Asistimos en estos días en el I.E.S Luis de Camoens al proceso de elección para la Dirección de nuestro Centro. Los docentes que llevamos muchos años en la enseñanza somos conscientes de la tarea tan complicada que recae sobre el responsable de coordinar la esta tarea tan comprometida con la docencia, con la sociedad y con unos de los pilares básicos del Estado de Derecho. Las compañeras y compañeros que ejercen este cargo, están dispuestos a ofrecer generosamente su tiempo, su dedicación exhaustiva y, tal vez, un cambio radical en sus vidas cotidianas. Es por ello que la figura de los directores debería ser considerada por la administración educativa como piezas claves e imprescindibles de la política educativa y reconocer este ejercicio con más generosidad de lo que lo hace a día de hoy.
Siempre he considerado que el claustro de profesores forma una parte esencial para la dirección del Centro: serán los profesores los encargados de poner en marcha las propuestas programáticas del equipo directivo: trabajando desde el aula, con los padres y las madres, con desde varios frentes y paradigmas , en la hoja de ruta diseñada desde el proyecto de dirección.
Aunque parezca extraño y tal vez, contradictorio, la ley no obliga al candidato a presentar sus propuestas de gobierno a los claustrales, solo indica que la misión del claustro su será “elegir a un miembro como representante del profesorado” que formará parte de una comisión para valorar la idoneidad del candidato. Los otros componentes de la comisión estará formada por tres inspectores y un representante del Consejo Escolar; son ellos los que darán el visto bueno. También establece que en el caso que hubiere más de un candidato que superen la nota mínima, será un concurso de méritos el que dirima quien consigue la investidura para el ejercicio del cargo.
La nueva ley olvida a los protagonistas principales, los profesores, y los relega a una posición nada esencial para estas lides.
¿Qué sucedería si se presentara un proyecto excelente y si el candidato careciera de méritos académicos? ¿No es fundamental el apoyo de un claustro para debatir, perfilar, proponer, negociar y consensuar la política académica de un Centro?
Espero que el nuevo gobierno de la nación que recientemente se estrena, tenga en cuenta los cambios necesarios para democratizar “ EN MAYÚSCULAS” cada uno de los eslabones de esta cadena que formamos la enseñanza pública.
Desde estas líneas, me comprometo a trabajar codo con codo con el nuevo equipo directivo del Camoens. Su suerte, será la suerte de todos.