Cuarenta empresarios y estudiantes de enseñanzas relacionadas con el mundo de los negocios asisten al curso que comenzó ayer en la Academia Ecos, financiado por fondos europeos y la Consejería de Turismo, sobre protocolo empresarial.
A la inauguración del curso asistió también el director de Servicios Turísticos, Aquiles Ruiz, que deseó a los alumnos que el curso les fuera de utilidad.
El profesor del curso es Carlos Mohíno, que imparte esa materia a nivel universitario. “Las sesiones están enfocadas sobre todo al turismo. En los tiempos que corren hay que destacarse de los demás y afinar el sentido. El protocolo, aplicado a la empresa, es un medio más para dar un servicio de calidad”, explicó Mohino.
El docente del curso defendió que España está atrasada en este aspecto, pero que es la manera de conseguir mejores resultados en la empresa. “El protocolo puede ayudar a una empresa a mejorar sus beneficios. Todas ofrecen lo mismo y tienes que destacarte si quieres ser distino. Debes afinar, y la forma es el protocolo”, añadió. Como ejemplo, puso el sector hostelero, tan ligado al turismo. “Es uno de los aspectos en que más insisto. En todos los sitios se come bien, raro es el restaurante donde no. Con atención al cliente y con otro tipo de agrados se consigue distinguirse”.
Retraso en España
Carlos Mohino destacó que en España se trata de un campo poco explorado, “el gran desconocido”. “La cortesía en los negocios se tiene mucho en cuenta en otros países y nosotros no hacemos nada, aún estamos en el principio. Desde protocolo social e institucional, hasta la técnica de organización de actos, hay muchas disciplinas”, aseguró. “Especialmente importante, a la vez que poco conocida, es la legislación.Tenemos un real decreto a nivel estatal, y la Ciudad Autónoma también la tiene, que marca aspectos como el correcto orden de las banderas en cualquier acto, o la colocación de los miembros de la asamblea”, explicó Mohino.
El profesor especialista en protocolo empresarial destacó, además, que un error típico es un tratamiento demasiado familiar, como pueda ser tutear al cliente. Como buen comportamiento, señaló el poder cumplir las expectativas.