De mi buen amigo y compañero Nazario Selles Buforn, soldado de Tiradores de Ifni de la 23ª Compañía del IV Tabor, el cual participó con su compañía en casi todas las operaciones, admiro que sus recuerdos son las vivencias de aquella campaña y que nunca le he oído malos recuerdos ni menos rencor al anterior régimen. Estuvo donde tenía que estar e hizo lo que le imponía el deber, como le consta en su hoja de servicios el ‘valor acreditado’ como tirador de fusil ametrallador. Afortunadamente, salió ileso de todas las operaciones que intervino. Era apreciado por sus jefes, especialmente por el que fue su teniente, Aurelio Garrido de la Torre, fallecido de coronel.
Lo mismo en los diarios de operaciones como en los libros sobre la Campaña de Ifni, se cita al IV Tabor de Tiradores de Ifni en todas la operaciones, siempre en vanguardia, tal y como consta en el diario de operaciones: “Sidi Ifni, 22 de marzo de 1959, el comandante-jefe del IV Tabor de Tiradores de Ifni al teniente Aurelio Garrido de la Torre. Como recuerdo y estimulo de nuestro victorioso tabor en la lucha sostenida contra el llamado Ejército de Liberación. El comandante-jefe del IV Tabor, Melquíades Rico Eguibar.
En un próximo artículo dedicado al entonces comandante Melquíades Rico Eguibar, se reflejará las grandes virtudes militares y humanas de este jefe, especialmente con sus soldados, siempre preocupado para que en los momentos difíciles nada les faltase y también para aliviarles por esos momentos que les tocaba vivir, con todas esas incomodidades y penalidades que conllevan las guerras. Para sus soldados era lo mismo que un padre con sus hijos, tremendamente humano y sobre todo muy culto, ya que era licenciado en Derecho por la Universidad de Oviedo.
En el diario de operaciones del IV Tabor consta lo siguiente: “Día 23 de noviembre de 1957 a las 6 de la mañana, empieza en la ciudad fuego de armas automáticas y se organizan las posiciones de defensa. Manda el tabor accidentalmente el capitán Baldomero Vargas Díaz, y los capitanes con sus respectivas compañías, la 21ª Compañía, con Agustín López Andión y Flaviano Flores Valverde, la 23ª Compañía con Emilio Rosaleny Giménez, la 24ª Compañía con Jose Varela Pérez y la 25ª Compañía con Saturnino Vargas Díaz y el teniente-médico Manuel Morales Pérez.Reforzados con máquinas y morteros se logra contener al enemigo, pero el día 24 de noviembre de 1957 el enemigo efectúa ataques con disparos de poca efectividad, resultando herido el soldado Enrique Torres Rivero perdiendo la vista en los dos ojos por las heridas ocasionadas en dicho ataque. Sus restos descansan actualmente en el cementerio de San Luis, en San Cristóbal de La Laguna (Tenerife).
El día 4 de diciembre de 1957 es un día que Nazario Selles Buforn recuerda con dolor por los momentos tristes que vivió y que jamás se le olvidarán. Según el diario de operaciones regresan de liberar el puesto de Telata y una vez liberado, con los defensores de Tiliuin llevando consigo los muertos y heridos, de una ladera contigua a la carretera reciben fuego enemigo, siendo herido por arma de fuego en una pierna el capitán Emilio Rosaleny Giménez, además del soldado José Vinagre Escobales, que recibió tres disparos y murió en el acto, al igual que el soldado Francisco Travieso Hernández. También resultó herido el sargento Manuel G. Moscoso. Como anécdota, Buforn recuerda que atendiendo a los heridos, entre ellos el capitán Rosaleny, llegó su asistente con un mosquetón en la mano y le dijo: “aquí tiene, mi capitán, el fusil que le hirió del moro al cual se lo arrebaté una vez muerto”.
El referido diario de operaciones hasta el 27 de diciembre de 1957 sigue el Tabor en todas las operaciones y según mi buen amigo y compañero Nazario Selles Buforn, tirador de fusil ametrallador, así narra lo que él vivió: “recuerdo que en una emboscada donde José Vinagre Escobales era proveedor del fusil ametrallador, los moros estaban en un parapeto y nos tiraban a placer, haciendo las bajas que constan. No nos hicieron más bajas porque íbamos prevenidos y procurábamos ir muy separados. José Vinagre Escobales murió junto a mí en el acto de 3 disparos. El cabo de la escuadra también resulto herido, junto con otros que no recuerdo los nombres. Al parapeto donde se ocultaban los moros les lanzamos varias granadas de mano, el cual acabó incendiándose”.
Finaliza el diario de operaciones del IV Tabor de la siguiente manera: “el IV Tabor, con los heridos y muertos de Telata y defensores con mujeres, niños y heridos de Tiliuin con marcha a Ifni llegan a las 3 de la madrugada del día 6 a Las Palmeras, donde pernocta y el día 6 de diciembre el IV Tabor llega al acuartelamiento de Tiradores”.
El fallecido periodista Ramiro Santamaria Quesada, que cubrió durante la campaña casi todas las operaciones, así recuerda a los tiradores: “el grupo de tiradores fue la unidad base de las operaciones. Sobre sus tabores recayó una buena parte de la defensa del territorio y su intervención fue una de las claves de la victoria. Sus soldados trabajaron, lucharon y murieron por España, su honor y su dignidad”.
Aún más, el recuerdo del que fue teniente de tiradores así decía: “quiero este pequeño homenaje y quiero deciros a todos que vuestra lección y vuestro ejemplo me han servido siempre en mi vida militar. En honor vuestro porque os lo merecéis, mi vocación y mi entrega a los mejores soldados del mundo”, Emilio Atienza Vega (fallecido de coronel).
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