Las sesiones plenarias son cada mes más largas, más aburridas y menos cercanas a la ciudadanía. Tan sólo llevan tres sesiones plenarias ordinarias, y conforme van avanzando, vemos como se van convirtiendo en una especie de concurso para ver quien presenta más mociones y más interpelaciones. Se pasan horas generando debates absurdos sobre cuestiones poco importantes que les quitan protagonismo a los temas que realmente afectan a la ciudadanía de una forma directa.
Se van acercando las elecciones y vemos como afloran las propuestas y las actitudes meramente electoralistas, sin caer en la cuenta de que los plenos son tan densos y tan aburridos que ni la ciudadanía los ve, ni la prensa es capaz de desarrollar los temas con la suficiente amplitud como para que la ciudadanía, en quienes al fin y al cabo repercuten dichas propuestas, sean capaces de saber que se aprueba en los plenos y sobre todo, en que les beneficia o perjudica.
Las sesiones plenarias se han convertido en un espacio donde cada cual intenta tener su rato de protagonismo, su minuto de gloria.
Hemos comprobado como en muchas ocasiones se llevan o presentan mociones pensadas exclusivamente para ser votadas en contra y tener argumentos que permitan para rédito político. En otros casos vemos como se vota abstención para vender una imagen de buen talante y crítica constructiva. En definitiva cada cual mirando su ombligo y olvidándose de la ciudadanía que les proporciono un lugar en la bancada del pleno y un escaño que ostentar durante cuatro años.
En este pleno se presentaron muchas mociones e interpelaciones de relleno y electoralistas y pocas interesantes. Aunque algunas sí que dejaron anécdotas curiosas. Diputados saltándose los tiempos y amenazando con no callar a menos que fueran desalojados, o momentos como por ejemplo en que se aprobó la ordenanza sobre ruido que supone no poder celebrar ni la feria, al menos donde ahora se celebra, a los que unos votaron no, como suelen hacer por sistema, otros se abstuvieron por eso de demostrar contantemente su buen talante y los otros no retiraron por no dar su brazo a torcer, y así, hoy tenemos un ordenanza sobre el ruido que habrá que empezar a revisar para su modificación desde el día después de darle la venia en el pleno y que deberá estar reformada como máximo en el pleno de junio. La novedad de este mes ha sido que caballas pudo sacar una moción adelante, la de la cesión de suelo militar en desuso, ¿será por la cercanía de las elecciones? Un pleno más, un mes menos y un poco más lejos de los cudadanos, que al fin y al cabo, somos los que con nuestro voto les llevamos a cada uno de los 25 escaños que ostentan. Votos y confianza que son solo prestados, y que aunque puedan ser fácil de conseguir una vez, requieren que se cumpla con los programas y las promesas para que sean renovados.