De vertedero a parque: “de una debilidad a una fortaleza”. El Ejecutivo mimó ayer la presentación de su principal proyecto de la legislatura en política medioambiental: el sellado del vertedero de Santa Catalina. El marco fue el salón del Trono, hubo presentador que engarzaba las diferentes partes de la presentación e incluso se preparó para la ocasión un vídeo explicativo en donde se sintetizaban las diferentes partes del proyecto. El presidente, Juan Jesús Vivas, parecía satisfecho con la exposición y fue el encargado de hacer la valoración política. Le acompañaban las áreas relacionadas con el proyecto: Medio Ambiente, con Yolanda Bel; Fomento, con Juan Manuel Doncel; y Sanidad, a través de la consejera Adela Nieto. También el comandante general Vidal de Loño y el delegado de Gobierno, José Fernández Chacón.
Varios representantes se encargaron de definir el sellado de Santa Catalina, un proyecto que ya ha sido devorado por la prensa. Pocos datos se dieron como novedad pero sí se pusieron en orden. Si los técnicos se encargaron de destacar las partes más importantes del proyecto, Vivas trató de ponerlo en valor. En primer lugar utilizó el devaluado concepto de histórico: “Algo que suena a tópico pero que creo que en este caso sí que responde a la verdad. Es una actuación rotunda sobre una zona que era foco de contaminación”.
El presidente no sólo habló de la recuperación desde el punto de vista medioambiental, su vertiente más conocida. Acentuó el atractivo paisajístico y a su vez turístico que tendrá el nuevo parque gracias a unas cualidades localistas: “Estamos hablando de un parque junto al mar, mirando al Estrecho y a los pies del Hacho.No hay muchas ciudades que puedan tener todos estos atributos. El proyecto convierte el vertedero de una debilidad a una fortaleza”. Además Vivas destacó sus valores patrimoniales. El vertedero ha engullido parte del lienzo norte de las Murallas Reales y devaluado durante años la Batería de Santa Catalina: “Con esta actuación también se está significando el patrimonio histórico”.
El presidente también recordó el conjunto de actuaciones que se están llevando a cabo en buena parte del límite de la bahía norte: “La rehabilitación de un lugar emblemático como el parque de San Amaro; la creación de la Estación Depuradora de Aguas Residuales, que permitirá la liberación de la playa; la restauración medioambiental de Punta Chichón o la creación de un paseo marítimo del que me ha puesto en conocimiento el delegado del Gobierno”.
El sellado
El primero en intervenir para explicar los detalles del proyecto fue la Dirección Facultativa a través del arquitecto Ángel Moreno que explicó los pasos en los que se va a dividir la ejecución.
Antes Moreno hizo una breve introducción histórica. El basurero de las faldas del Monte Hacho comienza su historia en 1930. Desde entonces se tiene constancia del uso de la explanada de Santa Catalina como lugar de vertidos de residuos. Durante los últimos 30 años se produjo un rápido crecimiento del volumen del vertedero y, ante la cercanía del mar y el riesgo de vertidos, el Ayuntamiento decide acometer un dique de contención entre 1994 y 1995. Fue en el año 2003 cuando se produce la clausura del vertedero, pero ya se habían rebasado los límites de seguridad técnicamente aconsejables, con algunos derrumbes por el régimen de corrientes que alcanzaron el mar.
El concepto de la obra es sencillo: trasladar las basuras a un nuevo vertedero que se creará en la vaguada de Valdeaguas hasta alcanzar la cota de los años 70. Después crear sobre la antigua montaña de basuras un nuevo parque urbano de 66.000 metros cuadrados. El traslado a la península de los desperdicios se descartó por los costes asociados.
El primer paso será la creación del nuevo vertedero “ajustado a las normativas medioambientales que existen al respecto”, especificó Moreno. En primer lugar se limpiará de vegetación de la zona “con eucaliptos de poco valor”, que serán utilizados posteriormente como compos para la reforestación.
Se busca la total impermeabilización del nuevo hogar para los residuos de Santa Catalina. Se prevé realizar excavaciones en el barranco para lograr una explanada en su fondo de al menos 25 metros de anchura mínima. Otro de los puntos a tratar serán los lixiviados, el agua que se filtra entre los desperdicios de forma similar a cuando chorrea una bolsa de basura. Para ello, se añadirá en el fondo del vertedero una balsa con capacidad para recoger la máxima precipitación diaria de Ceuta.
Una vez acometida la reducción de los 45.000 metros cuadrados ganados en superficie por el traslado durante casi 40 años de basuras, el segundo paso consistirá en transportar el material desde el vertedero de Santa Catalina a su nuevo basurero en la vaguada. Hay dos itinerarios alternativos: la carretera del Hacho o el nuevo vial que circunvala la depuradora. Una vez transportados los residuos se extenderán y compactarán en el nuevo vertedero. El encargado del proyecto junto al arquitecto Rafael Montes, e ingeniero, Jorge Chaves, señaló durante la presentación la necesidad de desplazar “500.000 metros cúbicos de basuras (en el proyecto figuraban 240.000) que se hará con los medios habituales y todas las garantías medioambientales”. El gran objetivo es alcanzar la cota de las basuras que se han convertido en materiales inertes y sobre las que se construirá el parque.
La siguiente actuación prevista es el sellado del nuevo vertedero de la vaguada de las Cuevas. Se extenderá primero una capa con suelo seleccionado de la propia excavación y se instalarán la impermeabilización superior con varias láminas de materiales que aseguren su impermeabilización. Por último, se realizará la restauración vegetal de la zona con árboles autóctonos como el Palmito, el Mirto o la Amapola marina, “en algunos casos se utilizarán especies protegidas”.
El propio sellado del vertedero recoge primero la desgasificación de los efluvios acumulados durante 50 años de vertedero ilegal mediante chimeneas por las que se expulsarán los gases. El sellado de Santa Catalina incluye también una balsa para la recogida de las aguas contenidas en el vertedero. Ambos continentes estarán conectados con la depuradora para el tratamiento adecuado de los desperdicios.
Por último, se emprenderá lo que es la gran estrella del proyecto: el parque urbano que sustituirá al antiguo basurero. El parque contará con una superficie de unos 66.000 metros cuadrados y se ha propuesto una ordenación que se estructura en plataformas circulares a diferentes alturas. Estas plataformas serán tratadas paisajísticamente de formas diversas.
Financiación
En principio el proyecto del sellado salió a licitación por un total de 9,8 millones de euros financiados en un 20 por ciento por la Ciudad Autónoma y un 80 por ciento por los Fondos Europeos de Desarrollo Regional (FEDER). Dragados se hizo con el contrato presentando un presupuesto algo menor, por un total de 7.823.000 euros, y será la encargada de ejecutar el sellado y la creación del nuevo vertedero.
Ayer, dentro del acto de presentación del proyecto, se produjo la firma de inicio de las obras después de varias fechas pospuestas una y otra vez por sustituciones dentro de la dirección de obra.
Recuperación patrimonial
Uno de los aspectos pocos conocidos del proyecto de sellado de Santa Catalina es su contribución a la restauración patrimonial de los elementos defensivos costeros que se encuentran en su entorno.
En primer lugar, la estructura del propio parque se ha basado en la pieza más significativa conservada en la zona, la Batería de Santa Catalina: “La ordenación del parque va a consistir en una serie de plataformas. Se ha elegido como punto de partida del proyecto una forma circular para que incluso desde el aire tenga una visión paisajística acompañando a la Batería de Santa Catalina”, explicó el ingeniero y diseñador del proyecto, Jorge Chaves. Estas plataformas circulares serán las zonas de esparcimiento y de ocio y contarán con una superficie de 8.000 metros cuadrados de los 66.000 que tendrá el parque, “el mayor que va a haber en Ceuta y que seguramente habrá teniendo en cuenta las limitaciones de superficie con las que cuenta la ciudad”. En esas plataformas se podrían organizar “actos culturales, exposiciones e incluso algún actuación artística durante el verano”.
Estas superficies estarán enlazadas mediante sendas que tendrán unos 1.250 metros lineales y que desembocarán en la propia Batería de Santa Catalina.
La actuación principal de rehabilitación arquitectónica se dirigirá a un garitón situada en la parte alta de Santa Catalina, una pieza del siglo XVI que estaba adscrito al lienzo norte de la muralla y que será puesta en valor. “Una actuación que quedará pendiente sería la propia rehabilitación de la Batería de Santa Catalina. Es un proyecto que estaría bien el tenerlo en cuenta en un futuro para realzar el valor del parque”, apuntó Chaves. Algo que no se podrá recuperar es parte del lienzo de la muralla norte que fue engullida por la expansión volumétrica del vertedero.
El parque se completará con la restauración vegetal de la zonas, utilizando especies autóctonas de la ciudad, y se completará con zonas pavimentadas.