“El reto es detectar a los takfires, a los que hacen lo que sea para disimular”

El inspector de la Policía Nacional T.S., a quien no se puede poner cara ni nombre completo por razones obvias de seguridad personal, ha sido el experto en yihadismo integrista que ha impartido esta semana un curso sobre la materia para los agentes de la ciudad autónoma organizado por el SUP que concluirá hoy.
–¿Qué temas ha abordado en el curso organizado por el SUP a los asistentes?
–Hemos tratado muchas cosas: de por qué se ha llegado a esta situación, a la deriva que está tomando a día de hoy el yihadismo integrista; del salafismo yihadista; del contexto general del Islam a día de hoy en el mundo; de las situaciones particulares de Ceuta y Melilla; del argumentario de las organizaciones de esta naturaleza; del Estado Islámico; de la captación en las prisiones; de cómo llegaron aquí, de su asentamiento...  
–¿Cuál es ese argumentario?
–De manera permanente e histórica se han referido al conflicto palestino-israelí desde sus inicios. A torpedear a todos los gobiernos que han colaborado con Occidente, y de ahí surge el tema de las llamadas ‘primaveras árabes’. También a Al-Andalus, a las ciudades autónomas...
–¿Cómo se expandió ese terrorismo por el mundo?
–A través de acuerdos globales tras la crisis del petróleo en los años setenta. Los saudíes llegaron a acuerdos para abrir el grifo del crudo a cambio de instalar lugares de culto.
–¿Esa era una estrategia definida de origen para alcanzar un resultado radical o simplemente se torció?
–Esta retórica fundamentalista de hoy tiene una base. Winston Churchill ya habló de la problemática que tendría Occidente en los siglos XX y XXI. También les he hablado del analista y estratega Enoch Powell, que igualmente avisó de los problemas que habría en un futuro si no se tomaban las medidas adecuadas. Es fácil analizar los hechos cuando han ocurrido pero cuando hay señales claras  a veces no se toman decisiones por razones geopolíticas.
–¿Cuál es su análisis sobre la situación de Ceuta y Melilla, del Príncipe y la Cañada de Hidum sobre todo, en relación con el yihadismo integrista?
–Ahí confluye un problema de paro, de delincuencia, de un bajo nivel formativo... Estamos ante una mezcla explosiva. El problema de aquí es que hay islamistas, salafistas, que huyen de Marruecos, saltan la valla, intentan meterse aquí como sea y posteriormente, como sea, llegar a la Península o a otros países. La situación es... tensa. Los compañeros me han contado que hay muchísimo trabajo combatiendo el yihadismo integrista pero también, como está publicado, el tráfico de drogas, de seres humanos... Las grandes operaciones se están haciendo  en las ciudades autónomas y en Barcelona. Casi todos han recibido a combatientes, lo más preocupante, o han enviado gente a combatir.
–¿Está sirviendo la adscripción al yihadismo integrista como una forma de buscarse la vida o de buscársela a la familia que se deja atrás?
–No sería capaz de hacer una afirmación contundente al respecto. En Líbano eso sí existe, Hezbolá se encarga de atender a los niños de por vida y, de camino, tener una cantera. En España yo personalmente diría que eso todavía no sucede.
–En Ceuta se dice que la captación no se produce en las mezquitas sino en Internet y las Redes Sociales. ¿Es un retrato de la situación creíble?
–No se puede descartar pero opino que un primer acercamiento tiene que haber fuera de la Red, alguien que ofrezca una ‘salida emocional’ a cualquier tipo de situación.
–¿El reclutamiento de mujeres le parece preocupante?
–Ha habido algún caso como el de la menor procedente de Ceuta que fue interceptada en Melilla y otros pero creo que se trata de un tema residual.
–¿La respuesta del Estado al fenómeno yihadista es acorde a la amenaza que supone?
–Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad están haciendo un trabajo encomiable y su coordinación es excelente, como con Instituciones Penitenciarias, para detectar y detener a muchísima gente con relaciones, que capta, que obtiene financiación.  
–¿Cuál sería su mayor preocupación a día de hoy?
–Los takfires, los que si para cometer un atentado tiene que prescindir de la barba, disfrazarse, beber alcohol o andar mujeres lo hacen.  No han cometido ningún atentado en España y son muy difíciles de detectar. Alguien ‘normal’ que se radicaliza de golpe y porrazo, que empieza a generar ese odio interno, es muy difícil de predecir. Ese es el gran reto.
–¿Los ‘lobos solitarios’?
–No me gusta nada ese término. Yo prefiero hablar de ‘terrorista solitario’ para definir a quien cree en lo que hace y es capaz de hacerlo. Lo de ‘Charlie Hebdo’ costó muy poco dinero y lo obtuvieron muy fácilmente.
–¿Se dispone de todos los medios necesarios para esa labor?
–Si hubiese más medios se podría trabajar mejor, aunque no sé si habría más resultados. En España trabajamos con lo que hay y siempre dentro de la Ley. Quizá podríamos tener algo más de dinero, algún medio técnico extra, pero las plantillas se están reforzando y el Nivel de Alerta Antiterrorista siguen en 3. Además, las principales organizaciones islámicas se han reunido y han llegado a acuerdos con el Ministerio del Interior y el de Justicia.
–¿Usted diría que hay más riesgo de que haya un atentado en Ceuta que en otro punto de España?
–No. No tiene por qué.