Como si la situación no fuese con él y aprovechando el final de la época estival el presidente de nuestro país se fue de gira asiática (así como acostumbran los grandes equipos de futbol), buscando abrir el mercado de las empresas españolas con el aval de su cara (valiente garantía de rentabilidad económica). Y aunque parezca mentira es capaz de pasear nuestras vergüenzas por todo el mundo con esa sonrisa burlesca, exponiendo razones para invertir en España y esquivando problemas domésticos.
La primera parada en la Expo de Shangai (espero que les vaya a los chinos mejor que la expo del “Agua” de Zaragoza…). Allí en China, respaldado por el invisible ministro de exteriores Sr. Moratinos y sacando pecho por el campeonato mundial de futbol (hecho que ha disipado un desgobierno durante dos meses), volviendo a demostrar su pésima gestión y abandonando la realidad por la vanagloria de quien se cree sus mentiras.
Anecdótica la visita al país del sol naciente, cuando la importación de productos chinos es siete veces mayor a la exportación de mercancías de origen español… (Por no contabilizar las importaciones ilegales que supondría muchísimo más, aunque la permisividad de nuestras autoridades es latente con las empresas “Made in China”). Por poner un pequeño ejemplo, la industria china ha acabado con la fabricación textil y zapatera del levante español, pero ese dato que importancia tiene para un presidente del gobierno que no es capaz de reconocer sus debilidades. Una sensación de hacer una política sectaria, dedicada a cuidar ciertas clases de votantes como seguro de éxito y que le puede llevar al desahucio de un partido en el cual no creen ni los más acérrimos a la izquierda. Esa fórmula de intentar contentar a potenciales votantes socialistas se le acaba por momentos y su destreza para campear temporales respaldado por los medios se les complica por falta de argumentos.
La última demostración de la disparatada política exterior nos viene del Sahara, donde un grupo de activistas españoles fue agredido por la policía marroquí y el gobierno español rompió el silencio en un comunicado que exponía la invención de los hechos por el grupo pro-saharauis español. Ahora es cuando me gustaría ver a ese nutrido grupo de actores socialistas españoles que defienden la causa del Sahara occidental a capa y espada y no han abierto la boca ni aparecido en ningún medio (claro es normal, porque sino quien mantendrá la industria del cine subvencionada). Así, de esta forma, y emulando la hábil forma de esconderse de Moratinos, han desparecido los Bardem y esa legión de artistas de series de medio pelo que alzaban la bandera de la libertad en el Sahara, olvidando que hace poco más de treinta años ese territorio era español y fue tomado aprovechando las circunstancias de nuestro país en ese momento (memoria histórica débil y orientada por los vientos del poder la nuestra).
Mientras Zapatero siga riéndoles las gracias a naciones donde no se respetan las libertades ni derechos, donde los presidentes se llamen líderes y están elegidos por el método del pucherazo, donde a las dictaduras se les llama regímenes y donde encima nos tomen por el pito del sereno, seremos el hazmerreír de las naciones del primer mundo y el nido de maleantes y aprovechados de nuestra permisiva política de inmigración.
Habrá que ver cuántos cuentos chinos nos trae para explicar el complicado otoño que se le presenta y cómo sigue prorrogando la agonía de un país que necesita un cambio inmediato.