Casi 80 personas han llegado a Ceuta en esta última semana. De ellas, la mitad es menor de edad.
Es la cifra de la
inmigración que se encuadra en lo que se etiqueta como un pico pero que esta vez arrastra un detalle importante:
Marruecos no acepta la entrega de sus nacionales adultos por la frontera.
La actitud de la Policía marroquí, que parece sustentada en un enfado a pie de Tarajal que sería fácilmente subsanable de existir una relación directa a nivel político en clave local, se mantuvo este domingo y lleva arrastrándose desde mediados de semana.
Solo hubo un gesto, un breve cambio el sábado que ayer terminó. La norma de estos días es no aceptar a los adultos que han accedido a la ciudad en su amplia mayoría a nado. Las unidades marítimas de Marruecos sí que están actuando en los r
escates de nadadores pero el problema se ha enquistado en el propio paso fronterizo.
Este domingo 12 personas llegaron a Ceuta, de ellas
8 son menores. De
Marruecos, Chad, Argelia y Sudán, la mayoría cruzó por mar salvo un caso por el vallado.
En la semana, han sido 45 los adolescentes llegados siendo las entradas más numerosas las sucedidas entre el 31 de enero y el 1 de febrero: un total de 27 personas
cruzando el espigón o tras la alerta de una patera en Fuente Caballos que ni siquiera fue vista ni por las unidades policiales, una de ellas de Información, que emprendieron ruta, pirulos activados, hacia la zona sin detectar nada. Adultos han sido 34. Pero al aplicarse el protocolo de devolución en frontera ha surgido el problema: no se aceptan. En otras ocasiones tardan horas en hacerlo; en esta, no se ha cumplido siquiera la normativa existente y automática para ello.
Solo este domingo accedieron a la ciudad doce personas de distintos países
Oficialmente no se dan explicaciones. Ninguna autoridad se ha pronunciado sobre este asunto más allá de la alerta lanzada desde el Gobierno local este viernes reclamando un plan de emergencia para trasladar a menores.
Delegación no ha remitido ningún comunicado ni tampoco se pronuncia sobre relaciones con Marruecos como dejó bien claro la delegada Cristina Pérez en una de sus últimas comparecencias de prensa.
La voz autorizada está en Madrid, pero desde el Gobierno de España solo aluden a la inmigración en sus balances oficiales que arrojaron en el mes de enero unas estadísticas de entradas por espigón prácticamente similares a la sucedidas solo en una semana.