El sueño de Ilias

Este menor marroquí de 17 años, criado en La Esperanza desde que llegó a Ceuta en 2013, triunfa en el Atlético Baleares siendo el claro reflejo del éxito de la integración.

Ilias El Khattaby tenía solo 14 años cuando la Policía lo llevó hasta el centro de La Esperanza. Atrás dejaba su tierra, Castillejos. También un escenario marcado por el hambre, la necesidad y la conciencia de un futuro muy poco esperanzador. Como otros menores marroquíes, Ilias cruzó la frontera del Tarajal aquel 2013 que guarda en su memoria y tras ser interceptado por las fuerzas de seguridad, se topó con un equipo de educadores dispuesto a sacar de él lo mejor. Ilias quería estudiar, quería aprender y aprovechó la oportunidad para exprimir los recursos ofrecidos por el Área de Menores para sacar adelante a los MENA con los que trabaja a diario.
El pasado mes de julio recibió la oferta más esperada, la que puede acercarle a su sueño: ser futbolista profesional. Después de jugar la temporada pasada en el Goyu-Ryu de Liga Nacional, siendo uno de los más destacados del equipo y de la categoría, ha sido fichado por el Atlético Baleares y estará en el grupo III de División de Honor juvenil, la máxima categoría para un jugador de su edad.
“Solo pienso en el fútbol, es mi futuro, es a lo que me quiero dedicar”, explica Ilias durante una entrevista mantenida con El Faro. Su día a día pasa por los entrenamientos diarios, los estudios y la convivencia en la  casa que comparte con más compañeros de Málaga, Menorca, Ibiza y también con el ceutí Álvaro Mesa. Hay que trabajar duro para mantener el nivel de un equipo que ha confiado en él y que jugará su  primera jornada el próximo 4 de septiembre ante el CF Damm, uno de los favoritos a las primeras posiciones. El conjunto de las islas está encuadrado en un grupo donde se encontrará a equipos juveniles de la talla del Barcelona, Espanyol, Zaragoza o Mallorca, entre otros.
Ilias sabe que la vida le ha puesto una oportunidad en sus manos y no ha dudado en saber aprovecharla. Atrás quedan épocas complicadas, un Marruecos pobre en el que la vida para un menor carecía de los recursos mínimos que debieran ser disfrutados por todos los niños. Por eso decidió abandonar su hogar y buscar la oportunidad al otro lado de la frontera. En La Esperanza vivió muchas cosas buenas, aunque en ese centro también se produzcan situaciones complicadas debido a la masificación de MENA y al hecho de que haya algunos menores que no quieran participar de la integración ofrecida.
Ilias, como tantos otros atendidos por la Ciudad Autónoma, tenía claro que debía salir adelante y así lo hizo, alcanzando una doble meta. La primera, estar más cerca de su triunfo como futbolista; la segunda, aun sin buscarlo, romper con los prejuicios que afectan al colectivo MENA, marcado por críticas muchas veces injustas por su generalización, representando el claro reflejo del triunfo de la integración.
“En Marruecos no tenía nada”, recuerda Ilias. “Aquí encontré muchas cosas, oportunidades... las posibilidades que no tenía en casa. Me marché por la situación en que me encontraba, quería estudiar y soñaba con ser futbolista. El fútbol es mi vida”, apostilla.
La temporada pasada el Atlético Baleares logró la permanencia con mucho esfuerzo y esta campaña se ha reforzado con jugadores de fuera como es el caso de Ilias y del ceutí Álvaro Mesa. Ambos se esfuerzan en sus entrenamientos teniendo como objetivo el ser elegidos para los partidos que se vayan convocando.
Atrás queda el palmarés logrado en nuestra ciudad por El Khattaby, al conseguir con el Goyu un total de trece tantos en 21 partidos disputados. Antes del fichaje probó con el Betis pero fue este equipo el que finalmente lo seleccionó tras ver cómo jugaba.
Una pelota, un terreno, una portería que batir y mil sueños por llegar a tener una vida en la que no quepan las fronteras, ni las escapadas, ni los controles. Tampoco el miedo. Una vida en la que solo haya logros para los que luchan por conseguirlos, en la que haya premios para quienes se esfuerzan por alcanzarlos. Ilias apostó en la vida y apostó por aprovechar lo que se le ofreció a este lado de la frontera, los recursos y las enseñanzas de aquellos que trabajan con menores como él, habiendo logrado que varios de sus compatriotas hayan podido destacar no solo en el ámbito deportivo sino también en otros académicos.
Porque en la vida no todo es blanco o negro, las generalizaciones constituyen el máximo de las equivocaciones y terminan hundiendo el trabajo de muchas personas que se esfuerzan en que hoy conozcamos historias como la de este joven. Ilias tiene un sueño. Y cada día está más pronto a conseguirlo.