Lo reconocía el propio presidente Vivas cuando hace unos días visitaba nuestra ciudad el nuevo presidente de
Tragsa, Jesús Casas. Reconocía que la labor que se había hecho con la empresa pública, con un total de 22 encomiendas de gestión en poco más de un año y medio, da pie a coincidir en que se ha hecho un gran trabajo. Indica que hace dos años le tuvieron que explicar lo que era esta empresa pública y lo mismo le sucedió luego a todos los ceutíes. Hoy, sin ninguna equivocación, podemos decir que a todos los ceutíes les suena el nombre de Tragsa. Aprovechando la presencia en Ceuta de Jesús Casas, el Grupo Faro ha hablado con él. En esta entrevista da cumplida respuesta a todos esos rumores que señalan que sus encomiendas son más caras que si le encargaran las obras a una empresa pública o que ellos perjudican de alguna manera al sector privado. Jesús Casas defiende con vehemencia la posición que tiene su empresa pública en el mercado hoy en día.
-Lleva tres meses a cargo de Tragsa. ¿Cómo se ha encontrado de salud la empresa?
-La verdad es que Tragsa se encuentra muy bien de salud. Después de un año y medio con algunos problemas se ha hecho un gran esfuerzo por mejorar la economía de la compañía. No digo que nos encontremos en un momento dulce, diría en todo caso convaleciente, pero tiene una situación de salud que permite ser razonablemente optimista.
-¿El futuro de Tragsa también es optimista?
-El futuro de Tragsa es el que quieran las administraciones porque nosotros no tenemos vida propia, sino que somos un instrumento al servicio del Estado. Es la única entidad que pertenece a la Administración General del Estado, a las comunidades autónomas, a las ciudades autónomas, a los cabildos insulares, a los Consell de Baleares y a las Diputaciones. Tenemos un total de setenta y cuatro propietarios. Somos un medio instrumental porque hacemos lo que nos encomiendan. Que en España tengamos un instrumento de esta potencia, con el calibrado que las administraciones quieran, es un elemento de seguridad que no solamente el país se debe permitir, sino que debe estar orgulloso de tenerlo.
-Habla usted mucho de transparencia. ¿Esa transparencia es el primer mandamiento de Tragsa o se es transparente porque es un medio estatal?
-Somos un medio del Estado y los servidores públicos tenemos que ser transparentes. En mi caso tengo una vida anterior. Aparte de estos tres meses que llevo al frente de la Presidencia de la compañía tengo treinta y cinco años de servicio en la función pública. Los servidores públicos están muy denostados, pero la mayoría somos personas honradas, muy decentes y que hacemos muy bien nuestro trabajo. Tenemos que ser transparentes porque manejamos fondos públicos. No somos una empresa privada que depende de tres señores y de las acciones que los mismos tengan. Al final, detrás de Tragsa hay dinero de todos los ciudadanos. Por tanto, el que yo incorpore la transparencia a mi acción y a mi comunicación no es un capricho personal de este presidente, sino una obligación de mi condición de servidor púbico.
-Usted ha manifestado que los precios de Tragsa los marcan sus propietarios, es decir, las distintas administraciones. Le voy a plantear una cuestión que defiende la oposición en nuestra ciudad. ¿Es más cara Tragsa que si se contrata una empresa privada?
-Para mí es un verdadero bulo aunque le digo que yo también he vivido ese bulo. Nosotros no decidimos los precios de la compañía, sino que lo hacen los representantes de las administraciones que nos encargan las encomiendas. Se reúnen una vez al año en la denominada Comisión de Tarifas y ven lo que valen los precios del mercado. Analizan lo que cuesta un metro cúbico de hormigón y demás productos que se utilizan en una obra, estableciendo unas tarifas que luego las aplico. Esas tarifas son nacionales y se aplican en todo el país. En unos sitios a lo mejor gano y, en otros, a lo mejor pierdo.Una vez al mes se lo digo a mis propietarios sobre si he perdido o si he ganado en un balance global. Si he ganado, al año siguiente bajamos las tarifas: si he perdido, al año siguiente las subimos. No es una empresa desde el punto de vista de actividad económica, es un medio propio. Lo que no tiene sentido es que pierda dinero porque al final le costaría dinero a todos los españoles, ni tiene sentido que lo gane porque entonces lo estaríamos falseando. Nosotros costamos lo que cuesta el mercado. Evidentemente, en un ambiente de economía muy deflaccionada las empresas privadas han realizado bajas muy importantes en los presupuestos, pero ahora están abandonando las obras. En el caso de Melilla ha sucedido con la construcción del nuevo hospital donde las empresas se han ido. Ahora el Ministerio de Sanidad nos ha encargado que continuemos su construcción. Nosotros no nos movemos con los ciclos del mercado. Los ciclos suben y bajan. Hay momentos en que existe mucha oferta y las empresas no tienen más remedio que bajar los precios o existe poca oferta y entonces los suben. Somos inerciales y por ello, a veces, se pueda dar la circunstancia de que podamos parecer más caros o más baratos. No todo es una cuestión de precios, porque nosotros no paramos las obras, obedecemos lo que dice la administración porque somos parte de esa administración y tenemos una relación de eficiencia y de transparencia que yo no digo que no tengan las empresas privadas, pero que también hay que valorar. Los informes económicos que realizan nuestros analistas financieros señalan que no somos más caros. Vuelvo a repetir que nuestros precios son los que marcan las administraciones en función del mercado y que se revisan todos los años.
-Le voy a poner encima de la mesa otra de las quejas que se exponen sobre Tragsa en el sentido de que todas las encomiendas que se les hacen van en perjuicio de la empresa privada.
-Nosotros no competimos con la empresa privada. Cuando no puedo hacer una cosa porque no sé hacerlo, porque no tengo personal suficiente o porque existen otras circunstancias, no me queda más remedio que acudir a las empresas privadas. Y esa contratación la hago igual que cualquier otro brazo de la administración. No quito nada a la empresa privada porque no estoy en el mercado. Es cuando mi hijo arregla el jardín de mi casa, la verdad es que no estoy perjudicando a ninguna empresa de jardinería, es mi hijo. Voy a poner otro ejemplo: es como si dijéramos que el trabajo de la Policía en las calles está perjudicando a las empresas privadas de seguridad. Todos entendemos que debe existir un servicio público de Policía aunque haya empresas privadas de seguridad. Nosotros somos un medio instrumental que tenemos el mismo papel.
-Ha manifestó que Tragsa es un lujo para las administraciones españolas. ¿Hay otras empresas parecidas en otros países?
-No es un invento español porque existen empresas como la nuestra en todas partes. Nosotros nos basamos en nuestro marco jurídico en el Derecho Comunitario. La reglamentación de contratos en la Unión Europea no es española sino de toda la Unión. España se ha podido permitir el lujo de tener una empresa de estas características porque la misma legislación comunitaria lo permite. En Italia, un país que no se puede decir que no sea desarrollado, existen más de seis mil porque cada ayuntamiento tiene una. En Alemania cada lander tiene su medio propio. No estamos ante una cosa insólita, ni ante una cosa rara. Estamos ante una manera que tienen los Estados para organizar su administración. Otra cosa es que tengamos que hacer un esfuerzo de pedagogía, de explicar lo que somos... claro. Es verdad que no somos muy conocidos, pero es que no estamos en el mercado y no tenemos necesidad de ser conocidos. Si una administración, sea cual sea, tiene interés en que se realice una encomienda, pues la hago y si mañana no me la encargan no pasa nada, pero siempre estará a su disposición para lo que necesite.