Francisco Sánchez, empresario de los polígonos del Tarajal dedicado al sector de la venta de prendas a Marruecos procedentes del reciclaje textil, trasladó ayer el malestar que ha generado entre este colectivo la información publicada por este periódico el sábado.
En este artículo se ponía de manifiesto que Hacienda calcula que la ropa usada defrauda en Ceuta ocho millones de euros al año.
Este portavoz desvinculó su negocio de los productos de China y defendió que se falta a la verdad cuando se relaciona su mercancía de segunda mano con la actividad en el polígono de Cobo Calleja en Madrid, conocido popularmente como el ‘Chinatown europeo’. “Han metido en el mismo saco a nuestro sector y al de la mercancía nueva de China. Exijo una rectificación porque se habla de una conexión inexistente que induce a error”, subrayó Sánchez.
Sánchez se opuso a la afirmación de que sus negocios estafen unos “ocho milones de euros al año” a las arcas municipales. “Yo hablo por mi sector, no sé lo que hacen los chinos o quienes traen mercancía de allí a través de España como si fuera nacional, pero tampoco sé lo que ganan ni me interesa”, sentenció el comerciante, quien indicó que su intención es “limpiar la imagen” de un “sector que está siendo castigado sin razón a pesar de que cumplimos con nuestras obligaciones, declaramos nuestra mercancía y pagamos todos los impuestos”.
El descontento manifestado por el sector a través de Sánchez continuó con los cálculos aportados por la Administración sobre los beneficios que arroja la ropa usada. “Como máximo, ganamos 0,30 o 0,35 céntimos por kilo, nada de 20 y 30 euros. Desconozco si un producto chino llega por un euro y alcanza esa cantidad en el mercado”, aclaró el empresario, quien dijo que de ingresar esa cantidad con la ropa usada él sería “millonario”. Asimismo, Sánchez estimó que reciben entre todas las naves de ropa usada, “tirando por lo alto, 330 camiones al año, lo que dista mucho de las cifras dadas”.
Sus quejas se extendieron a los datos sobre la operación desarrollada por la Agencia Tributaria en la explanada sobre la N-352, lugar en el que las autoridades localizaron pistas que conducían al Puerto, donde encontraron tres camiones de mercancía cuyo valor real era superior al declarado. El empresario sostuvo que, lejos de ser una partida de prendas usadas como se informó, se trataba de productos de China. El empresario dudó de que los datos publicados el sábado partan de la Delegación del Gobierno o de la Ciudad Autónoma.
“Un producto legal de fábricas en Europa y España”
Este empresario del Tarajal, dedicado a la venta de productos textiles reciclados, aclaró que su mercancía carece de relación alguna con la de China, incluso desde su origen. Los fardos con ropa que se transportan hasta la ciudad autónoma proceden de Holanda, Alemania, la península y en menor medida de Bélgica, enumeró Sánchez, quien insistió en la legalidad de esta actividad económica “de vital importancia”. El sector de la ropa de segunda mano contabiliza 22 establecimientos dedicados a esta actividad en los polígonos del Tarajal. “Trabajamos con firmas internacionales”, apuntó el portavoz del colectivo.