El motivo, detallaron, no es otro que el respaldo que aseguran haber recibido en sus demandas de la Delegación del Gobierno, con cuyos técnicos mantuvieron una reunión el pasado viernes en la que expresaron su preocupación ante las “pérdidas insoportables” que aseguran estar sufriendo desde hace meses. En esa cita arrancaron a la representación del Ejecutivo central en la ciudad un compromiso: cuando finalicen las obras de construcción de la nueva escalera que debe sustituir a la derruida, y del acerado contiguo, se volverá a habilitar el carril exclusivo para taxis y autobuses. Estará “perfectamente señalizado”, aseguran las partes implicadas, y prohibido su uso incluso a los vehículos que intenten acceder desde la barriada Príncipe Felipe.
Los representantes del sector están también satisfechos con la “sensibilidad” de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, “en concreto de los agentes de la Guardia Civil”, cuya labor consideraban ayer “muy buena y ejemplar” al facilitar en la medida de sus posibilidades el acceso de autobuses y taxis hasta la misma frontera. “Desde Delegación del Gobierno han dado orden de que mientras duren las obras de construcción de la escalera se haga todo lo posible para ayudarnos a llegar”, aseguran desde el sector.
Tanto los trabajadores de los autobuses como del taxi habían criticado de forma reiterada durante los últimos meses que los porteadores, en su tránsito hacia el paso fronterizo, ocupen el carril reservado al transporte público y que está señalizado como tal, sobre todo desde que el derribo de la escalera les obliga a bajar por la ladera del monte y a recorrer a pie, sobre la calzada, el camino que les separa del puesto fronterizo .
Ese era uno de los principales motivos por los que habían convocado, para ayer, la primera jornada de protesta por medio de una caravana que pretendía recorrer, de 11:30 a 12:30, las principales calles de la ciudad (Plaza de la Constitución, Gran Vía, Puente del Cristo y el Desdoblamiento) hasta completar la hora. La protesta, de momento, queda aparcada.
De nuevo, colas interminables
A fuerza de repetirse, la estampa va camino de dejar de ser noticia. La imagen, captada ayer en Marruecos, es una muestra del colapso circulatorio que se vive a diario en los accesos a Ceuta. Y es que las obras que el país vecino ejecuta en su lado de la frontera están provocando retenciones kilométricas que desesperan a los conductores y provoca incluso que los potenciales visitantes desistan de emprender viaje. En el otro sentido la situación no es mucho mejor: las colas de vehículos para entrar en Marruecos desde nuestra ciudad llegaron de nuevo el fin de semana hasta Juan XXIII.