El diputado en la Asamblea Juan Luis Aróstegui deslizó ayer una hecho curioso a la par que terrible cuando se debatía en el Pleno el encaje de Ceuta en la Unión Europea y su inclusión en la unión aduanera: mercancía que se encontraba en Ceuta está saliendo hacia la Península en camiones para, a través de Málaga, llevarla a Melilla. Algo asombroso que ayer confirmó la Asociación de Comerciantes de los Polígonos del Tarajal y que deja entrever, a su juicio, el hundimiento del tejido comercial en la ciudad autónoma por la gestión fronteriza, que destruye empleo y golpea a la economía, por mucho que se sustente en los fondos públicos.
Aunque en Melilla tampoco atan los perros con collares de oro, estos comerciantes vislumbran en esta ruta la “remota posibilidad” de hacer tesorería porque en Ceuta están “condenados a la ruina pura y dura”. Los hombres de negocios que adoptan la decisión de reexportar sus mercancías están “desesperados”, como ellos mismos se declaran porque los sobrecostes que soportan son “bárbaros” y hay que añadirles la implantación en la ciudad hermana, el alquiler de instalaciones y hasta de la vivienda donde se alojará el comerciante.
“De lo que se trata es de que, aunque la logística de reexportar de Ceuta a Melilla nos cueste un 10 o 15 por ciento, evitar lo que nos puede pasar en Ceuta, que es llegar a perder el cien por cien”, estimaron desde la Asociación de Comerciantes. “Tomar una decisión tan tremenda es lo último en que se piensa, pero ya estamos en ese punto”, reconocieron quienes se describieron en una situación “peor de lo que la gente se piensa”.
La exportación de aquello que previamente se había importado a este lado del Estrecho es “tremendamente caro”, como calcularon desde esta asociación integrada en la Confederación de Empresarios de Ceuta (CECE). El empresario desembolsó para traerla unos fletes –“de 3.000 a 3.500 euros por contenedor”; el IPSI –“entre 2.000 y 3.000 euros por contenedor según la mercancía– además de los gastos fijos derivados de su actividad.
Sin embargo, sus productos permanecen stockados en sus almacenes y, como no pueden pasarlos a Marruecos, sus negocios “carecen de liquidez”. Y a medida que los días pasan, sus establecimientos pierden “más dinero” y sus bolsillos se resienten. Mientras, sus almacenes están llenos hasta las puertas, “pero no precisamente de clientes”. Los artículos que permanecen almacenados en ningún caso pueden confiarse al ‘ya se venderá’, indicaron, sino que implica una serie de costes –“como el pago de IPSI a tres meses”– o los compromisos de pago a los proveedores que “hoy día se hace religiosamente” que, sin su venta, “no podemos afrontar”.
Cada movimiento de mercadería que no sea el cauce natural de salida por Ceuta una vez depositadas en la ciudad, conlleva gravarlas con gastos extra hasta el punto de que la balanza se inclina hacia el lado negativo. Unas pérdidas a las que se suma que, en el caso de los empresarios con nave en los polígonos del Tarajal, “llevamos prácticamente seis meses sin meter un duro en la caja”, mientras que los gastos fijos –aquellos que ocasiona tener un negocio abierto– son los mismos con ventas o sin ellas. “Estamos en un punto en el que tenemos que sacar de lo que realmente hemos reunido durante toda una vida de trabajo y, como te descuides, te lo fundes en un año”, lamentó uno de los empresarios que han optado por esta vía, dedicado a la importación del textil de hogar.
La Asociación de Comerciantes del Tarajal explicó que los coches-patera se dedican fundamentalmente a la alimentación y a las piezas de recambio para vehículos; los bultos de mercancía que declaran “un valor inferior al que realmente tienen para pagar menos impuestos” copan el ‘Tarajal II’; y las mantas, colchas y sábanas que antes podían salir por el Biutz o la frontera del Tarajal ahora se topan con los filtros del GRS de la Guardia Civil. Al tener “vetadas” todas las vías de salida para sus mercancías, les queda esta alternativa.
“Parece que está orquestado para morir de inactividad”
La Asociación de Comerciantes de los Polígonos del Tarajal tiene la percepción de que la Delegación del Gobierno y la Ciudad Autónoma “están orquestando o maquinando” la desaparición del comercio en los polígonos del Tarajal. Sus sospechas están encaminadas a una “estrategia” de las autoridades españolas porque, de lo contrario, desconocen cualquier otra explicación a lo que está ocurriendo. “Ellos quieren que los polígonos del Tarajal se cierren, que desaparezca, han empezado con este acoso y derribo para que muramos por inactividad, por sí solos, que la gente se harte, se canse, se vaya marchando porque nos están buscando la ruina”, manifestaron. Estos empresarios retomaron tres reivindicaciones que, en su momento, se consideraron descabelladas pero que, ahora, consideran que cobran sentido: “Pedimos que los gobiernos de la Ciudad y el Estado subvencionen el transporte para sacar la mercancía de Ceuta porque ellos han recaudado por el movimiento de estos artículos; solicitamos la devolución del IPSI de la mercadería que no se ha vendido y tenemos en nuestros almacenes; y proponemos una amnistía fiscal para que podamos reexportar los productos a territorio europeo sin pagar los aranceles porque es una situación que han provocado las administraciones”. Una propuesta que hacen “desde el abismo” y en el “ocaso del comercio en Ceuta”.
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