El tiempo parece que pasa con mucha lentitud; es una consecuencia de la toma de decisiones en las más altas esferas de negociación mundial. Las Conferencias y Reuniones de alto nivel se suceden unas a otras sin solución de continuidad y cada día hay algo nuevo que se da a conocer, pero no llegan a la categoría de Declaraciones finales que marquen un camino claro a seguir. Mientras tanto se mantiene la espera aunque se haya abierto algún pequeño portillo por el que se haya dado a conocer algo que no pasa de la categoría de elemento sobre el que se habla y en el que parece que hay alguna coincidencia de pareceres. Ello da lugar a especulaciones que pueden tener algún valor de aproximación a la diana de alguna de las cuestiones que se vienen tratando, pero nada más para la generalidad de la gente.
Esa es nuestra posición, la de espera que, a decir verdad, está siendo muy larga y que produce, como consecuencia, desorientación, disgusto y algunas alteraciones en la normalidad de la vida de la sociedad. Mantener la calma en esta situación es necesario, pero cuesta algún trabajo. Es cierto, de otra parte, que hay quienes aprovechan ese estado de cosas para organizar revueltas y manifestaciones de disgusto que, alguna que otra, llegan a pasar a la categoría de violenta. Hay que hacer ver a esos grupos y a quienes los dirigen que no es la forma adecuada para que nos entendamos unos y otros y, entre todos, seamos capaces de encontrar la mejor solución para todos. Con toda sinceridad manifiesto que es una barbaridad que grupos de exaltados apedreen a vehículos de la Guardia Civil. ¿Qué pretenden con ello?
Nunca se ha de llegar a esas provocaciones. ¿Se dan cuenta de lo que puede ocurrir si hay algún tipo de reacción a esos ataques violentos? Es necesario mantener la calma y trabajar lo mejor que se pueda, en las condiciones que por ahora tiene que vivir todo el país. Es cierto, volvemos a decir, que la situación de Europa (y de España como consecuencia) no es lo buena que deseamos; pero esa es la realidad y se debe tener plena conciencia de ella para tratar de encontrar una mayor seguridad económica y laboral en el menor tiempo posible. Se está trabajando a fondo a niveles de gobiernos nacionales en el seno de la Comunidad Europea y en todos esos Foros internacionales a los que antes hemos aludido. No son reuniones de placer sino de trabajo serio y comprometido, Tengamos confianza,
Mantengamos la calma en todos los foros, cualquiera que sea la categoría de ellos y en toda cuanta entrevista se produzca en los medios de difusión. Todo cuanto se haga, en la situación actual, ha de tener como punto de mira la paz en nuestra sociedad. A nadie se le oculta la importancia de las medidas a tomar y su repercusión en todo el ámbito social; la gravedad de la situación nadie la niega, aunque algunos la aprovechen para intentar obtener un algo de beneficio político acosando a quienes trabajan para arreglar la situación. No es esa la actividad más adecuada, aunque mucho peor es la de la agresión a las Fuerzas de Orden Público y a otras autoridades. Insisto en que hay que mantener la calma con total delicadeza; hay que esperar el resultado de los trabajos que se llevan a cabo al más alto nivel de Estado.