El pirómano

Ya estamos en verano de nuevo y como años tras años, los medios escritos y las pantallas de televisión nos seguirán mostrando imágenes escalofriantes; los incendios forestales que asolan los bosques del planeta. Montes devorados por las llamas, pérdida de fauna y flora que tardaremos décadas de años en recuperar. Bomberos y voluntarios rompiéndose el alma y entregando en algunos casos hasta la vida. Este es el resultado, de la actividad de unos seres indeseables que conocemos como “pirómanos”.
Algunos los consideran locos o maníacos destructores. Yo considero que debe haber dos distinciones. En primer lugar está el enfermo de “piromanía”, que es un trastorno del control de los impulsos, que te hace sentir atracción por el fuego, tanto originarlo como observarlo. Pero estos enfermos, solamente son responsable del 7'45% de los incendios que se originan en España.
Después tenemos al pirómano actual, que es un fruto más de los países desarrollados. Preñado de intereses económicos y con el único objetivo de obtener un beneficio rápido que le aporte rendimiento a sus intereses. No les importa el mañana ni la calidad de vida que heredarán nuestros hijos.
Si de verdad se pretende acabar con este grave problema, habría que plantearse quien o quienes se benefician con ello.
Al margen de los incendios provocados, para crear zonas de pasto para el ganado, es sabido, que también generan gran cantidad de cientos de miles de euros de beneficio en múltiples empresas, como las dedicadas a la fabricación de maquinarias pesadas. Después de los incendios, el coste de la madera queda reducido a la mitad de su coste real. La industria del tablero prensado de baja calidad y las papeleras, suelen aprovechar la ocasión para hacer grandes negocios, a costa del desastre ecológico. Empresas dedicadas a la extinción de incendios, como las que se dedican a la forestación, se benefician notablemente de esta desgracia. Es indudable que el incendio forestal es un negocio para un determinado sector de la industria.
En Ceuta en el verano de 1998, no hubo ningún conato de incendio durante todo el verano. Ante esta perspectiva se decidió no contratar la brigada de vigilancia y prevención al inicio del verano siguiente. A partir de ese momento, los conatos se sucedieron uno tras otro. Un domingo tuvimos tres en diferentes lugares de García Aldave. La solución fue contratar de nuevo la misma brigada y estos  desaparecieron de inmediato.
El caso es que la proliferación de los fuego forestales en nuestro país, continúan como algo desgraciadamente habitual, con un balance de decenas de muertos e inmensas superficies de bosques destruido por las llamas, con el consiguiente efecto de desertificación, pérdida de biodiversidad y riqueza forestal.
Este miércoles pasado día 26 de junio, ya tuvimos el primero del verano en la provincia de Pontevedra. Ardieron 180 hectáreas de monte.
El único país de Europa calificado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente   -PNUMA- de alto riesgo de pérdida de suelo, es España.
El 14 de octubre de 1994, más de un centenar de países firmaron el convenio de la desertificación, acto celebrado en París organizado por el PNUMA. En este acto, quedó reconocido el sureste de la Península Ibérica, como el desierto europeo. Actualmente un 40% del territorio español, corre un alto riesgo de erosión, como resultado de los incendios forestales.
Hoy está muy de moda la frase; "daños colaterales", pues bien, los incendios forestales conllevan varios e importantes daños colaterales.
Los que se generaron en Galicia en el verano de 2006, originaron grandes pérdidas a las familias que viven del marisqueo en las rías.
Al desaparecer el matorral o la arboleda que hace las veces de paraguas, el terreno queda desnudo e indefenso, sin protección alguna. La lluvia impacta sobre el suelo y sus escorrentías, arrastran las cenizas del monte hasta el mar. Una vez en el medio marino, decantan y se depositan en el fondo de las rías, creando una capa impermeable entre la arena y el medio acuático originando la muerte por asfixia a todos aquello animales que viven enterrados en la arena, especialmente bivalvos.
En agosto de 2007, el Peloponeso -Grecia- arde por los cuatro costados. El día 28 de agosto de detectan 57 nuevos focos -imposible que sea casual tantos incendios el mismo día-. El resultado fue, que la afluencia de turismo se redujo en un 73% con respecto al año anterior. Las pérdidas económicas fueron cuantiosas y desde entonces el país no levanta cabeza.
En la República de Indonesia, tenemos el caso más sobresaliente, estremecedor, grave y además actual. Las noticias del 24 de junio de 2013 -hace unos días-, señalan que los datos de satélite, muestran más de 800 incendios. Arden mucho de los antiguos bosques de turba cerca de Pekanbaru. (No tiene m antes de b). El nivel de contaminación en las partes cubiertas de smog del país salta por encima del nivel peligroso lo que conlleva dificultad a la hora de respirar y limitar el esfuerzo físico. Esta contaminación deriva a los países vecinos como Malasia y Sumatra, provocando alerta de salud, de tal manera que, las agencias de viaje recomiendan no visitar la zona y mucho menos si se tiene problemas respiratorios.
Alguien dijo una vez; que el hombre es el ser más apocalíptico que ha pisado la tierra. Desgraciadamente hay muchos ejemplos que colman de razones esta frase.
Para terminar quiero hacer un ruego: ¡¡¡cuiden el monte!!!. Se decía que cuando los iberos llegaron a la Península Ibérica, una ardilla podía atravesarla de sur a norte sin bajar de los árboles. ¿Qué hemos hecho de aquel vergel?.
Sabemos que un árbol, origina el oxígeno suficiente por término medio, para que respiren 10.000 personas. Debemos ser consecuente de la importancia que un árbol tiene y que es obligación nuestra velar por la integridad de los bosques y ayudar a las autoridades a descubrir al pirómano.