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Es de bien nacido...

Es de bien nacido ser agradecido”, eso dice el refrán. Y comienzo mi artículo de hoy de esta forma porque el pasado diez de octubre publiqué en estas mismas páginas un artículo que titulé “Hablemos de solidaridad”. En él, me refería a mi amigo y compañero Juan Antonio Rivas Méndez, “Turu” como cariñosamente le llaman sus alumnos. Traté de explicar esa extraña “manía” que él tiene de querer ayudar a la gente necesitada, sobre todo a gente que padece alguna enfermedad o anomalía física o mental y no dispone de los medios económicos para tratarla adecuadamente. Muy extraña esa “manía” de mi amigo Juan Antonio en los tiempos que corren. Yo trataba de explicar el caso que le ocupaba en ese momento y pretendía difundirlo para llamar la atención de personas que le ayudaran en su elogiable tarea. Y hoy tengo que dar las gracias porque esa ayuda se ha producido con creces.
Expliqué que habían sido varios los casos en los que, prácticamente solo o con la ayuda de la ONG “Digmun”, había conseguido mitigar o eliminar los males y mejorar enormemente la calidad de vida de varias personas. En ese momento, Juan Antonio andaba enfrascado tratando de ayudar a Yamal, un chico de Castillejos, enfermo (no se sabía exactamente de qué) y en unas condiciones personales y familiares realmente lamentables.
Aprovechando que en aquel momento el F.C. Barcelona iba a venir a jugar un partido de Copa contra la A.D. Ceuta, Juan Antonio hizo platos con la efigie de algunos de los más famosos jugadores del club catalán, e innumerables retratos de dichos jugadores o de personas particulares que se los encargaron.
En aquellos momentos, yo atravesaba unas circunstancias que me impulsaban a embarcarme en nuevas experiencias, cosas que nunca había hecho. Fue por eso por lo que, entre otras cosas, hice una “escalada” a la Mujer Muerta junto a varios compañeros de mi Instituto y me decidí a colaborar con Juan Antonio en su tarea. Tuve el privilegio de que él aceptara mi ayuda, muy pequeña porque prácticamente todo lo hizo él y así tuve la ocasión de comprobar “sobre el terreno”, de forma práctica, algo de lo que dijo Freud en unas de sus teorías refiriéndose a los instintos.
Decía Freud que aunque los humanos usamos los instintos mucho menos que los animales no por ello dejamos de tenerlos, e identificaba dos clases principales de instintos: instintos de vida (Eros) e instintos de muerte (Tánatos). Los primeros nos impulsan a hacer cosas buenas a cambio de nada. Por ejemplo, todos conocemos o hemos oído casos de personas que incluso han puesto en peligro su propia vida por salvar a un desconocido-a.
Los segundos son el polo opuesto y, según Freud, explican la maldad de los seres humanos y la enorme cantidad de actos ruines que cometemos. Según lo que conozco, puedo decir sin temor a equivocarme que mi amigo Juan Antonio tiene extremadamente desarrollados sus instintos de vida.
Debo dar las gracias a Juan Antonio por dejarme ser testigo de su labor y darme una maravillosa e inolvidable clase práctica sobre cómo interesarse por los demás, sobre cómo hacer el bien por los demás a cambio de nada. Bueno, he dicho a cambio de nada y no es cierto, porque la íntima y secreta satisfacción que se experimenta cuando se ayuda a alguien es tan grande que compensa son creces todo el esfuerzo que se hace. Sin duda, es más lo que se recibe que lo que se da.
He sido testigo de cómo Juan Antonio ha derrochado horas y horas de trabajo, a veces hasta bien entrada la madrugada, haciendo platos y retratos con los que recaudar dinero para Yamal. Algunos de esos platos y retratos fueron después vendidos al precio de cincuenta céntimos o un euro, porque Juan Antonio no les ponía precio sino “la voluntad”. Y ha recibido esas cantidades como si se tratara de una fortuna, dando las gracias con la mejor de sus sonrisas en los labios.
Con el dinero recaudado se han podido comprar los medicamentos que el tratamiento de Yamal requería y también se han podido hacer algunos cambios en las condiciones de vida de Yamal y su familia. Y digo que se ha empleado en esto porque a pesar de que Yamal no tiene ningún Seguro Médico ni nada por estilo, en cuanto les hemos explicado el caso, los médicos que lo han tratado lo han hecho desinteresadamente. Por eso, en este capítulo de agradecimientos, tengo que referirme y darle las gracias públicamente a los Doctores Don Rafael Merino de Torres, Don José María Gómez-Lama y Don Juan Vadillo Andrade.
También tengo que dar las gracias a los alumnos y alumnas del Aula Permanente de Formación Abierta de la Universidad de Granada en Ceuta, por su generosa aportación. A Manolo Oleas (otro compañero del Instituto) y su mujer (que nos acompañó a los médicos cada vez que hizo falta e hizo un magnífico trabajo de intérprete, con su mayor interés y cariño). A Beatriz Palomo de Radiotelevisión Ceuta, a Juanjo Coronado de Onda Cero y a Vicente Álvarez de “El Faro” que con sus entrevistas y viñetas ayudaron a difundir el caso. A la A.D. Ceuta y a la Peña Barcelonista de Ceuta (especialmente a sus respectivos Presidentes) por su contribución económica. Al Bar Lusitano y “La Jota” por dejarnos colocar en ellos unas huchas con las que también se recaudó algo de dinero. A muchos de nuestros alumnos-as del I.E.S. “Puertas del Campo” que compraron muchos de los platos y retratos de Juan Antonio. Y a la multitud de gente anónima que ha colaborado con donativos, a veces  pequeños en la cantidad, pero que han hecho que muchos granitos formaran la montaña que necesitábamos para ayudar a Yamal.
En total se recaudaron 738? y como a los doctores no hubo que pagarles, el dinero se ha destinado íntegramente al tratamiento y a mejorar ciertas condiciones materiales de la vida de Yamal. También ha sido posible donar 300? a la ONG “Digmun” para contribuir al pago de una operación que se va a realizar próximamente en Córdoba a una niña de Marruecos cuya familia tampoco tiene los medios económicos necesarios.
La foto que ilustra este artículo es la de Juan Antonio con Yamal. En la cara de Yamal se dibuja una amplia sonrisa, una expresión muy diferente a la que tenía hace unos meses porque realmente, gracias a Juan Antonio, Yamal es ahora otra persona.
A Juan Antonio le han salido nuevos casos y creo que le van a seguir saliendo porque la noticia de que hay un hombre bueno que se dedica a ayudar a quien tiene una necesidad corre como la pólvora entre los que no tienen nada o casi nada. Él siempre dice que ha sido el último caso, que ya no hará nada más, pero yo creo que Juan Antonio no sabe decir que no y que muy pronto lo veré de nuevo atareado, ideando una nueva forma de obtener dinero para ayudar a alguien.
Si entran en Internet, en la página de “youtube” y escriben “turuleón” podrán ver algunas de las cosas que les he contado en este artículo. Muchas gracias a todos. Como decía al principio, “es de bien nacido ser agradecido”.

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