El PSOE odia Ceuta. La decisiva influencia de Felipe González y su entorno promarroquí en la configuración ideológica del PSOE moderno, incrustó en el ADN de esta formación política una rotunda animadversión a Ceuta que las actuales generaciones no han podido, o no han querido, superar. Aunque sus máximos responsables mantengan un tono discretamente correcto en sus declaraciones públicas, obligados por la observancia de las normas que rigen la diplomacia; en su fuero interno, la inmensa mayoría de sus militantes piensan que Ceuta es un anacronismo insostenible, habitado por vividores y contrabandistas que succionan los presupuestos públicos con privilegios injustos. Cualquier conversación privada con un cargo socialista corrobora taxativamente esta forma de pensar. Para ellos, todo lo relacionado con Ceuta es sospechoso. Y cada vez que tienen una ocasión lo demuestran. Así ha ocurrido recientemente con las Reglas de Origen. No pueden concebir que en Ceuta se desarrolle una actividad económica sin infringir la ley.
Ahora le ha tocado el turno al mundo educativo. El PSOE, en un ejercicio de autoritarismo sin precedentes, ha impuesto su calendario escolar en contra de la opinión de toda la sociedad ceutí, expresada democráticamente a través de los cauces institucionales pertinentes. Su único objetivo era acabar con la semana blanca de la que disfrutamos en Ceuta desde hace más de quince años con la anuencia de toda la comunidad educativa local.
El llamado calendario escolar no establece el número de días lectivos, sino que tan sólo los distribuye a lo largo del curso. Por ese motivo no existe una norma común, sino que cada provincia (y en algunos casos cada municipio), elige su propio modelo en función de sus costumbres y peculiaridades. En nuestra Ciudad, hace ya más de tres lustros, decidimos que lo mejor era acumular los días “no lectivos” en torno a los periodos de vacaciones intertrimestrales (Navidad y Semana Santa). De esta forma, respetando escrupulosamente el número de jornadas lectivas, idéntico en todas las comunidades, las vacaciones de Semana Santa se ampliaban a dos semanas (la famosa Semana Blanca).
El calendario escolar así estructurado ha venido funcionando perfectamente sin suscitar críticas ni provocar quejas. En Ceuta estábamos satisfechos. Hasta que llegó el PSOE al Gobierno. Ese odio visceral que los corroe los llevó a interpretar el calendario como una inadmisible prebenda del profesorado. Según su paranoide forma de entender lo que pasa en nuestra Ciudad, el profesorado es un colectivo despreocupado y privilegiado, que cobra más de la cuenta, y que además, se ha puesto un calendario escolar a su medida (prescindiendo del interés del alumnado), para marcharse a la península con más facilidad.
Aunque jamás han podido ofrecer ni un solo argumento científico que avalara esta disparatada tesis, desde su acceso al poder estaban obsesionados con suprimir la semana blanca. Lo que ha ocurrido hasta ahora es que el Director Provincial del Ministerio de Educación, aunque militante del PSOE, era ceutí. Conocía la realidad y luchó por defender la verdad. Entre todos conseguimos evitar el atropello. Las cosas han cambiado. En estos momentos el Director Provincial, carente de personalidad y de peso específico en cualquier ámbito, es un mero terminal de la voluntad agresora de los prejuiciosos enemigos de Ceuta. Un ilustre pedagogo de carnet cuyo único mérito es rebozar su mediocridad con sumisión incondicional a los dictados del partido.
La supresión temporal de la semana blanca (se recobrará cuando el PSOE pierda las elecciones) se ha llevado a cabo de la peor manera posible. Porque ya no se trata de “ajustar las cuentas” al “omiso” profesorado, sino que estamos ante una ofensa en toda regla al pueblo de Ceuta. Este año, por primera vez, la propuesta de calendario era competencia del recién creado Foro de la Educación de Ceuta, tal y como contempla la Orden Ministerial que regula esta nueva institución. El Foro aprobó una propuesta que incluía la Semana Blanca y que contaba con el apoyo unánime de: profesorado, alumnado, padres y madres de alumnos, sindicatos, empresarios, personal de administración y servicios, empresarios de enseñanza privada, universidad de granada, Gobierno de la Ciudad, personas de reconocido prestigio en el ámbito educativo y los dos representantes del Ministerio. Se han burlado miserablemente de la representación de la sociedad ceutí. Un minúsculo grupo de funcionarios resentidos, aupados a la administración por razones extraprofesionales, que dirigen provisionalmente la educación en Ceuta por control remoto desde sus oscuros despachos en la capital, ha hecho prevalecer su fobia por encima de toda la Ciudad. Un repugnante ejemplo del modo en que el PSOE entiende la democracia.