Llevaba prácticamente dos años de oraciones, pidiendo por la sanación de mi inigualable y entrañable amigo Rogelio Herrera. A pesar de que hace unas horas que su alma se separó de su cuerpo, continúo rezando en su beneficio y para calmar las ansias que me invaden. El frente de mosqueteros marinos, velamos y lloramos a nuestro hermano, pero con la cabeza bien alta, pues a todos los méritos profesionales, y a la amistad verdadera, preciosa joya imperecedera que nos une más allá de este mundo temporal, tenemos que añadir una descomunal prueba de valentía y ejemplo de sufrimiento. Ha sido insólita, la forma de arrostrar su dura enfermedad, y los terribles dolores asociados, mostrando siempre su lado optimista y dando esperanzas de su pronta recuperación. Tus amigos de correrías científicas por esos fondos marinos, solo podemos mostrar nuestro enorme respeto y admiración por este ejemplo de valentía.
Rogelio Bertil Herrera Pérez fue un defensor de la verdad científica, y un luchador por la causa de la conservación, lleno de serenidad, a pesar de las muchas circunstancias adversas, que rodean la vida de un enamorado de la naturaleza hoy en día. El amor es compromiso y acción, demostrado en los muchos momentos duros, y frente a las pruebas inevitables de esta impredecible existencia. En este sentido, siempre afrontó los retos y se decidió por la preservación del patrimonio natural sin guardarse nada.
Su faceta de naturalista explorador fue preciosa, siempre animado para promover aventuras en distintos destinos geográficos de su amada Macaronesia; Azores, Salvajes, Madeira, Cabo Verde y por supuesto Canarias: el lugar de su máxima realización científica, y donde entrego la mayor parte de sus esfuerzos y desvelos. Constantemente animaba al conocimiento de las especies y los hábitats, proponía nuevos espacios protegidos; buscaba e impulsaba de proyectos de gran repercusión. Estuvo trabajando hasta el final, poco antes de fallecer, se hallaba coordinando una obra científica del programa de vigilancia ambiental internacional orientado a las especies marinas en la Macaronesia (programa MIMAR).
"Ánimo Rogelio y reza por nosotros, descansa en paz y brille para ti la luz perpetua. Dios ama a los valientes"
Ha desarrollado, junto con otros compañeros, la red de observadores del medio marino de Canarias (PROMAR), un amplio programa de seguimiento y caracterización del mar canario y sus especies. También se deben sumar en su haber profesional, los estudios del medio meso-fótico junto a sus colegas y amigos, Rafa Herrero, Oscar Monterroso, Leopoldo Moro y muchos otros que sería muy largo incluirlos en este artículo. En definitiva, lleno de ideas y retos difíciles en muchos frentes abiertos. Bien podemos afirmar, como decía Thoreau, que ha tenido una vida significativa y rebosante de buenos propósitos.
Todos tus amigos, podemos decir con orgullo que exploramos y vivimos aventuras con uno de los grandes naturalistas exploradores y fotógrafos del medio marino canario. Todavía, te recuerdo venciendo la corriente y trepando por aquellas paredes del “Ilhéu dos Pássaros”, en medio de la bella bahía de Mindelo, o caminando juntos por el precioso acantilado rojizo de Ponta do Sol en Santo Antao. Me acompañarán las muchas conversaciones y también las discusiones mantenidas en las campañas por las islas, aquí y allá; queda en mi corazón un lugar privilegiado para ti. Tu nombre y apellidos tendrán el eco científico que merecen en las criaturas que tanto amaste, eso te lo prometo. La primera guía de hábitats meso-fóticos ya está dedicada a tu memoria.
Estoy aquí escribiendo estas líneas frente a tu féretro después de rezar nuevamente por ti, de hecho, estas letras son también una forma de póstuma oración. Ya te he contado que el artículo sobre los organismos exóticos está a punto de salir y eres autor del mismo con el resto del equipo. Y, en cuanto podamos, un nuevo género irá para ti, de esos raros y ocultos que encontramos en nuestros amados hábitats profundos, gracias a los proyectos que llevaste a cabo. Ana está bastante afectada y agotada por todo lo vivido junto a ti, pero también la percibo dichosa por todo el amor entregado. Tu hermana y familia están tristes, todos andan cabizbajos por tu partida. Espero que te gusten las fotos que vamos a publicar en este homenaje y los reconforte un poco en su dolor.
Bien sabe el Cielo de mis angustias y gritos espirituales por Rogelio, la madre celestial y todos los santos, conocen los ofrecimientos por la sanación de tu cuerpo mortal. No he rezado solo, otros se han unido con constancia y penitencia, y nunca te conocieron en esta vida, se han aporreado las puertas de la ciudad celestial, pues te queríamos más tiempo entre nosotros. Así funciona la iglesia creada por nuestro Señor entorno a su excelso sacrificio, uniendo voluntades espirituales, practicando la comunión en el amor de los orantes por la salvación de todas las almas y la redención del mundo.
Estoy satisfecho por la batalla espiritual que he librado junto a mi amigo, y reconfortado sabiendo que he dado lo que podía ofrecer en esta dura y a la vez bella prueba de la vida temporal. He aquí, a lo que todo ser humano debe enfrentarse, nada hay tan radical ni devastador como la separación entre cuerpo y alma; nada llega a ser tan alienante y a la vez tan crucial como nacer a la vida imperecedera.
"En los temas trascendentales no existen casualidades, sino más bien causalidades"
Vivir consiste en morir a este mundo y viajar hacia el venidero, fuera del tiempo y la corrupción, con toda la luz que podamos adquirir; somos un cuerpo preñado de un alma que tiene que nacer con salud espiritual. La vida buena está jalonada de luchas y sufrimientos mientras que la “buena vida” agota y desgasta en vano “de que le sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma” escribe sabiamente San Ignacio de Loyola. Cuál sería el sentido de una vida plana y sin altibajos existenciales, que solo busca perpetuarse en el tormento de un cuerpo maltrecho, sin propósito trascendente, y cuya finalidad es perdurar en la carne. Viviendo con plenitud nos adentramos en la aceptación del sufrimiento, sin huir horrorizados por lo inevitable y necesario para el crecimiento. Todos sufrimos y sufriremos hasta el final, y nos conviene sufrir bien, si nos proponemos alcanzar el gran premio de la eternidad. De esta forma el Altísimo depura a su criatura humana, pues solo le importa su salvación, como bien indica el lúcido apologeta cristiano C. S. Lewis. Hermana muerte decía el santo de Asís con gran iluminación.
Por tanto, Rogelio, en ese sufrir abnegado, participó de todo este camino de crecimiento espiritual llenándose de caridad. Para Dios solo cuenta la pureza del corazón, todos seremos juzgados en el amor, explica San Juan apóstol.
La muerte no existe, solo es un tránsito entre dos etapas, lo único que se corrompe es el cuerpo, mientras el ánima permanece oculta a los ojos temporales, y eso produce un lógico estado de confusión y temor, solo superable si se conoce nuestra verdadera naturaleza. Somos seres sublimes hechos para la gloria en la cercanía del Altísimo.
En los temas trascendentales no existen casualidades, sino más bien causalidades. Por ello, mi repentina conversión a la fe católica, fue un acontecimiento cercano al inicio de la enfermedad de Rogelio, y ya sé que no fue en vano por muchos motivos. En estos momentos, solo deseo deshacerme del egoísmo lacerante, del recuerdo enfermizo, de la pérdida irreparable. Prefiero imaginar nuestro nuevo encuentro en el mundo venidero sin dolor ni enfermedad, con gran conciencia y bajo la atenta mirada del creador. Animo Rogelio y reza por nosotros, descansa en paz y brille para ti la luz perpetua. Dios ama a los valientes.
D.E.P.