“Era un adelantado a su era; su obra es un legado histórico”

{jaimage crop="TC" /}En una jornada muy emotiva para la familia, pues las Murallas Reales acoge la exposición de Bartolomé Ros, la hija del fotógrafo repasa su obra

Hija del emblemático fotógrafo y empresario Bartolomé Ros, Rosa Ros atiende a El Faro con los vellos de punta, una emoción más que justificada pues la ciudad en la que vivió su padre recuerda la figura de una persona muy querida mediante la exposición Bartolomé Ros. Frontera de África.
–Menudo homenaje a Bartolomé Ros...
–Lo de homenaje es lo de menos, lo importante es la exposición, la muestra de fotografías de mi padre. Más allá de que el ánimo sea hacer un homenaje o no, la intención principal es la de que se vuelva a ver la obra de Bartolomé Ros, una figura muy emblemática de Ceuta.
–De todas formas, la iniciativa de la Ciudad será muy emotiva para la familia...
–Totalmente. Estamos muy agradecidos, nos gusta mucho este detalle, claro. Nosotros somos muy de Ceuta.
–¿Cuál considera usted que es la gran virtud de la obra de su padre?
–Vista desde este momento quizá se vean menos virtudes, pero si uno se sitúa en el momento y en el lugar en el que fueron tomadas las fotografías, realmente son muchas la características admirables que se descubren. También hay que ser conscientes de los métodos de trabajo de entonces, que era mucho menores. Bartolomé Ros hizo la mayoría de las fotografías que se van a ver en la exposición cuando tenía catorce, quince, diecisiete años. Su obra es limpia, tiene una visión muy artística y esto es un hecho clave para apreciar su calidad.
–La obra tiene un verdadero legado periodístico, documental e histórico de la propia ciudad.
–Totalmente de acuerdo. Él recoge un pedazo de tiempo de la historia de España, de Ceuta, que está poco estudiado y apenas recogido en libros, de modo que es un valor importante que se añade a la obra. Lo hace de manera muy periodística, en efecto.
–Y muy hermosa a tenor de los paisajes que se descubren en la obra.
–Es verdad. Además es una exposición muy variada, pues hay retratos de ceutíes de la época, se recogen las infraestructuras del Puerto de aquella época, hay documento gráfico de algunas visitas muy importantes que tuvieron lugar durante el Protectorado, hay imágenes de cuarteles, un poco de todo, en definitiva.
–Si Bartolomé Ros viviera, ¿haría uso de las nuevas tecnologías o por el contrario las rechazaría?
–Ahora cualquiera hace una foto que luego la puede retocar y antes era mucho más complicado. Pero si mi padre viviera ahora, como usted comenta, sería partidario de la tecnología, él era un adelantado a su época. Esto no quiere decir que perdiera su sello y autenticidad, claro.
–De hecho, en esta muestra hay en cierto modo uso de mecanismos actuales...
–Así es. He tenido un especial interés en que se vea todo el potencial que tiene y que tenía Ceuta como ciudad a través de las fotografías. Para ello Castro Prieto ha hecho ampliaciones digitales a partir del negativo original sobre papel de algodón, de modo que se ve la belleza de Ceuta en toda su esplendor.
–O sea, la Ceuta del siglo pasado en su esplendor.
–Es verdad, porque la ciudad ha cambiado mucho en un siglo pero sigue siendo muy bonita y auténtica ahora.Hay desconocimiento sobre Ceuta, a veces muy cruel. Para esta exposición vienen amigos míos y seguro que se sorprenden al descubrir esta ciudad. Muchas veces me he enfadado defendiendo a Ceuta.
–Natural de Cartagena, ¿qué era Ceuta para Bartolomé Ros?
–Él llegó muy jovencito a Ceuta, de modo que su vida fue esta ciudad. Aquí estuvo la familia, estableció sus tiendas y nos sentimos ceutíes.
–¿Qué le merece a la familia que tantos años después de la muerte de Bartolomé Ros sus exposiciones atraigan la atención de decenas de personas?
–Es un orgullo que en el año 2013 se tenga en cuenta y se dediquen muchos elogios a unas fotografías hechas en 1920. En cada exposición de Bartolomé Ros se aprecia que a la gente le gusta su estilo.
–¿Le recuerda usted con una cámara siempre echada al hombro?
–No, porque mi padre hizo fotos durante diez años de su vida, él empezó muy joven y antes de los treinta dejó de hacerlas porque su dedicación empresarial le abarcó todo el tiempo prácticamente. De ahí que no tengamos los hermanos ese recuerdo de ver a mi padre tomando fotos.
–¿Dónde guarda habitualmente el archivo fotográfico de su padre?
–Habitualmente está en mi casa, en la habitación más fría en concreto (risas).

La exposición estará abierta desde hoy hasta el 12 de enero en las Murallas Reales

La Consejería de Educación, Cultura y Mujer, por medio del Servicio de Museos, estrena a las 20.00 horas la muestra de fotografía Bartolomé Ros. Frontera de África en el Museo de las Murallas Reales, una exposición de la que es comisaria Rosa Ros, hija del reconocido fotógrafo dentro y fuera del país. Bartolomé Ros (Cartagena 1906-1974 Madrid) se inicia en el oficio fotográfico siendo apenas un niño, en el estudio ceutí de los hermanos Calatayud y, con su cámara al hombro, su ojo fotográfico y la curiosidad juvenil por todo lo nuevo, dará un giro al trabajo de calle de la época hasta asociarse con Ángel Rubio, joven y prestigioso profesional que le ofrecerá las posibilidades para destacar en el ámbito local y, también, vendiendo sus fotos a agencias y periódicos nacionales. De hecho publicó en las revistas y periódicos más importantes de la época, como ABC, Informaciones, Blanco y Negro, Mundo Gráfico y La Unión Ilustrada.
En la obra de Bartolomé Ros destaca sobre todo su técnica, el dominio de la luz y del encuadre, la elección de materiales y la calidad de la imagen resultante, razón por la que tanto desde sus placas y clichés como desde sus copias de autor, sea posible obtener ampliaciones que sorprenden al más experto, máxime si se tiene en cuenta la juventud del autor en el momento de tomar esas instantáneas.
Admiración por la máquina, retrato psicológico, exposición de interiores de instalaciones militares, la vida del soldado, el paisaje e indumentaria marroquí... son algunos de los temas que llaman la atención de Bartolomé Ros, cuyas imágenes constituyen una descripción de la vida del momento.
Parte de la muestra que desde esta tarde podrá visitar el público en el Museo de las Murallas Reales ha viajado antes por diferentes salas de exposiciones, si bien a Ceuta llega completa y completada con las impresiones realizadas por Castro Prieto y algunas piezas que muestran su pasión por Ceuta, que fue la ciudad donde más desarrolló su profesión. Con esta exposición el Museo de Ceuta cierra un ciclo de exposiciones temporales, preludio del nuevo enfoque que proporcionará la exposición de Mariano Bertuchi.