El SEIS planteará la “ineficacia” de las medidas contra los apedreamientos

Han solicitado una reunión urgente con ambas administraciones para pedir un mayor esfuerzo ante los constantes ataques en el Príncipe que ya contabilizan 50 en el último año.

La paciencia tiene un límite y los efectivos de Bomberos están perdiendo la suya a base de ‘golpes de piedra’, los mismos que reciben cuando acuden a un servicio en el Príncipe y son recibidos con una lluvia de impactos, en lo que un grupo de incívicos ha convertido en, prácticamente, el ‘deporte local’ de unos cuantos inadaptados.
En el último año se han contabilizado más de 50 apedreamientos a los efectivos del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) en el cumplimiento de sus funciones. Y lo que antes se limitaba exclusivamente a agresiones a bomberos mientras sofocaban un incendio, ahora se ha convertido en una especie de 2x1, a tenor del dispositivo policial puesto en marcha ante estas prácticas. Por la misma llamada al 080, los agresores también tienen en el punto de mira a los efectivos policiales que están obligados a acompañar a los integrantes del SEIS en estas arriesgadas incursiones al Príncipe.
Pese a este dispositivo, los apedreamientos, lejos de remitir, se han ido recrudeciendo, tal y como demuestran los últimos ataques en los que dos efectivos de bomberos fueron alcanzados por sendas piedras. En este punto, el SEIS ha decidido tomar cartas en el asunto y va a solicitar una reunión urgente al delegado del Gobierno y al presidente de la Ciudad, o en su defecto al consejero de Gobernación, a fin de poner sobre la mesa  la “ineficacia” de las medidas contempladas en lo tocante a la seguridad de los efectivos del SEIS. “Aunque nos sentimos respaldados por la policía, son los responsables políticos los que deberían hacer un esfuerzo inequívoco para aumentar estos efectivos, porque en el último año no se ha producido ni una sola detención que haya derivado en enjuiciamiento, lo que demuestra que hay impunidad total para los que cometen este tipo de actos vandálicos”, explica el delegado sindical de Bomberos en UGT, Gonzalo Sanz.
Aunque el representante sindical es consciente de que estas acciones son obra de una “pequeña minoría de descerebrados”, insiste en que tanto Ciudad como Delegación del Gobierno deben instar, por un lado, a los movimientos vecinales a desarrollar una “concienciación colectiva” y, por otro, perfilar un dispositivo específico en este tipo de sucesos, “porque el perfil del atacante siempre es el mismo, se produce en el mismo lugar y las actuaciones van todas en la misma línea”.
La critica del sindicalista a la gestión política la deja bien clara cuando expresa que tanto el consejero de Gobernación, José Antonio Rodríguez, como el delegado del Gobierno, José Fernández Chacón, deberían meterse en la piel de los efectivos para comprender el verdadero problema. “Están invitados a venir a una de nuestras intervenciones en el Príncipe a ver si cuando se vean rodeados de piedras siguen manteniendo el mismo discurso tranquilizador hacia el cuerpo de Bomberos”.

Los ataques van en detrimento del servicio en otras zonas

Las continuas agresiones en el Príncipe van en detrimento del servicio en otras barriadas. Y es que si con anterioridad únicamente acudían a la zona un mínimo de efectivos, desde que se producen estos ataques, se llegan a personar en el lugar hasta seis bomberos. “Si tenemos la mitad de efectivos para apagar un pequeño incendio en el Príncipe, durante el tiempo que dure la intervención contamos con la mitad de capacidad que tenemos normalmente”.
Pero a este hecho se suma, además, que pese a la celeridad con que los efectivos se personan en el lugar del siniestro, una vez a cierta distancia del mismo se ven obligados a aguardar la llegada de los cuerpos de seguridad, tal y como establece el protocolo dispuesto para evitar este tipo de ataques. “Comprobamos que no existe ningún riesgo para la población y esperamos que aparezcan los efectivos policiales. Pero en alguna ocasión esto puede suponer un prejuicio a alguna infraestructura”.