“En el fútbol hay que anteponer la formación a los resultados”

Ha respirado el fútbol desde pequeño y esa afición que le inculcó su padre le corre muy fuerte por sus venas.

Una lesión de rodilla en su etapa de juvenil le hizo aparcar las prioridades de practicar este deporte, aunque el paso de los años le hizo sentarse en un banquillo para seguir ligado a esta modalidad.
Rafael Salcedo, un malagueño de nacimiento pero ceutí de adopción, tiene muy claro que la figura del entrenador debe ser entendido como un formador de futbolistas, más allá de buscar siempre el resultado final.
En su etapa en nuestra ciudad, donde llegó hace dieciséis años, ha tenido la oportunidad de llevar las riendas de clubes históricos como el San Agustín, el Unión África Ceutí o el Gimnasio Goyu-Ryu, al margen de ser entrenador de la selección de cadetes y responsable de la Escuela de Fútbol durante siete años.
Tiene unas ideas muy claras sobre el fútbol, por lo que una entrevista con Rafa Salcedo no suele ser corta sino más bien todo lo contrario. Le apasiona hablar de esta modalidad, exponer sus principios y defender lo que cree que debe ser un entrenador: un formador de jugadores.

–¿Qué hace un malagueño por esta ciudad?
–Vine en el año 1995 por mi profesión de militar ya que estaba destinado en San Fernando y salió la oportunidad de venir al Gobierno Militar. Ya había visitado antes la ciudad como turista así como también había venido con mi padre, el cual estaba relacionado con equipos de fútbol como el Puerto Malagueño.
–¿Y aquí echas raíces?
–Efectivamente, me afinqué porque mis hijos vinieron muy pequeños ya que uno tenía seis años y otro ocho meses, por lo que ya están acostumbrados a esta ciudad, es decir, soy un boquerón que ha crecido a caballa ya que me considero un caballa más de palabras y de hechos.
–¿Cuándo comienza tu pasión por el fútbol?
–Desde pequeño siempre había jugado al fútbol, empecé en Málaga como federado en el Guimbarda, que era un filial del Atlético Malagueño, y estuve un año en infantiles con el Málaga CF.
–Sin embargo lo dejas muy pronto ¿no es así?
-Sí, dejé de jugar con dieciséis años a causa de una lesión de rodilla, aunque luego volví a hacerlo pero de forma menos seria. Tuve ocasión de jugar en Tercera División pero me dediqué a los estudios.
–¿Te decides por el trabajo?
–Sí, con diecinueve años aprobé la oposición y suponía tener una estabilidad, por lo que abandoné un poco el tema deportivo.
–¿Cuándo vuelves a recuperar el olfato futbolístico?
–Cuando vine a Ceuta porque en mi etapa en San Fernando ya entrenaba pero a clubes pequeños. Nunca he dejado el deporte porque siempre lo he practicado, incluso en la academia militar, pero cuando salí con veintidós años opté por pasarme al banquillo.
–¿Por qué optas por ser entrenador?
–Tenía unos conocimientos adquiridos en Málaga y quería transmitir esas ideas, pensando siempre en la formación de los jugadores.
–¿Cómo entras en la familia del fútbol local?
–Llevando a mi hijo, con siete años, a jugar con el San Agustín, ya que me ofrecieron esa posibilidad los que llevaban el deporte del colegio y acepté para entrenar en benjamines. De ahí pasé al Unión África Ceutí, donde estuve varios años.
–¿Cómo fue la etapa unionista?
–Muy buena porque aprendí mucho ya que los títulos no te hacen ser mejor sino la experiencia. El conocimiento te lo dan las temporadas y lo bueno es corregir tus errores así como los de tus jugadores.
–¿Es la formación la principal palabra de tu vocabulario como técnico?
–Sí, lo importante es ver cómo los niños van creciendo futbolísticamente con el paso de los años. Al principio tienes que basarlo todo en juegos y luego en golpeo, conducción o pases, es decir, lo principal es dejar una huella. Un ejemplo muy claro fue mi año en el AD Ceuta de Liga Nacional porque me llevé a este equipo a siete cadetes que el año anterior había tenido en la selección y algunos, como el caso de Jalid o Pablo, ya están jugando en clubes de la península.
–¿Es complicado competir en esta ciudad?
–Es difícil porque existen muchas limitaciones, tenemos pocas fichas y eso se nota. No obstante, para lo pequeña que es la ciudad el nivel individual es alto aunque se trata de conocimientos propios de los jugadores.
–¿Qué es lo que más le falta a los futbolistas locales?
–La formación táctica ya que los jugadores ceutíes no tienen esos conocimientos hasta que llegan a la Liga Nacional de Juveniles ya que en las anteriores etapas entrenan de otra manera, lo hacen sólo un día a la semana y así es difícil que no tengan un cierto déficit de competición.
–¿Esos principios son los que han marcado tus siete años en la Escuela de Fútbol?
–Sí, lo importante es tener un grupo de unos cuarenta jugadores para formarlos ya que tienen un déficit táctico y técnico por falta de campos para entrenar. Los clubes deberían dejar a esos niños en la escuela para reducir la distancia que existe cuando llegan a la Liga Nacional de Juveniles.
–¿Por qué no seguiste tu labor en la escuela?
–No lo sé, por lo que me marché muy dolido a nivel deportivo porque no me dijeron a la cara los motivos reales. Después de hablar con Antonio García Gaona creo que hubo una mala comunicación conmigo y me merecía una explicación. Estuve siete años haciendo una labor de forma desinteresada y los padres estaban contentos con el trabajo que se realizaba.
–¿Te hubiera gustado continuar?
–Sí, sólo quería estar en la escuela pero me llamaron para decirme que no contaban conmigo y acepté la oferta del Ramón y Cajal para seguir entrenando.
–¿Un recuerdo amargo la temporada en el Ramón y Cajal por el descenso?
–Hay que destacar que competimos con un equipo limitado y, por ello, estoy enormemente satisfecho de la labor ya que en el campo hemos demostrado que con entrega, trabajo y ilusión nos hubiéramos podido mantener pero nos quitaron tres puntos en los despachos que nos hicieron descender. En la primera vuelta estuvimos en puestos de ascenso con veinticinco puntos pero el partido con el Unión África Ceutí en la segunda vuelta nos marcó definitivamente.
–¿Por qué supuso ese derbi un punto de inflexión?
–Nos afectó mucho porque no hubo un comportamiento correcto por parte de muchos y sufrimos un arbitraje parcial que nos hizo mucho daño. De ese golpe no nos recuperamos porque sufrimos castigos de cuatro a siete partidos de un buen número de jugadores y, además, no tuvimos el apoyo de la Federación porque no es normal que por una mala interpretación de una circular nos quitaran tres puntos.
–¿Dolido por este asunto?
–Sí, muy dolido, porque nos bajaron en los despachos y en determinados momentos carecimos del asesoramiento y el apoyo necesario para luchar por algo que consideramos no fue una alineación indebida.
–¿Es difícil mantener el interés de los jugadores durante toda la temporada?
–Sí, porque en los tres primeros meses todo va muy bien pero a mitad de temporada cuesta trabajo que los jugadores acudan con asiduidad a los entrenamientos, es decir, no hay base de involucrarse en el trabajo y si no entrenas con veinte jugadores el trabajo físico en general del grupo se nota luego en el campo.
–¿Se ha mejorado mucho a nivel de selecciones?
–Sí, se ha reducido la distancia con otras porque hay jugadores que compiten, es decir, tenemos la suerte de que la selección se basa en los clubes de la Liga Nacional de Juveniles y, por ello, tenemos la suerte de entrenar tres meses con niños que se conocen todos, por lo que es más fácil conjuntar al grupo. La idea de trabajo ya está hecha pero se está haciendo un buen trabajo y los seleccionadores están cumpliendo bien su labor.
–¿Qué harás la próxima temporada?
–He hablado con el Murallas y me haría mucha ilusión entrenar en Tercera porque nunca he estado en esa categoría. Me gustaría que se trabajara con una base de jugadores locales y cubrir sólo puestos específicos como un portero o un delantero centro. Todavía no hay nada cerrado.
–¿Qué imagen crees que trasmites como entrenador?
–No me gusta la falta de disciplina o educación deportiva, por lo que soy exigente y tengo claro que la formación de los jugadores está por encima de los resultados. Me molesta que opinen de mí los que no me conocen.
–¿Alguna reflexión final?
–Que se eliminen las subvenciones a los clubes de base para que todos se impliquen en buscar sus patrocinadores.

Le gustan todos los deportes

FICHA. Rafael Salcedo Muñoz (Málaga, 1963) es el segundo de una familia de seis hermanos, con raíces malagueñas.
Es funcionario de profesión, estando destinado en el Tercio Duque de Alba 2 de La Legión desde el año 1998, por lo que ha ejercido su labor en los acuartelamientos de García Aldave y el Serrallo.
Empezó a entrenar en el año 1986 en San Fernando y en este periodo ha dirigido a clubes del San Agustín, UA Ceutí, el Goyu-Ryu (donde estuvo un año como coordinador) y la pasada temporada al Ramón y Cajal de la Liga Nacional de Juveniles.
Tiene el título de entrenador nacional desde el año 2005 y es un aficionado a los deportes en general, habiendo practicado como federado el fútbol, el voleibol, el tenis de mesa y el tenis.
Ha estado tres años en la selección de cadetes de fútbol y siete en la escuela de fútbol.