El Obispo de Cádiz y Ceuta, con el Papa

El obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, monseñor Rafael Zornoza Boy, fue recibido en el Vaticano por el Papa Francisco en la audiencia, prevista para los obispo del Sur de España, del sábado 8 de marzo. Durante este encuentro, monseñor Zornoza pudo saludar al Santo Padre y presentarle la realidad de la Diócesis de

Cádiz y Ceuta.
El prelado expresó su satisfacción por un encuentro “maravillosamente cercano y abierto”. “Me he sentido como un hijo que puede escuchar el consejo de un padre rebosante de santidad y autoridad”. Monseñor Zornoza aseguró asimismo que “cuando un obispo tiene un encuentro así con el Papa, lleva en su corazón a toda la diócesis. Así se lo he expresado, recordando sobre todo a los que sufren, más en estos días, por el drama del Estrecho y del paro”.
En este sentido, es preciso señalar que el Papa Francisco recomendó a los obispos españoles durante la audiencia que mantuvieron el lunes en Roma, con motivo de la Visita Ad Limina Apostolarum, que permanezcan “muy cerca” de la gente y de sus “problemas”.
Así lo afirma el obispo de Plasencia, Amadeo Rodríguez Magro, en una carta escrita a los diocesanos, a la que ha tenido acceso Europa Press, en la que relata ésta y otras cuestiones referidas a la estancia de los obispos españoles a Roma.
Según Rodríguez Magro, el Papa aconsejó a los obispos “estar cerca de nuestro pueblo, muy cerca, oler sus problemas, sus necesidades, sus angustias y compartir sus gozos y sus esperanzas”.
Con este encuentro, que se enmarca dentro de la Visita Ad Limina Apostolorum, finalizan los actos en los que han participado 83 obispos españoles.
La Visita Ad Limina, que comenzó el pasado 24 de febrero, es una antiquísima institución que, celebrada periódicamente, refuerza la comunión jerárquica entre cada obispo y el Papa, cabeza del colegio episcopal y de la catolicidad de la Iglesia.
Zornoza, junto con el resto de obispos, estuvo visitando los diversos órganos de gobierno de la Iglesia, los dicasterios y congregaciones romanas, además de peregrinar a los lugares más emblemáticos de la fe católica, como la tumba de los apóstoles San Pedro y San Pablo, o las Basílicas de San Juan de Letrán y de San Pablo Extramuros.