Lo de Asunta me tiene apagada, eso y las hormonas revueltas de ver gente que ya manda “mensajitos” a sus padres en el face, para hacerles ver su rabia. No me consuela, ¿saben?, para nada esos apósitos de maldad revenida, esa acritud, esa rabia, que era la misma que a la Campanario la esperaba, en forma de Marías seculares, a las puertas de la Audiencia, cuando lo del “Caso Karlos”. El otro día su madre, Remedios, la co-implicada en el fraude junto a ella, se hizo un deluxe y cobraría una pasta que usted o yo misma, no lo ganaremos en toda nuestra vida, de un pelotazo, a no ser que la primitiva, nos invite, marcándonos los números sagrados. Tengo el paso revuelto y los ovarios cambiados, porque Asunta me trae imágenes de muchos que esperan a uno y otro lado, de la línea del destino, para ser padres y para ser hijos, sin que, puede que, a consecuencias de esto, lo logren ya . No sé si sabrán que en Rusia han cerrado fronteras a monoparentales españoles y Chary, la del corrillo del colegio, no habría podido traerse a Valerya, a día de hoy, como hizo hace dos años, con siete cumplidos.
Las adopciones son la biblia en pasta, de verdad, porque si le restas lo evidente, o sea, que no hay biología de por medio, dependen absolutamente de las personas, personas que te informan en las sesiones, personas que te dan los cursillos, personas que te valoran y por último, una resolución, que te da o no la idoneidad. No hay reglas escritas que digan qué es lo que debes hacer o no, no hay métodos de ayuda, ni pruebas anticipadas, te presentas, vas y luego , algunos, hasta se lo hacen encima, tantas son sus ganas y su pavor, por no lograrlo. Pero no es todo, porque tú eres lo que eres, bueno o malo, egoísta o ventajoso, una verdadera eminencia humana o una sarta de basuras y eso no te hace mejor, ni peor padre o madre, te hace como eres, sin importar que hayas engendrado o no a los adoptivos, porque, ¿saben una cosa?, si se demuestra que los padres de Asunta la han matado, creo que hubieran hecho lo mismo con una biológica, porque no es la sangre la que te tira de las vísceras, sino la persona la que tira del carro. Hay vaciedades humanas que paren hermosos hijos, que abandonan y maltratan y les joroban la vida, a tales niveles, que llegan las criaturas a los diez años, con la tutela de las juntas y no son adoptables, porque las administraciones dicen que tiene vínculos fuertes con esos padres, que no lo han sido, más que en la partida de nacimiento y que nunca se han encargado de ellos y que solo los ven, como mucho una vez al mes, en visitas tuteladas. Mientras, los acogen, o en centros o con familias permanentes, que empiezan a quererlos como hijos, por mucho que les digan los técnicos que no lo hagan. Eso , si tienen suerte y encuentran a una familia dispuesta, porque como no son adoptables, por esos vínculos ”paternofiliales”, puede que estén en un centro y lleguen a la edad donde los niños se creen mayores y procreen, con lo que el mal se perpetuaría en el tiempo, porque los bebés serían retirados por las Juntas y cedidos en adopción, porque esos padres menores no pueden ocuparse de ellos y “los abuelos”, nunca fueron padres, así que menos, aún, les iba a interesar esto.
Es la administración de servicios sociales, dinosaurio extinguido y muerto, porque los papeles los devoran y le encharcan los pulmones, porque son muchos los que esperan, sin tener esperanzas de ver a sus hijos adoptivos nunca, porque el dinosaurio para y mira, pasta y vuelve a mirar y hay gente esperando valoraciones desde hace muchos, demasiados años, atrapados, en una apergaminada lista de espera. En esos años envejecen, los niños en los centros y los padres, perdiendo los tres años de idoneidad para la adopción. Luego, un día te enteras que los niños que esperas, por tu edad, no se pueden adoptar y los han dado, mientras tú esperabas, para acogimiento, para que no perdieran, su fantástica relación “paternofilial”, de una vez al mes, algunos minutos, en un centro tutelado.