Entre la demagogia y el victimismo

Ya nos lo advierte el viejo refrán, “Una cosa es predicar y otra, dar trigo”. Aquí, en nuestra ciudad, no hay vecino que no haya echado su cuarto a espadas sobre el fracaso escolar ceutí. Unos y otros, los versados y los inexpertos en la materia, suelen opinar sobre el porqué, según ellos, del fracaso escolar en Ceuta. Sin embargo, durante las pasadas “I Jornadas sobre Fracaso Escolar en Ceuta”, celebradas el 25, 26, y 27 de octubre, en el Palacio Autonómico, no acerté a ver a quienes están continuamente dando la tabarra –vía prensa, radio y televisión– sobre el fracaso escolar y sobre los culpables de tal fracaso. Pero, eso sí, a la hora de asistir a unas Jornadas como las citadas, para ser ilustrados por personal competente en la materia, hacen mutis por el foro sin pudor alguno.
Resulta sorprendente que precisamente el día 26 de octubre el colectivo “Caballas” insertara en este periódico un escueto comunicado titulado “PP y PSOE han logrado llevar a Ceuta a la cima  del fracaso escolar”, que comienza de esta guisa: “Produce vergüenza ajena oír al PP y al PSOE debatir públicamente sobre educación en nuestra Ciudad”. Ojo al “vergüenza ajena”, amable lector. Pues bien, no acerté a ver durante las citadas Jornadas a ningún representante de Caballas en la Asamblea. ¿Acudir a ilustrarse en el lugar adecuado les produciría “vergüenza ajena”?
Respecto de los socialistas, también eché de menos a sus tres diputados. En cuanto al Partido Popular, asistieron las señoras Mabel Deu del Olmo y Salcedo López, ésta pasó fugazmente. Tal vez estuvieran algunos otros, y no los vi. Pero lo cierto es que las Jornadas fueron lo suficientemente interesantes y reveladoras para que los políticos de nuestra ciudad hubiesen hecho cola para sentarse en una de las butacas del Palacio Autonómico.
La conferencia dictada por el sociólogo señor Cantón Gálvez, titulada “Desigualdades socioeducativas y fracaso escolar en Ceuta”, nos ilustró sobremanera sobre el porqué del fracaso escolar y sobre quienes son los que llevan todas las papeletas para fracasar en nuestra ciudad. No es lo mismo que yo escriba aquí lo que nos contó el sociólogo que haber estado allí y haber escuchado de viva voz las propias palabras del señor Cantón y visto sus cuadros esquemáticos.
Hizo referencia a que los factores que explican el éxito escolar –o el fracaso, en su defecto– son el nivel socioeconómico, el nivel cultural de los progenitores, el contexto social en donde se encuentre la familia y las expectativas, tanto de padres como de alumnos. El sociólogo hizo asimismo alusión al número de hijos que suelen tener las diferentes comunidades que viven en nuestra ciudad. Respecto de la comunidad de origen arabo-berebere, de confesión islámica, dio datos muy llamativos sobre el número de hijos que tienen los miembros que pertenecen a esta citada comunidad. El 43% tiene entre 4 y 5 hijos; el 31%, entre 6 y 7 hijos y el 16,2% tiene más de 8 hijos. Lo dicho por el sociólogo no viene sino a confirmar que el número excesivo de nacimientos entre los arabo-bereberes, de religión islámica, es un pesado lastre, uno más entre los citados más arriba, que hace que el fracaso escolar en Ceuta sea endémico. Todo lo expuesto por el sociólogo se sustenta en una investigación de base científica y en ningún modo intuitiva. Sus resultados son, pues, altamente fiables.
Una economía doméstica deprimida por el paro, por recursos económicos insuficientes, por el escaso o nulo nivel cultural de los padres, incluyendo una elevada tasa de analfabetismo entre los progenitores, ninguna o insuficientes expectativas de padres y de alumnos, todo ello unido a un elevado número de hijos, y viviendo en un contexto deprimido socialmente, éstas son las papeletas que suelen llevar los alumnos que fracasan en nuestra ciudad, cuya inmensa mayoría pertenece al segmento arabo-berebere. Respecto de que la lengua materna no sea el español, en mi opinión, no debería influir gravemente en el aprendizaje del alumno. Claro está, que se le debería dedicar una especial atención a esos alumnos. Otra variable en la que no se ha hecho hincapié son las tradiciones culturales enraizadas fuertemente en una familia o territorio. Pienso que de algún modo, si son demasiado extrañas a la comunidad de acogida, sí podrían influir negativamente de alguna manera.
Respecto de los organizadores de la concentración del pasado miércoles, la Junta de Personal y la FAMPA, no acerté a ver a ninguno de ellos durante las citadas ‘Jornadas sobre el Fracaso Escolar’. En cuanto al presidente de la FAMPA, asistió a la última conferencia, y dio la impresión de que no se enteraba de las explicaciones que los ponentes le daban sobre el fracaso escolar en nuestra ciudad. Y, personalmente, no vi allí a los Lobato, Palomo, Aróstegui, Acosta, etcétera. El que sí estuvo  fue el presidente del Foro de la Educación.
En las mencionadas Jornadas, el sociólogo, señor Cantón, sí “reflexionó con sinceridad y valentía sobre las claves estructurales que amenazan muy seriamente el futuro de Ceuta”, y se refirió, sin duda, a la educación ceutí. Pisó “un terreno incómodo y antipático que nadie quiere pisar”. E hizo un “diagnóstico” acertadísimo del fracaso escolar en Ceuta. Pero, claro, el señor Aróstegui, como no asistió a las Jornadas, al menos yo no lo vi durante los tres días, no puede saber, por tanto, lo que allí se dijo, y, por consiguiente, se dedica a ‘disparar sobre el pianista’.
El siguiente ejemplo podría ilustrar la ‘demagogia’ y el ‘victimismo’ que circulan por la sociedad ceutí. Un día de la última semana del mes de octubre, en la COPE, la moderadora Monserrat Taboada entrevistó a dos miembros del partido PDSC-IU, e inevitablemente sacaron a relucir el fracaso escolar en Ceuta. En un momento de la entrevista llamó un oyente y le pidió a la señora Taboada que le preguntara a los dos invitados si estaban asistiendo a las ‘Jornadas sobre el Fracaso Escolar’. Taboada así lo hizo y la respuesta fue de las que te dejan de piedra. Dijeron, en un primer momento, que no habían sido invitados, y cuando Taboada les manifestó que la asistencia era libre, ellos, con desparpajo, dijeron que esas conferencias eran para los profesores y las profesoras, que ellos ya tenían bastante con trabajar para ganar el pan para sus hijos. La señora Taboada, ante tal respuesta de unos miembros de un partido político que aspira a ganar la confianza de los electores, se quedó muda de asombro y tardó unos segundos en reaccionar.
El corolario de todo esto es que la ‘demagogia’ –apelar a los más bajos instintos y pasiones y malos ‘humores’ del ciudadano para conseguir réditos de cualquier tipo– y el victimismo –instalarse en la cultura de la queja y de la lástima– de un segmento de la población ceutí –la arabo-berebere– está conduciendo –con la ayuda inestimable de ciertos personaje turbios– a la sociedad ceutí a un callejón sin salida. Una y otro –demagogia y victimismo– son los ingredientes peligrosos de un cóctel –descontento social– que puede llegar a ocasionar disturbios sociales, tal y como señaló alguien en las citadas Jornadas.