Los 2.600 kilómetros que separan Ceuta de Salzburgo, el idílico enclave austriaco en el corazón de los Alpes que vio nacer a Mozart y sirvió de escenario a Sonrisas y lágrimas, son la brecha que distancia a las dos regiones que ostentan el honor de ser la locomotora y el furgón de cola del empleo en la UE. La cara y la cruz de un espacio común cuyo objetivo era acabar con los desequilibrios y fomentar la convergencia –ejemplos palpables son los programas Feder y el Fondo Social Europeo– pero que a día de hoy arroja diferencias casi abismales.
Y en ese esbozo continental del desempleo, a Ceuta le ha tocado la parte más amarga del pastel. Tanto, que tiene el triste privilegio de lucir la mayor tasa de paro de toda la Unión Europea. La primera entre, nada más y nada menos, que las 270 regiones analizadas en su último informe por Eurostat, la oficina estadística de la UE. No sólo eso: la ciudad es la primera en dos de las cinco estadísticas negativas que elabora Bruselas (la de tasa de paro global y tasa de paro femenina), es tercera en el porcentaje de desempleo masculino y segunda en la relación de las comunidades con menos jóvenes ocupados. Sólo escapa de los primeros puestos en la relación de parados de larga duración.
La Ciudad ha insistido en varias ocasiones en que los datos estadísticos que arroja Ceuta no son fiables, en especial los de la EPA, porque el método utilizado se basa en un muestreo de apenas unas decenas de encuestas que son incapaces de tomar el pulso real al mercado laboral local. Si por contra son ciertos, los datos son alarmantes. Ceuta, con el 38,5% de paro que constata Eurostat, lidera la tabla negativa de las 270 regiones europeas. España coloca a otras seis comunidades entre las diez con mayor registro: Andalucía (34,6%), Extremadura (33%), Canarias (33%), Melilla (28,6%), Castilla-La Mancha (28,5%) y Murcia (27,9%). Siete de diez en el que hasta hace poco era el país del milagro económico. Dos regiones griegas (Dytiki Makedonia, con el 29,9%, y Stera Ellada, con el 27,8%) y la isla francesa de Réunion (28,6%) sirven de acompañamiento foráneo en esa decena maldita.
Los paraísos laborales, según esa misma relación, están localizados en Austria (Salzburgo, Tiroll, Oberösterreich y Steiemark), Alemania (Tubinga, la Alta Baviera, Triéveris, Friburgo, Oberpfalz y Schwaben), Holanda (Zeeland) y la República Checa (Praga). En ninguno de los casos el paro sobrepasa el idílico listón del 3,5%.
La cifra se dispara aún más en el capítulo de paro femenino. Según Eurostat, ser mujer en Ceuta y encontrar trabajo en casi una quimera con un 49,4% de desempleo, de nuevo a la cabeza de toda la Europa comunitaria y con, aunque en distinto orden, los mismos compañeros de viaje de la estadística anterior. En el caso de los desocupados masculinos, el liderato se cede a Andalucía y la ciudad ocupa el tercer lugar con un índice del 30,6%, de nuevo multiplicando por más de 15 la tasa de los privilegiados enclaves austriacos.
El auténtico drama laboral es el de los desempleados con edades comprendidas entre los 15 y los 24 años: un 70,6% y el segundo puesto de tan particular ranking, sólo por detrás de la griega Dytiki Makedonia y su 72,5%, y años luz del récord positivo, el exiguo 4,2% de la Alta Baviera alemana, con sólo un envidiable 4,2% de sus jóvenes sin oficio.