El ‘Encuentro chico’, así se le conoce al día en el que el Cristo de la Encrucijada y la Virgen de las Lágrimas se encuentran en la barriada de Hadú frente al monumento a los Regulares. Este Jueves Santo no se pudo hacer debido a la suspensión de la Semana Santa, pero sus costaleros, hermanos y demás devotos de la cofradía quisieron vivirlo desde el confinamiento.
Los costaleros, con su ropa típica y medalla en mano, colocaron la música de marchas de Semana Santa y desde sus domicilios quisieron ‘encontrarse’ una vez más desde la lejanía.
Momentos para vivirlos desde lejos por las circunstancias pero igualmente importantes para la Hermandad. Una Estación de Penitencia diferente la vivida en el Jueves Santo de este año, pero que cobrará más importancia si cabe con el paso de los años.
La Encrucijada recuperó su esplendor en los últimos años de Semana Santa y ya el año pasado se vivió un ‘Encuentro chico’ muy emotivo. El Cristo portado a hombres por nazarenos y la Virgen de las Lágrimas frente a ellos con su palio translúcido que impresiona a la luz del día.
Esos recuerdos son los que vivieron este jueves los costaleros de esta cofradía, que no quisieron perderse este Jueves Santo. No fue posible hacerlo como en otras ocasiones, pero la sensación de tener la música tan cerca hace que la realidad sea otra, aunque sea nada más por la imaginación.
La Hermandad de la Encrucijada al igual que el resto de cofradía no pudo salir este año, pero seguirá con los actos durante el 2020. Hoy Viernes Santo le tocará el turno a otras cuatro Hermandades vivirlo en el confinamiento: Valle, Remedios, Expiración y Santo Entierro.
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