En su Memoria Anual 2017 alude al retraso para disponer de una sede única judicial y a los fallos informáticos que ralentizan el sistema; se vuelve a poner la atención en la necesidad de tener un Juzgado de Vigilancia Penitenciaria
El TSJA presentó ayer la Memoria Anual 2017 en la que vuelve a recoger las críticas por la falta de una sede única judicial además de los problemas informáticos que siguen produciéndose y que inciden en la ralentización del sistema.
El Alto Tribunal recoge en su memoria la “escasa carga de trabajo” que tiene el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria “para optimizar” su existencia con “carácter único y especializado, servido por un magistrado en régimen de exclusividad”, expone.
“Parece razonable que otro magistrado comparta y asuma las funciones de Vigilancia Penitenciaria, tal y como sucede en Melilla, lo que haría posible la transformación de ese órgano judicial en otro de la jurisdicción mixta, con posibilidad añadida de especialización y separación de jurisdicciones civil y penal en Ceuta”. No obstante se advierte de que habrá que tener en cuenta la repercusión que pueda derivarse de la apertura de la nueva prisión de Mendizábal.Los problemas informáticos no se olvidan en la Memoria del tribunal que preside Lorenzo Del Río.
“Ceuta y Melilla (el llamado territorio Ministerio), merecen una mención especial, porque esta Sala de Gobierno debe hacerse eco de las numerosas incidencias y deficiencias informáticas en los órganos judiciales, con evidente retraso de los procedimientos y ralentización del trabajo jurisdiccional: hay problemas con el visor, con la confección del expediente digital (el ‘árbol’ del expediente) y el fechado de acontecimientos, con la descripción de acontecimientos, con las causas declaradas secretas, con documentos adjuntos a expedientes o atestados, con la solución de las incidencias informáticas, etc. Es cierto que no podemos dar, ni pedir, un paso atrás en el proceso de digitalización. Pero, por lo mismo, hay que mejorar el proceso de transformación digital y proporcionar mayor grado de satisfacción, evitando, como ocurre hasta el momento, que siga presente el desánimo, la frustración y, lo que es peor, la inseguridad en quienes tienen el deber y la obligación de juzgar sobre el fondo del asunto tratado de forma informática”, refleja.
En cuanto a la falta de una sede judicial única, el TSJA recuerda la responsabilidad del Ministerio parar mejorar las infraestructuras del Banco de España, que debería haber empezado a funcionar como sede en noviembre de 2017.
Este retraso deriva en una visión que nadie quiere: “Edificios judiciales dispersos e inadecuados” a los que se suman deficiencias que ralentizan el funcionamiento de la sede única judicial.
En cuanto a la carga que tienen los magistrados de la Sección VI de la Audiencia, el TSJA valora que se cuente con cuatro magistrados titulares desde mediados de 2015, presentando una línea de ingresos que ha fluctuado a lo largo de los años. En éste último, ha disminuido un 8%, manteniéndose con un volumen de entrada de asuntos inferior al módulo referencial de entrada. Se valora que uno de estos magistrados acuda “cuantas veces ha sido necesario sustituir o reforzar plantilla en otras Secciones” como es el caso de la Audiencia de Algeciras.