es que, aun siendo mujer de paz, las instituciones oficiales la conocen por su guerra. León da paso a la entrevista sin olvidar a otras dos mujeres fundamentales para la entidad: Begoña y Candela, compañeras y almas máter de la asociación junto a Domingo.
Elín comparte experiencias con inmigrantes en Ceuta, velando por los derechos humanos de los inmigrantes; la acogida y la sensibilización de la población. Cuando llegaron, “había cerca de 3.000 inmigrantes, pero salían con un año de permiso de residencia y de trabajo solamente por dar una dirección”. En aquel momento, “vivían en Calamocarro muy mal”, pero en “apenas tres meses salieron”. Luego se creó el CETI, prosiguió, y “se empezó a controlar más”. Desde 1999, “lo que sí puedo decir es que la situación para ellos ha ido empeorando, nunca mejorando”, concluye Domingo.
Sobre la relación con Delegación del Gobierno y la Administración, la religiosa indica que es inexistente porque, “normalmente, no tenemos ninguna relación con ellos que sea a nivel político”. “Solo tenemos cuando hay violación de derechos y denunciamos que el Gobierno se pone nervioso y controla y nos controla. Pero nada más”. Por el contrario, la relación con Acoge, CEAR, Derechos Humanos de Andalucía (APDHA), SOS Racismo o Amnistía Internacional, entre otras organizaciones, es “muy fuerte” y trabaja en Europa a través de Migreurop.
Esta portavoz del colectivo aclara que no piden “subvenciones ni a gobiernos ni grandes multinacionales”, ya que “vivimos de donativos”. No obstante, reconoce que la izquierda “ha potenciado acercamientos”.
Por su labor en el perímetro fronterizo, la Guardia Civil es uno de los puntos tratados en el transcurso de la entrevista en El patio de mi casa. Tras mencionar que normalmente no habla con el Instituto Armado, la religiosa recuerda que algunos inmigrantes le dijeron que se encontraron agente que les iba a detener, “pero le he pedido por favor déjame ir y me ha dejado”. “Quiero decir que yo creo que dentro del Cuerpo hay de todo, como en todos los sitios. Hay gente que lo debe estar pasando mal si tiene que cumplir unas órdenes (...) y otros que tendrán la idea de que son inferiores”.  
Esta “opción de vida” que tomó Domingo “merece la pena” porque en el “mismo sufrimiento, en la misma alegría, estamos compartiendo muchas cosas, muchas vidas, experiencias” y culturas diferentes. “Es impresionante la capacidad que tenemos las personas de tener sueños y que nos mantengan con vida”, reflexionó.
¿Cómo denominar a sus instalaciones en El Sardinero? Tiene claro que no es un centro, “sino una casa”, ni a estos extranjeros se les puede llamar usuarios. “Ellos son amigos que vienen por aquí y lo que yo les digo siempre es que aquí todos creemos que todos tenemos la misma dignidad, por lo tanto, van a ser aceptados como cualquiera, sin distinción de su color, su religión y su país”. Solo piden “respeto mutuo y un buen corazón, y con eso intentamos hacer familia y humanidad”.
Ceuta constituye la superación de una “etapa en el camino” porque ya están más cerca de cumplir su objetivo: “buscar una vida mejor”. Su estancia, indicó la coordinadora de Elín, pasa por varias fases: “En los primeros momentos se sienten mucho más relajados, luego ya esperan salir y, si se alarga el tiempo, tienen miedo a la posibilidad del retorno a su país. Son las dos cosas que más les agobia: ser devueltos a su país o no saber cuándo van a salir”.
Domingo desvela que los inmigrantes “no son de pedir muchos consejos” porque tienen una “dignidad bastante grande y no crean posturas de dependencia”, por el contrario son personas con quienes pueden “hablar de tú a tú” y comparten la “cultura, la lengua española y cómo seguir caminando hacia una vida mejor”, pero “nunca damos dinero”. En la entrevista con León comenta que supone un “gozo” cuando, al marcharse a la península, les dicen: “Es la segunda vez que me despido de mi familia. La primera fue en África y la segunda aquí”.
Las actividades que ofrecen son “medios, no un fin de la asociación”. Sus objetivos, expuso la vedruna, “son que no estamos de acuerdo con estas políticas en relación a la inmigración y queremos que esto cambie. Queremos derechos humanos para todos y que el emigrante sea una persona reconocida con derechos”. Ante todo, ese es su trabajo: “Devolverles su dignidad, que la pierden en el camino y cuando llegan aquí”. Un viaje que, debido a la crisis, tiene su meta en Francia, Bélgica o Alemania.

Sensibilizar
En cuanto a los avances en la integración de los inmigrantes en la sociedad, Domingo sostiene que son insuficientes aunque resalta iniciativas como las actividades interculturales en colaboración con la Universidad de Granada porque “sensibilizan” a la ciudadanía. “Cuando salimos en grupos, vamos a ver la ciudad, nos tomamos un café en una terraza... Eso hay gente que lo ve mal. Porque claro, tienen la idea del emigrante que viene aquí el pobre que no tiene nada y qué hace tomándose un café”, analiza la activista.
Para Domingo, los medios de comunicación contribuirían a cambiar la imagen que tiene la sociedad si, “más que meter miedo, fueran a las causas: por qué vienen, no por qué están; qué pasa con África, el continente más rico del mundo es donde más pobres hay. Qué pasa con la riqueza: quién la tiene, adónde va; quién la explota”.