“El Parque fue un antes y un después para la imagen de Ceuta”

Si alguien conoce la evolución que ha tenido el Parque Marítimo ese es su actual director de explotación, Luis Márquez. No en vano, ha vivido el nacimiento de este recinto hace ya quince años, su transformación, sus avances y sus principales años de esplendor.

Y es que Luis Márquez ha pasado por todos los puestos desde que en el año 1.995 entró como taquillero, tras ser contratado por la empresa que acababa de construir esta instalación. Luego pasó a ser jefe de taquilla y puerta, posteriormente desempeñó el cargo de jefe de administración y servicios, ascendió a encargado general y se convirtió en el subdirector con Fredy Simon como máximo responsable.
Después de dos años como mano derecha, la entrada en el Gobierno ceutí de Juan Jesús Vivas le llevó al puesto de director de explotación en el año 2001. Desde entonces, es la cabeza visible del Parque Marítimo, para el que sólo tiene palabras de satisfacción y orgullo.

–¿Cómo un jugador de fútbol acaba de gestor?
–Siempre me ha gustado hacer administración y dirección de empresas, de hecho inicié esa carrera por la UNED. Sin embargo, tuve que dejar la carrera por el nivel de exigencia y la imposibilidad de compatibilizar la vida familiar y laboral con los estudios, por lo que lo abandoné aunque espero recuperarlo pronto. Luego hice un máster en dirección de empresas y un curso de técnico-contable porque me gusta todo lo relacionado con la dirección de las PYMES.
–¿Por qué esta inclinación?
–Porque me gustaba todo lo relacionado con la gestión de una empresa y, por ello, aprendí desde los derechos hasta la situación contable o la organización interna. Actualmente, estoy realizando un curso de marketing on-line porque las nuevas tecnologías avanzan cada vez más y hay que tener un mínimo de conocimientos en el mercado.
–¿Este interés por las empresas te llevó a dejar el fútbol?
–Sí, el fútbol siempre me ha gustado porque mi padre me introdujo esta afición, siempre iba al campo del 54 para ver al UA Ceutí, le acompañaba llevando equipos con Antonio Atencia en División de Honor y luego jugué porque mi familia es muy futbolera Sin embargo, no me veía con cualidades para vivir del fútbol y por ello busqué mi medio de vida porque cada vez era más difícil conciliar la vida de pareja con el deporte porque yo era de los que se pasaban todo el fin de semana en el campo del 54.
–¿Cómo entras en el Parque Marítimo?
-En julio de 1995 tuve conocimiento de que se iba a inaugurar esta instalación, presenté mi currículum en Corsán, que era la empresa constructora y que se hizo cargo de la selección de personal. Quizás mis conocimientos contables hicieron que me seleccionaran en un grupo inicial de quince personas.
–¿Cómo fueron esos inicios?
–Muy estresantes, sobre todo porque fue un bombazo ya que la gente se quedaba entusiasmada por bañarse en el Parque y era increíble la afluencia de personas, sobre todo por las noches. Este recinto supuso un cambio de calidad de vida y recuerdo especialmente el cariño y la atención de Juan Vivas, que era gerente de Procesa, y que estaba muy pendiente de la obra, del funcionamiento y de las colas que se formaban para entrar al Parque. Juan Vivas siempre estaba asomado en la ventana de Procesa que estaba en el Mercado, una imagen que recuerdo con mucho cariño.
–¿Fue tu primera experiencia profesional?
–Yo había trabajado anteriormente al tener un locutorio telefónico en la IV Bandera de La Legión así como había estado como administrativo en Comercial Africana pero eran trabajos de verano, de ahí que el Parque fue mi primer empleo en serio.
–¿Como vivía un taquillero esos primeros momentos del recinto?
–Con mucho desconocimiento y expectación porque esa cultura de esperar una cola no era habitual en Ceuta ya que aquí nos cuesta esperar. Sin embargo, en el Parque había que tener paciencia para entrar porque todo el mundo llegaba a la misma hora y esa experiencia era novedosa para todos y requirió un período de adaptación. Todo era nuevo y un auténtico éxito, sobre todo que se concentraran unas 2.000 personas un sábado o un domingo dentro de la instalación.
–¿Qué supuso para la ciudad este recinto?
–Un antes y un después en todos los sentidos, tanto a nivel de imagen como turístico porque hoy en día hay pocas instalaciones en España de estas mismas características. En la última visita que hicieron los ingenieros artífices del proyecto dijeron que el mantenimiento de los Lagos Martianes no era el más óptimo y dijeron que si César Manrique levantara la cabeza vería el proyecto que tenía en su mente reflejado en nuestro recinto, lo cual nos llenó de orgullo.
–¿Qué supone la mano de César Manrique?
–Es un artista reconocido a nivel internacional que se adelantó a los tiempos actuales al diseñar un parque adaptado al desarrollo sostenible. Sin duda, César Manrique tenía ese don y hizo un oasis dentro de Ceuta ya que es una instalación sin parangón.
–¿Ha evolucionado mucho el Parque en estos quince años de existencia?
–Sin duda alguna, en todos los aspectos porque el Parque no dejaba de ser algo nuevo para que el ciudadano tuviera más calidad de vida y en estos años nos hemos adaptado al cliente. Hay que tener en cuenta que tenemos seis meses de temporada media-alta y otros seis meses de mantenimiento.
–¿En qué medida os habéis adaptado a lo que demandaban los ciudadanos?
–Nos hemos adaptado a sus sugerencias pero siempre mirando el bien común, es decir, los horarios de entrada, los abonos, el vestuario o cualquier servicio de sombrillas se ha evolucionado conforme a lo que han demandado los clientes. Hemos dotado al Parque de una serie de necesidades que el principio no se tenían en cuenta por desconocimiento.
–¿Qué puedes decir de los abonos?
–Empezamos con 1.200 en el 1995 y ahora estamos en unos 1.700 abonos. La falta de datos era un problema para sacar un bono anual sin ser un club privado, es decir, no sabíamos la capacidad de captación de clientes porque había muchas dudas. La informatización de las taquillas nos permitió disponer de muchos datos y este control nos ha permitido ajustarnos a unos topes, ver las horas de más utilización del recinto y otra serie de cosas de este tipo.
–¿Y a nivel de plantilla?
–Siempre hemos buscado un equilibrio pero la suerte del Parque es que hemos tenido una plantilla fija que ha crecido juntos y todos se conocen, es decir, han trabajado como algo suyo y ese compromiso y lealtad al trabajo ha ayudado mucho, es decir, uno de los mayores activos ha sido el personal del Parque, actualmente compuesto por 33 personas, una cifra que se duplica en la época veraniega. Estas personas se reparten en las cuatro áreas como electromecánica, mantenimiento y limpieza, jardines y administración y servicios.
–¿Cómo aceptas las críticas de los que dicen que el Parque podía aprovecharse más para otras cosas?
–Hay que tener en cuenta que es una instalación concebida y creada para su utilización en verano, del período de abril a septiembre, porque está al lado del mar y cualquier utilización fuera de la fecha requiere que acompañe el tiempo, por lo que es complicado hacer determinadas cosas. No es un Parque al uso sino un recinto hecho por un artista que te da una categoría y no se pueden buscar otras alternativas de uso como cerrar las piscinas de verano como han dicho debido a una serie de dificultades técnicas.
–¿Están ajustados los precios a los servicios?
–Sí, el ciudadano puede disfrutar de unas instalaciones de Primera División a un precio de Tercera ya que cualquier inversión de cara al invierno tendría poco retorno, es decir, hay una cultura de vida en la ciudad de hacer las cosas en determinadas fechas, lo cual sucede en Ceuta y en otras muchas ciudades. Los precios son muy competitivos porque la entrada más cara cuesta 5,5 euros en la temporada alta.
–¿Por qué ha descendido la afluencia de noche?
–En los primeros años era la novedad y había muchas entradas nocturnas pero ahora lo conocen casi todos porque hemos recibido unas 3 millones de visitas en quince años.
–¿Tienes algún objetivo a corto o medio plazo?
–No soy ambicioso, soy un privilegiado de trabajar al lado de Juan Vivas y de gente honesta y responsable, por lo que sólo espero seguir prestando un buen servicio al cliente. Me he desarrollado profesionalmente en el Parque, tenemos un personal muy competente en todos los sentidos y también agradezco el apoyo de mi familia, a la que muchas veces dejas en un segundo plano.

Un futbolero y aficionado al buceo

FICHA. Luis Andrés Márquez Salinas, nacido en Ceuta en el año 1970, es el mayor de una familia de tres hermanos. Casado y con dos hijos (Luis y Candela), es técnico-contable de profesión y desde muy pequeño fue un apasionado del fútbol, para seguir la tradición familiar.
Recuerda que su padre, de pequeño, lo llevaba al campo del 54 y allí se aficionó por un deporte donde llegó a jugar en la Primera División de Juveniles en las filas del Unión África Ceutí -el club de su vida- así como lo hizo en la categoría nacional del fútbol-sala en las filas del Moda Joven y el Ceuta Samsung.
Este aficionado al buceo, ha reconocido que decidió abandonar la práctica del fútbol al ver que no tenía futuro como jugador.
Por este motivo, optó por dedicarse a su actividad profesional, entró en el Parque Marítimo como taquillero en el año 1.995 y ahora es la cabeza visible.