Aproximadamente siete años han bastado para que Christopher Nolan, uno de los pocos grandes gurús modernos del cine (no sólo por su visión del hombre murciélago), haya hecho que la impecable serie de tres películas que nos ha regalado haya marcado un antes y un después en el cine de superhéroes. El desastre decadente en el que habían sumido al personaje hasta hacerle vagar en el olvido del ridículo fue superado por Nolan para permitir a DC Comics volver a mirar más o menos cara a cara a la todopoderosa Marvel, aunque sólo sea una vez al año. Desde que en 1995 la nueva y revolucionaria versión de Batman, más humana y atormentada, sorprendiera tanto por puesta en escena como por concepción adulta de la historia, elementos como el inmortal Joker de la segunda entrega o la estética espectacular de cada uno de los trailers y carteles que abren boca, la franquicia ha logrado cotas tan altas como que una inmensa cantidad de sus ya fieles espectadores se empiecen a erizar en sus asientos nada más oír el ya clásico “papachiro, papachiro” que predomina en cada una de las impactantes bandas sonoras de Hans Zimmer. A lo largo de este viaje en forma de trilogía se ha expuesto a uno de los personajes heroicos de ficción más atormentados al límite del límite de la tolerancia al dolor físico y mental hasta puntos que en esta tercera y ¿definitiva? entrega alcanza niveles de delicioso sadismo por exceso.
Christian Bale vuelve a dejarse ensombrecer por el personaje protagonista y aporta ese toque bajo la máscara que otorga su tercera dimensión, y junto a él desfilan de nuevo los rostros venerables de nada menos que Sir Michael Caine como Alfred, Morgan “Presencia” Freeman o un Gary Oldman inconmensurable haciendo de tipo corriente con un par de bemoles en el pellejo del comisario Gordon. Destacables novedades del reparto en esta tercera parte son Marion Cotillard (elegante mujer de negocios ligada a Empresas Wayne) y Anne Hathaway (seductora, embaucadora y Gata Negra en sus ratos libres): ambas actrices brillan con luz propia y se antojan claves para el buen destino de esta obra, que si bien no logra los niveles de excelencia de la segunda parte, logra colmar estupendamente las desproporcionadas expectativas creadas. Con desmesura pirotécnica requerida para el Apocalipsis final que purifique el alma y haga resucitar con mayor fuerza a un protagonista y una sociedad que vienen estando cascados, el antagonista que da miedito en esta ocasión es el “murallesco” Bane, un irreconocible Tom Hardy que no puede hacer olvidar a Heath Ledger, pero logra salir airoso del embolado…
Más de dos horas y media de acción de la buena y trama aceptablemente interesante sostienen que cuando una cinta de metraje dilatado no se hace larga, ésta no es una película larga. Vayan chupándose los dedos y disfruten sin rubor del megaestreno palomitero del verano.
Puntuación: 7
El culturismo siempre ha sido un deporte que ha tenido cabida en nuestra ciudad, pero…
El 23 de noviembre se celebrará un nuevo acto institucional siendo este el 58 aniversario…
Se llama Ibrahim, tiene 16 años, y su familia, natural de Rincón de M’diq (Marruecos),…
Como cada año alrededor de estas fechas, el Banco de Alimentos de Ceuta comienza a organizar su…
La noticia la ha dado a conocer el medio tetouan7.ma, y desvela el traslado de…
La Skoda Titan Desert de 2025, que tendrá lugar entre el 1 y el 6…