El sendero que rodea el pantano del Renegado, un área de esparcimiento habitual para los ceutíes en García Aldave, ha cumplido ya un año cerrado y no tiene ni fecha de reapertura fija ni una explicación exacta sobre qué impide el acceso de la ciudadanía al camino.
Fuentes de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) y de la Consejería de Medio Ambiente han explicado a este periódico que hay una reunión entre ambas partes pendiente para concretar las “medidas” a adoptar antes de volver a permitir el acceso al itinerario.
Las fuentes consultadas en el Ejecutivo autonómico han indicado que el sendero se cerró “porque era necesario talar algunos árboles para garantizar la seguridad de los visitantes” y por la naturaleza de infraestructura estratégica para la ciudad del embalse. “En la reunión pendiente habrá que precisar qué trabajos queda por hacer y qué parte los ejecutará”, han resumido.
El pasado mes de junio la CHG dio por “terminados” los trabajos forestales que era preciso ejecutar y que incluyeron “un tratamiento preventivo de defensa contra incendios forestales realizando fajas limpias totalmente desprovistas de vegetación y otro reduciendo el volumen de combustible vegetal, fundamentalmente de vegetación arbustiva, de matorral, herbáceas y, en ocasiones, de la arbórea”.
También se prepararon áreas cortafuegos “en fajas de al menos 5 metros de ancho a los lados de la pista”. La Confederación argumentó antes de que comenzase el verano pasado que el sendero no se había reabierto por dos motivos.
Por un lado, “ante el peligro que se pueda producir un accidente grave como consecuencia de los desprendimientos de árboles de gran tamaño y piedras de los taludes sobre el camino, motivados, a nuestro entender, por los fuertes temporales que viene sufriendo esta ciudad desde octubre hasta la fecha (lluvias torrenciales y fuertes vientos)”. Por otro lado, porque las obras ejecutadas aún no habían sido recepcionadas.
Tala y desbroce de eucaliptos, pinos y matorral
El consejero de Medio Ambiente, Fernando Ramos, explicó hace un año en el Pleno en respuesta a una interpelación del PSOE que desde Obimasa se había emitido un informe especifico sobre los trabajos a ejecutar en el pantano “con una serie de puntos indicando que procede la tala de esta arboleda de una forma selectiva y autorizando a la Confederación a la tala y desbroce de eucaliptos, pinos carrascos y canarios, matorral serial y herbáceas”.
Más de 1,65 hectómetros cúbicos y 10,2 hectáreas de superficie
La cuenca del embalse de El Renegado tiene una superficie de 1,29 kilómetros cuadrados y según la Confederación “la red hidrográfica, respecto a las aguas superficiales, se puede considerar de tipo endorreico”.
En cuanto a las aguas subterráneas, las fuertes pendientes y la proximidad de las elevaciones provocan una escorrentía superficial grande “con la consiguiente disminución de la infiltración”.
El embalse tiene una capacidad a la cota de 82,10 metros sobre el nivel del mar de 1,65 hectómetros cúbicos con una superficie a esa cota de 10,28 hectáreas.
En comparación, el del Infierno tiene una capacidad de 0,60 hectómetros cúbicos con una aportación media anual de 0,45. La presa es de materiales sueltos con núcleo impermeable interior de arcilla y espaldones de escollera con las correspondientes zonas de transición y filtros. En la única galería que dispone la presa se sitúan las conducciones del desagüe de fondo y la toma de agua.
La longitud de la misma es de 200 metros y su dirección es casi perpendicular al eje de replanteo de la presa. Solamente es visitable desde aguas abajo unos 55 metros al final de la cual se encuentra la cámara de válvulas. Unos metros aguas arriba de la cámara de válvulas existe un tapón del cual parten el desagüe de fondo y la conducción de la toma.