Dice de ella misma que es “una actriz que canta”. Llegó hace 18 años de Argentina buscando nuevos horizontes a los que ha llevado el espectáculo impregnado de tango que reivindica movimiento de conciencia pero sobre todo ironía y ganas de reírse.
–¿Cómo consiguió unir tango, reivindicación, música, teatro, comedia y drama?
–Dí con el espectáculo de casualidad. Quería algo que se desmarcara del tango melancólico y triste y empecé a recopilar material y me centré en un repertorio que hablara de las mujeres en muchas de sus facetas, de manera irónica...es cierto que el tango es el reflejo de una sociedad y una época machista y es lógico que pinte a las mujeres en tono despectivo muchas veces pero del hombre no hay imágenes tan destructiva o disparatadas. Hay tangos que hablan de la fea, la solterona, la abandonada, la pesada... ‘Muñeca Brava’ es un espectáculo con el que en definitiva trato de que la gente reflexione conmigo pero que nació simplemente con la intención cómica y que poco a poco fui amoldando y tratando de meter el dedo en la llaga en este gran problema de la violencia.
–La visión del tango más usual es más bien como el género pasional por excelencia, no tan machista ni siquiera cómico. ¿Por qué apostó por este tipo de música?
–El tango es un género que es muy dramático por su estructura teatral y desde el punto de vista actoral tiene mucho jugo que sacar. Yo me arrimo al tango como actriz y me fijo muy bien en lo que dice para transmitirlo. Es una historia con música y como tal la abordo.
–Viene acompañada tan sólo por un pianista...
–Así es. Marcelo Raigal. Es un pianista fantástico que hace mucho tiempo que me acompaña y que no sólo me conoce a mí sino que conoce los resortes del espectáculo.
–Una muñeca pero brava. Ya el nombre del espectáculo invita a la reflexión en u na semana como ésta, dedicada a la lucha contra la violencia de género.
–Es como un contrasentido porque una muñequita es como de porcelana, que no habla ni dice nada, pero ésta salió rana, salió brava. ‘Muñeca brava’ es el nombre de un tango muy conocido y muy crítico y era una mujer de armas tomar que quitaba el dinero a los hombres valiéndose de sus armas de mujer que dominaba perfectamente. El autor hace una reflexión como que hace mal si sigue por ese camino y yo me río de todo eso porque no somos muñequitas tontitas sino que podemos ser bravas si queremos.
–¿Cómo le gustaría que el espectador abandonara esta noche La Sala tras ver ‘Muñeca Brava’?
–Me gustaría que la gente se fuera contenta y divertida, que hayan disfrutado del espectáculo. Propongo un espacio lúdico y divertido y espero que lo pasen bien conmigo. Y después, toda la información que nos llega se va metiendo dentro y alguien saca conclusiones... ¡ojalá tenga efectos colaterales! como no... Pero ante todo, digo muchas cosas que tienen que ver con el tema de la mujer y la violencia, pero quiero que disfruten del espectáculo.